A falta de diez días exactos para el lanzamiento a nivel mundial de Battlefield V, EA habilitó recientemente el acceso anticipado en EA/Origin Access, con diez horas para probar esta entrega a fondo, especialmente sus modos online.
Tenía ganas de ver su evolución respecto a la alpha en PC y lo que pude degustar después de su beta en consolas al gustarme el nuevo rumbo de este Battlefield, tanto en lo relativo a la adición de las fortificaciones y fomentar más el juego en equipo, como con su política con los DLC (todos ellos gratuitos).
Un acercamiento a Historias de Guerra
Sabiendo que su máximo competidor, Call of Duty: Black Ops 4, no tiene campaña, EA puede presumir de respetar ese clásico modo en solitario para los FPS en la actualidad y que en Battlefield V viene de parte de Historias de Guerra, donde se da voz a ese tipo de hazañas que no coparon tantos titulares, pero que fueron vitales para el devenir de la Segunda Guerra Mundial.
Tras un prólogo a modo de popurrí de lo que está por venir, el primer acercamiento serio al modo historia viene de parte del capítulo "Sin bandera", ambientado en 1942 en el norte de África. Ahí tomaremos el rol de Billy Bridger, un joven condenado por varios delitos que recibe una propuesta del superior Mason: una misión suicida donde entran en juego muchas explosiones para minar la moral de los nazis. Y cómo no, éste no se puede negar. Por su bien.
Este primer capítulo se estructura en tres actos muy diferentes entre sí, pero que dejan claro cuál es la intención de Battlefield V con su campaña: mostrar a gente común en un conflicto de guerra, con todo lo serio que eso resulta... pero aderezado con una chispa de humor. Esto se refleja en la torpeza de Bridger cuando tiene que acatar las órdenes de Mason, al no estar exento de fallos.
El sigilo cobra especial protagonismo en el primer acto, a la vez que se nota que es en la campaña donde el salto de calidad gráfica es tremendamente más palpable que en los modos online, donde la carga de jugadores es tan elevada. A nivel técnico saca músculo y saca partido de los efectos de luz y partículas.
En cuanto a la jugabilidad, cada acto se puede encarar de múltiples maneras, ya sea sin que nos vean o en plan Rambo. Es más, contamos con distintos desafíos, más allá de las cartas coleccionables, para aportarle un toque extra rejugable, como completar el segundo acto destruyendo los objetivos pilotando un avión.
Pero ni esa variedad de enemigos (cada uno de distinta clase, como en el online), ni esa falsa sensación de libertad del mapa (con zonas cuyo acceso no está permitido, con el consiguiente mensaje de "vuelve atrás" y el tono oscuro de la pantalla), logran que nos entusiasmemos con esta campaña, a excepción de su traca final, mucho más interesante y con un mensaje para la posteridad.
Lo que parece claro, salvo sorpresa mayor tras completar el resto de capítulos de Historias de Guerra, es que este Battlefield no volverá a destacar por su campaña, echando de menos esa empatía lograda por la carismática Bad Company.
La evolución natural del reivindicable Battlefield 1
Con Battlefield 1, EA acertó de pleno con ese viaje a la Gran Guerra. Todas las facilidades tecnológicas que nos brindaron los Battlefield más actuales (al estar ambientados en épocas más recientes), se redujeron a la mínima expresión, dando como resultado un estilo de juego más crudo y directo. Aunque hubo que esperar al resto de expansiones para que fuese un producto redondo.
Battlefield V sigue en cierto modo esa línea, notándose especialmente en la "fragilidad" de ciertos vehículos armados, estando más desprotegidos que de costumbre y dependiendo más si cabe del resto del escuadrón. Tanto en la alpha como en la beta, de hecho, comentamos lo limitada que es ahora la munción (incluso para los tanques), teniendo que fijarse bien dónde hay puestos de reabastecimiento, lo que provoca, inevitablemente, que ya no vayamos tan a lo loco y que se valore más si cabe la función de la clase Apoyo.
Las clases, además, han sufrido cambios, curiosamente para no depender tanto del Médico, ya que contaremos con un máximo de un botiquín para curas rápidas y podremos reanimar a soldados caídos; mientras que la clase de Reconocimiento será la única que pueda alertar de las posiciones del enemigo en el mapa.
El mayor cambio, en cualquier caso, viene dado por las Fortificaciones. Toda clase podrá construir defensas u otro tipo de estructuras en puntos muy concretos del mapa, y en esta versión final sí que he visto un mayor uso de esta función respecto a anteriores pruebas. Y se agradece mucho. Bastante. Porque modifica por completo las tácticas, creando de la nada muros para aguantar el asedio cuando tenemos que proteger a toda costa un punto vital, como una catedral.
A esto hay que sumarle los distintos roles de combate que puede desempeñar cada clase (al alcanzar el nivel 8 de personaje) o las especializaciones de las armas que podremos barajar (para cambiar sus parámetros), lo que hace que nuestra Compañía, donde se engloban todos los aspectos de personalización de nuestros personajes, sea el más completo hasta la fecha de Battlefield.
Battlefield V da lo mejor de sí en sus modos online
El contenido de lanzamiento de Battlefield V no es parco, precisamente: viene con el modo clásico Conquista (un fijo desde 2002), una variante llamada Avance, dos que repiten respecto a Battlefield 4 y que están enfocados a espacios mucho más reducidos (Dominación y TCT: Equipo), uno que se rescata de las últimas expansiones de Battlefield 1 (El Frente), y el modo estrella que debuta en esta entrega, Grandes Operaciones, una evolución a lo grande respecto al de BF1.
Ya lo habíamos dejado caer en las primeras impresiones de su alpha: Grandes Operaciones se estructura en diversos días y en él fluctúan distintos modos especiales, con algunos que mezclan Conquista con variantes de Asalto, y en donde tiene un papel importante el resultado de cada ronda, al modificar las ventajas (o desventajas) en la siguiente. Es un modo extremadamente largo si se cumplen ciertos requisitos al final, dando lugar a partidas épicas.
Es imposible olvidarse de la ausencia de Firestorm (el modo Battle Royale) en el lanzamiento al mercado de Battlefield V, porque éste no estará disponible hasta marzo de 2019. Lo bueno es que, como se dijo en su día con la presentación oficial de este FPS de DICE, es que todos los contenidos serán gratuitos al no haber pase de temporada ni DLC de pago. Tan solo habrá micropagos (opcionales) para contenidos cosméticos que no influirán en las partidas.
La elección de los nuevos mapas me parece todo un acierto. Ya me había encantado la gélida Narvik en su alpha, y le he acabado cogiendo el punto a Róterdam en ciertos modos de juego. Pero han sido el impontente mapa de Acero retorcido y la cumbre montañosa de Fjell 652 los que más colorido han aportado al conjunto. Ahora bien, las condiciones climatológicas de algunos nos pondrán en serios aprietos, viendo cómo nos pueden matar una y otra vez si tenemos que caer desde un carguero en paracaídas donde la niebla copa toda la zona.
Battlefield V no será de salida tan rompedor como nos gustaría (Firestorm no entraba en los planes iniciales de lanzamiento, ya lo sabíamos... aunque se haya ido tan lejos ahora), pero sigue siendo un valor seguro para los que busquen otro tipo de FPS, sin el frenetismo de la competencia. La única duda que me queda, por ahora, es si mejorará su campaña, porque en lo relativo a los modos online, Grandes Operaciones es extremadamente adictivo. Su mayor acierto, sin duda.
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