Habrá quienes piensen que el trabajo de Playground Games se ha vuelto anodino, que tienen el mercado controlado y que la falta de un competidor a la altura les permite relajarse con cada nueva entrega un poco más. Que ‘Forza Horizon 4’ está destinado a triunfar porque ‘Forza Horizon 3’ ya era prácticamente inmejorable.
En cierto sentido, no les falta razón, pensábamos que ‘The Crew 2’ podía acabar plantándole cara, pero finalmente ha demostrado estar varios escalones por debajo, así que la pista ha quedado completamente despejada para que crucen la línea de meta a placer. Y claro, en una situación así, ¿cómo afrontas el desarrollo de un pescado que ya está más que vendido?
¿Cómo mejorar lo inmejorable?
No es sólo desde un punto de vista de tener la sartén por el mango, del que sabe que no necesita esforzarse porque ya tiene el combate más que ganado. En realidad me refiero a la situación de tener un juego redondo y plantarte ante el dilema de tener que hacer otro y no saber muy bien cómo sorprender al público.
Porque al final ‘Forza Horizon 4’ es espectacular a nivel visual, como ya lo era el 3, se juega de lujo igual que todos los anteriores y tiene un catálogo de vehículos que es imposible acabarse, otro punto al que ya nos tienen más o menos acostumbrados. ¿Qué impide a un jugador de Xbox One quedarse en los anteriores en vez de saltar al siguiente? O mejor dicho, ¿qué hace la cuarta entrega para invitarte a sumarte un año más?
La principal premisa está en las etapas en distintas estaciones del año, sin duda el gran reclamo de esta entrega. Un espectáculo que más que centrarse en la meteorología dinámica, un añadido ya incluido en la franquicia ‘Forza’, separa las pruebas en cuatro opciones distintas que modificarán no sólo el aspecto de las pistas, también en cómo se conducen o qué vehículos resultan más adecuados para afrontarlas.
La idea no se queda ahí, convirtiendo con ello un mapa en cuatro en el que el cambio entre la estación de invierno y el resto es sin duda el más rico y evidente. ¿Para el resto? Pequeñas modificaciones en las que las lluvias y ciertos cambios de aspecto son la nota discordante más clara.
El miedo a Forza Horizon 3.5
Siendo muy fan de la saga de Playground Games, es ese escenario y la llegada de más y nuevos retos lo único que me invita a tirarme de cabeza a por él, pero también reconozco que las sensaciones tras la demo me dejan un poco frío. No porque la calidad baje, ni mucho menos, sino porque los cambios introducidos me parecen más de un Horizon 3.5 que de un ‘Forza Horizon 4’.
Que puedas tener tu propia casa, que cada coche tenga su propio árbol de habilidades, que haya nuevas pruebas especiales al más puro estilo especialista de cine… Son añadidos interesantes, pero no parecen detonantes para su compra. Soy consciente de que no necesito más de lo que ya tenía en entregas anteriores, pero es inevitable pensar que el paso hacia adelante es mucho más comedido que otros años, probablemente por querer guardarse ideas de cara a la nueva generación.
Reconozco que la idea de Gran Bretaña como patio de juegos me resulta mucho más sosa que las presentadas en otras entregas y que, en ese as bajo la manga que quieren que sea la idea de comunidad y el juego online, no pueden contar conmigo por no ser fan de esa vertiente en este tipo de juegos.
Que ‘Forza Horizon 4’ vaya a llegar de la mano de Xbox Game Pass es un gran aliciente que lo cambia todo, pero pienso en cómo sería la situación de no existir la posibilidad y me es inevitable plantearme cuestiones que nunca antes me habían venido a la cabeza con esta saga.
Que ‘Forza Horizon 4’ vaya a ser el mejor juego de coches del final de generación no está en absoluto reñido con desear que no se conforme con llegar primero a la meta. Las mejores carreras son las que también ofrecen espectáculo.
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