Capcom nos sorprendió en pleno mes de mayo de 2012 con una IP nueva. Su nombre era 'Dragon's Dogma' y para muchos fue una de las grandes sorpresas de ese año. Un RPG refrescante, con personalidad y muy divertido gracias a un control con muchas posibilidades.
Hubo que esperar un año para su expansión, 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', que mejoraba el núcleo del juego principal y a mayores ofrecía una nueva localización dentro de la isla Bitterblack, a la que se accedía desde Cassardis, donde comenzaba la aventura principal de 'Dragon's Dogma'. Y mañana, cuatro años después, se pondrá a la venta, por fin, en PC, con unas mejoras de rigor.
Según marca mi partida en Xbox 360, la versión que disfruté en su momento, llevaba casi 80 horas. Fue un juego que me enganchó por completo durante el mes de su lanzamiento y sin lugar a dudas tenía ganas de saber si la versión para PC iba a estar a la altura. No en vano hemos tenido que esperar muchos años hasta que Capcom ha decidido tener en cuenta la petición popular de sacarlo en PC, tanto en formato físico como en la plataforma digital habitual, el gigante Steam.
Cuatro años no son nada siendo Dragon's Dogma
Al llevar tanto tiempo sin jugar a 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', me ha sorprendido comprobar lo bien que se sigue conservando. Gráficamente, claro está, no puede ocultar su origen (ni siquiera instalando el pack de texturas en HD de PS3 o Xbox 360), pero sigue siendo competente.
Lo mejor, en cualquier caso, sigue siendo su exquisito control del personaje, con esa dualidad para las habilidades, la posibilidad de agarrar y/o subirse a los enemigos (indispensable contra los gigantes, como el Cíclope) y el poder amputarles miembros, las distintas vocaciones que iremos desbloqueando conforme progresemos en la aventura y el innegable atractivo de su mundo.
Todo esto en PC se mantiene e incluso se mejora significativamente. Para empezar, cuenta con unas texturas más definidas, un campo de visión aumentado y resolución 4K. Todo va más fluido a 60fps y las cargas de pantalla al acceder otras zonas (o guardar partida) se han aligerado. Por lo tanto, estamos ante la versión ideal si lo que buscamos es obtener el mejor rendimiento.
Y sus requisitos no deberían ser un impedimento a estas alturas:
Requisitos mínimos
- SO: Windows Vista o superior (32 o 64 bits)
- Procesador: Intel Core i5 660 CPU o equivalente
- RAM: 4 GB
- Gráfica: Radeon HD 5870 o equivalente
- DirectX 9.0c
- Disco Duro: 20 GB
- Ratón y teclado / Mando (compatible con los de Xbox, PS4 y Steam Controller)
Requisitos recomendados
- SO: Windows 7, 8 o 10
- Procesador: Intel Core i7-4770K o equivalente
- RAM: 8 GB
- Gráfica: NVIDIA GeForce GTX 760 o equivalente
- DirectX 9.0c
- Disco Duro: 20 GB
- Ratón y teclado / Mando (compatible con los de Xbox, PS4 y Steam Controller)
Por lo demás, exactamente el mismo producto recibido en PS3 y Xbox 360 en 2013, con todo el contenido visto en 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', con el producto base y múltiples reajustes y mejoras en el núcleo y a mayores la citada isla Bitterblack, con más enemigos peligrosos.
Un RPG con un toque arcade que engancha
Al contrario que los RPG más puros, 'Dragon's Dogma' partió desde un comienzo con un planteamiento más accesible para todo el mundo y en donde predominaba una propuesta más arcade. Muy orientado a la acción, su principal baza era cómo organizada los accesos directos a sus habilidades, pudiendo acceder directamente y sin problemas a seis de ellas.
Era también un juego muy ágil gracias a su salto y a la capacidad del protagonista para subir por casi cualquier sitio, como una casa, un saliente de una montaña o incluso un enemigo. Esto último, precisamente, era otro detalle que llamó mucho la atención en su momento, como si de un 'Shadow of the Colossus' se tratase, al ofrecer tácticas para abatir a enemigos aparentemente invulnerables.
¿Que un Cíclope lleva un casco que protege su punto débil? Trepamos por su espalda hasta llegar hasta su chepa y le clavamos varias veces nuestra arma, esquivando sus intentos por derribarnos, hasta que no pueda más del dolor y tenga que quitarse el casco. Después era pan comido con las flechas del Strider (la vocación más básica del arquero, muy ducho también con las dagas).
Otro de mis favoritos era la Quimera (imagen lateral) al contar con tres partes diferenciadas en su cuerpo que podíamos debilitar o incluso cortar de cuajo (como la cola de la serpiente). En este sentido, 'Dragon's Dogma' era de lo más explícito y se agradecía mucho a nivel jugable.
Pese a su naturaleza más asequible, ofrecía una profundidad muy resaltable para el protagonista, el cuál no se tenía que limitar a una sola vocación, sino que podíamos trastear con el resto y ver la que se ajustaba más a nuestro estilo. Al principio es algo básico, pero después, al cumplir ciertos requisitos de nivel, se nos abría un abanico de posibilidades con las vocaciones avanzadas y combinadas.
A mí, por ejemplo, me encantaba la de Explorador por habilidades como el disparo de diez flechas (en sucesión muy rápida). Lo bueno es que toda vocación que aprendíamos no se perdía. Lo que importaba después era contar con el arma adecuada. Y después está el hecho de poder subir de nivel nuestro equipo, el rango de nuestro personaje o equiparlo con distintas capacidades para ganar ciertas ventajas, como Destreza para trepar más rápidamente o Resplandor para iluminar una zona más amplia en terrenos oscuros (en 'Dragon's Dogma' hay ciclo de día y noche, además).
Los Peones, o cómo paliar la ausencia del online
En donde no gozó del beneplácito de todo el mundo fue con el tema de los Peones, esos aliados manejados por la IA y que basaban su comportamiento en sus conocimientos adquiridos con otros jugadores y en las órdenes que les podíamos dar (muy básicas, eso sí: ¡adelante!, ¡aquí! y ¡ayuda!).
Aparte de contrar con nuestro propio Peón, que podíamos especializar en la mayoría de las vocaciones y gestionar sus habilidades, teníamos la posibilidad de contar con los servicios de otros dos Peones más y que venían a ser los propios Peones de otros jugadores. 'Dragon's Dogma' paliaba de ese modo la ausencia del juego online con una especie de juego asíncrono bastante limitado. Más que nada porque no podíamos controlar sus habilidades directamente, sino que todo radicaba en los conocimientos adquiridos que mencionamos previamente: cuantas más veces se enfrentaban a los enemigos, más experiencia adquirían, conociendo sus debilidades, por ejemplo.
Nuestro Peón, a su vez, podía ayudar a otros jugadores sin dejar de ayudarnos a nosotros mismos. Si otra gente pedía sus servicios, cabía la posibilidad de recibir todo tipo de obsequios a su regreso. Los jugadores, además, teníamos el deber de valorar los servicios de cada Peón, una buena forma de saber qué Peones servían para algo y cuáles eran un completo estorbo en las batallas.
Pese a todo, no fuimos pocos los que demandamos un 'Dragon's Dogma' online como tal. Y de ahí acabó surgiendo el propio 'Dragon's Dogma Online', aunque éste no haya pisado Europa aún. De hecho, aún sigue siendo exclusivo de Japón a pesar de lleva unos cuantos meses disponible.
Aunque al final se le perdonó esto a Capcom al pesar más lo gratificante que era la experiencia de un jugador. Estábamos ante una aventura que no era precisamente corta y que guardaba más de un secreto en su interior. Eso por no olvidar que teníamos la posibilidad de desbloquear el modo Difícil, todo un reto incluso para los más curtidos, el modo Contrarreloj para completar la historia otra vez, pero lo más rápido posible (y sin conexión en línea, o lo que es lo mismo, sin Peones online), y la propia isla que introdujo 'Dragon's Dogma: Dark Arisen', con enemigos más peligrosos si cabe.
Por eso nos alegra tanto que esta compañía de Osaka haya escuchado las plegarias de los fans al traer, por fin, su versión para PC. Y en buenas condiciones, además. Sí que es cierto que se podrían haber pulido mucho más sus gráficos, o que un doblaje al español no le vendría mal para compensar el retraso (tampoco es que le pongamos pegas a las voces en inglés o japonés, a fin de cuenta viene subtitulado en nuestro idioma), pero su precio es ajustado y de calidad va sobrado.
A favor
- Sigue siendo tan divertido como el primer día
- La grandeza de sus enemigos y cómo afrontamos cada combate
- Largo, variado y rejugable
En contra
- No puede ocultar a nivel estético que el original procede de 2012
- Que Dragon's Dogma Online no haya salido en Occidente
- Que los comandos para los Peones sean limitados
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