A raíz de repasar los mejores juegos de 1984 me entraron ganas de recordar el clásico Bomb Jack del estudio Tehkan (conocido actualmente como Koei Tecmo), puesto que fue uno de tantos títulos arcade que pude disfrutar en Amiga 500.
Nunca se me dio nada bien debido a su peculiar control con el salto y rejugarlo desde Antstream (donde ahora ya se puede guardar la partida, por fin) tampoco ha mejorado mi recuerdo, puesto que sigue siendo un juego bastante exigente, como era habitual en las recreativas. ¿Y qué tal se conserva? Lo vemos a continuación.
Bomb Jack, un plataformas con chispa
La premisa de Bomb Jack era en apariencia sencilla, puesto que había que recoger todas las bombas de la pantalla. De ahí también el nombre del protagonista, cómo no, una especie de superhéroe con capa y antifaz adicto a las bombas rojas.
Su peculiaridad venía dada por ese salto extremadamente largo. Ahora bien, se podía acortar, pero no del modo actual: había que pulsar dos veces el salto, determinando la segunda pulsación el límite de la altura. Además, si lo pulsábamos repetidamente, podíamos planear. De ahí la función de la capa.
Había un inconveniente, por otro lado, puesto que no podíamos matar a los enemigos saltando sobre ellos, pero estos sí que nos quitaban una vida con tan solo tocarnos. Y era un juego que no permitía continuar una vez agotábamos todas las vidas, de ahí buena parte de su dificultad. Daba igual que echásemos más monedas, que volvíamos al inicio, como si fuese un modo supervivencia.
El primer éxito de Koei Tecmo en los ochenta
Bomb Jack tenía un as guardado bajo la manga, por supuesto: a medida que cogíamos bombas se rellenaba la barra de Power y llegado a su máximo aparecía en pantalla un power-up con forma de P que, como si de Pac-man se tratase, nos permitía "comer" a los enemigos unos segundos para obtener más puntos.
Había otro detalle que podía pasar desapercibido: si cogíamos las bombas con la mecha en llamas, el marcador de puntos se multiplicaba. Una mecánica que adoptó el reciente Darkula de Locomalito, donde el propio desarrollador español reconoció este clásico de Tehkan como una de sus influencias, entre tantísimas otras recreativas de la década de los ochenta, incluido el propio Pac-man.
Los enemigos no lo ponían nada fácil, desde luego, porque resultaba bastante complicado esquivarlos cuando tocaban el suelo, viendo cómo se transformaban en otro ser distinto. Pero con paciencia y mucha práctica, jugando la baza de los power-ups, podíamos avanzar más y más lejos, picándonos en el proceso.
Lógicamente, Bomb Jack tuvo continuidad, aunque tan solo gozó de una entrega oficial a cargo de Tecmo (Mighty Bomb Jack, 1986). Sus otros dos juegos con licencia corrieron a cargo de Elite (Bomb Jack II, 1986), en sistemas de 8 bits, y NMK (Bomb Jack Twin, 1993) en recreativas, donde se introdujeron imágenes de chicas en poses sugerentes entre fase y fase, lo cuál no pegó ni con cola.
¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?
Sí, por su espíritu arcade. Pero también es cierto que se muestra demasiado limitado con el tema del salto, sin la versatilidad que ofrecen otros juegos de su género. Ahora bien, para partidas cortas Bomb Jack puede llegar a picarnos bastante por ver hasta dónde podemos llegar con tan solo tres vidas.
Bomb Jack
Plataformas | Arcade (versión analizada), Commodore 64, Atari ST, Amiga, Game Boy... |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Tehkan |
Compañía | Tehkan |
Lanzamiento | 1984 |
Precio | 6,99 euros (Arcade Archives, en la eShop de Nintendo Switch) |
Lo mejor
- Seguir el "combo" de las mechas de las bombas
- Obtener el power-up para "comer" a los enemigos
- Espíritu arcade muy adictivo, para sesiones cortas
Lo peor
- Pillarle el truco al salto era complicado
- Esquivar en ciertas situaciones era una locura
- Pocas fases y se repetían sus patrones después
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