Análisis de Sonic Superstars, un nuevo clásico que cautivará a los jugones de toda la vida y a las nuevas generaciones de fans

Divertidísimo como los mejores juegos de Mega Drive y, a la vez, un alegre soplo de aire fresco. Quién redujo el encanto del Sonic clásico a sus píxeles se equivoca, y Sonic Superstars es la prueba definitiva: el abanderado se SEGA retiene su esencia y aquello que nos enamoró de los clásicos originales, pero también muestra el camino a seguir de cara a contentar a los jugadores de toda la vida y a los nuevos fans. Ofreciendo nuevas aventuras diseñadas para que ambos compartan partida mientras se lo pasan bomba.

El destello azulado regresa y no lo hace solo: por primera vez dentro de un juego principal veremos que Sonic, Tails, Knuckles y Amy Rose comparten tanto el mismo protagonismo como pantalla de manera simultánea. Dándole más color y pinceladas de caos a las partidas a esas velocidades que uno espera encontrar en un juego liderado por el erizo de zapatillas coloradas mientras se abre la puerta a una nueva clase de experiencia multijugador. Ahora bien, si quieres jugar por tu cuenta, te vas a sentir como pez en el agua. O, mejor aún, como Sonic en sus mejores juegos.

Lógicamente, que Sonic Superstars ofrezca multijugador para hasta cuatro mandos en una misma consola o PC requiere que sus escenarios se tienen que acomodar a lo que pasa en pantalla: hay más margen para los espacios abiertos y los saltos en cualquier dirección. Lo que no significa que al sustituir los benditos píxeles al Unity, el motor del juego, se sacrifique esa jugabilidad que se le exige a los juegos de Sonic y esos tramos laberínticos con diferentes alturas y loopings que harán que movamos la cabeza al jugar. Como debe ser.

Porque si Sonic Mania es el tributo definitivo a los clásicos, en muchos aspectos, Sonic Superstars se acaba sintiendo como el genuino Sonic 5 del Sonic Team. Esquivando aquellas decisiones menos celebradas de la cuarta entrega (no nos hemos olvidado de ella) y adaptándose a quienes disfrutan hoy de los videojuegos. Los que en su día jugaron con el legendario mando de tres botones, los que buscan diversión sin complicaciones y aquellos que comenzaron a jugar hace no demasiado, pero conocen a los queridísimos personajes de SEGA tras verlos en el cine, la televisión o a través del merchandising.

Y pese a que, como veremos, Sonic Superstars tiene sus propias flaquezas y bugs nada disimulados al jugar en compañía, especialmente durante los tramos finales o en sus modos competitivos, al final lo mejor de los videojuegos de plataformas de toda la vida acaba reluciendo en un juego que no solo sabe muy bien de dónde viene, sino que también tiene claro hacia dónde quiere ir. Logrando su propio calado y colocándose entre lo mejorcito del celebrado renacimiento del icono de los videojuegos. Algo que se dice rápido, pero no a la ligera.

Nueva isla, nueva generación y mismas sensaciones de Mega Drive

Sonic Superstars no necesita llevarte de vuelta a Green Hills para que te sientas como en casa, aunque SEGA sabe darle a los fans lo que vienen a buscar: cada uno de los 11 mundos del juego retienen elementos y el encanto de los que ya hemos visto en la etapa clásica del erizo supersónico. Desde su diseño o aspectos estéticos y enemigos reconocibles a cómo interactuar con todo lo que nos rodea. Generalmente, reventándolo de un salto o atravesándolo a velocidades absurdas. Al final todo desemboca en sensaciones de juego familiares, pero con elementos propios.

La trama, por que la hay, no es mucho más elaborada que la mayoría de juegos de Sonic: atravesar niveles y adelantarse al malvado Dr. Eggman a la hora de reunir las Esmeraldas del Caos para impedir sus planes. Lo que marca la diferencia es que en esta ocasión nuestro villano bigotudo tendrá un par de compinches que en lugar de ser un estorbo, serán un desafío.

SEGA recupera al personaje de Fang the Sniper directamente desde Sonic Triple Trouble de Game Gear y lo convierte en el coantagonista del juego. Pero la verdadera sorpresa será Trip, un personaje completamente original diseñado por el diseñador de Sonic, Naoto Ohshima. Un tándem que le da todavía más color a unos mundos con muchas posibilidades, secretos y que piden ser recorridos a velocidades supersónicas.

De hecho, en muchos aspectos Sonic Superstars hereda y da un nuevo prisma a las aportaciones o rasgos más significativos de cada entrega de la trilogía clásica. Sobre todo, con una exploración no tan acelerada que nos encantó del Sonic The Hedgehog de 1991 y que juega a su favor, ya que hay más personajes en pantalla. Eso sí, ninguno de ellos renuncia a la velocidad.

Con todo, el nuevo juego del Sonic Team se apoya mucho más en las secuelas. El multijugador cooperativo y la apuesta por ofrecer menos Actos por zona, pero más ricos de Sonic 2 son un acierto total, incluso cuando hay mundos que se componen de un único Acto. Sin embargo, también se han añadido elementos clave de un Sonic 3 + Knuckles que, de cara a este análisis, nos reservamos para que los descubras por ti mismo. Basta decir que SEGA da una nueva capa de rejugabilidad al conjunto con extra de carisma.

Dicho lo cual, no echarás de menos el aspecto 2D de Sonic o los escenarios pixelados: SEGA recupera a ese Sonic clásico que vimos asomar en Sonic Origins y Sonic Forces y le insufla nueva vida a través de Unity conservando lo mejor de los dos mundos: todo lo que se muestra en pantalla parece tener un acabado artesanal, pero a la vez luce en las pantallas actuales de un modo exquisitamente agradecido que solo es posible ver en propiedad en movimiento. Incluso a altas velocidades.

El Sonic Team aprovecha de maravilla ese impulso adicional recibido tanto del lanzamiento de Sonic Origins como de los proyectos de animación y para la gran pantalla para ensamblar un nuevo Sonic clásico que sigue la estela de los originales, pero que sabe encontrar su propia dirección. De hecho, como en Sonic Origins, en Sonic Superstars no hay vidas ni continuaciones, de modo que al reunir 100 anillos obtendremos medallones para desbloquear atuendos para el multijugador competitivo. Aunque éste, está a la sombra del modo principal.

En parte, como veremos, gracias a cómo se ha buscado implementar un multijugador cooperativo capaz de reunir a cuatro jugadores delante de la misma pantalla. Pero también generando esa sensación de ser un nuevo capítulo dentro de la serie principal entre aportaciones y novedades. Y no te lo vamos a negar, la presencia de Trip tiene mucho que ver en ello. Un personaje que se va presentando poquito a poco conforme avanzamos y logra tener su propio calado.

Eso sí, todo lo que está asociado a los Sonic clásicos está de vuelta: los pinchos puestos a maldad, los loopings que nos descolocarán, los enormes enemigos finales con sus propias rutinas, las rutas secretas por las que vale la pena perderse, la agonía de aferrarse al último anillo a la desesperada o perder cientos tras un roce o un mal salto... Esas fases de bonus que quedan de maravilla en pantalla pero que acaban exasperándonos a la hora de conseguir las Esmeraldas del Caos. Solo que ahora haremos mucho más que reunir estas gemas.

Más poderes especiales. Más variedad en las partidas

Hay una distinción especial entre los mejores juegos de Sonic y el resto: su rejugabilidad. La de Sonic Superstars es enorme. De entrada, por todas esas partes no exploradas y secretos que tiene el juego, pero también por cómo SEGA nos invita a redescubrir cada Acto superado. Y aquí, precísamente, entran en juego las Esmeraldas del Caos que vamos recolectando en las Fases de Bonus.

Conseguir las Esmeraldas requiere una vez más la misma cantidad de maña, destreza y paciencia haciendo una especie de balanceo a lo Spider-Man entre puntos flotantes. A veces sorteando obstáculos y otras tratando de evitar aferrarnos a explosivos. Ni es tan fluido como otras fases de bonus, ni su movilidad acaba siendo ortodoza, las cosas como son. Al intentarlo en multijugador, además, toca jugar a relevos. Pero la recompensa merece la pena.

Cada Esmeralda del Caos nos confiere un poder especial que podremos seleccionar desde un menú radial con el stick derecho del mando. En total hay siete poderes y su propósito, a grandes rasgos, puede ser tanto ampliar la movilidad de nuestro personaje, como abrir nuevas rutas hacia secretos e incluso realizar algún ataque definitivo -muy inspirado en Naruto- que nos vendrá de maravilla frente a los jefazos o a la hora de limpiar la pantalla.

Lo realmente interesante es que, pese a que podemos terminar la Historia principal sin hacer uso de ningún poder (es decir, sin Esmeraldas del Caos) una vez obtenidos veremos como, al regresar a los niveles superados, el propio juego nos sugiere que usemos alguno en concreto.

Una vez hayamos obtenido la correspondiente Esmeralda veremos un icono en la zona inferior derecho de la pantalla si hay plataformas secretas, podemos trepar por el agua o hay un lugar al que solo se puede acceder convertidos en bola de fuego. Y eso se agradece tanto para los que buscan exprimir al máximo cada juego como a los más despistados o a los pequeños de la casa que, de manera totalmente justificada, prefieren recorrer zumbando cada zona sin mirar atrás. Sobre todo, si juegan con Sonic.

Pese a que el erizo azulado es el personaje titular, Sonic Superstars ofrece inicialmente cuatro protagonistas, y cada uno de ellos tiene movimientos o habilidades propias que habilitan acceso a tramos exclusivos. De modo que además de alentar a que regresemos a las zonas superadas para probar las esmeraldas, se promueve que alternemos entre Sonic, Tails, Knuckles y Amy Rose al jugar por nuestra cuenta. Es más, solo así es posible acceder a todos los Actos.

• De entrada, el propio Sonic no se mueve como en sus versiones clásicas, sino mejor: además de heredar el Drop Dash de Sonic Mania, es de esos pocos, poquísimos, juegos de scroll lateral de Sonic con personajes no pixelados que retiene su agilidad y ritmo intactos frente al pixelado. De hecho, no solo carece de impulso en salto, sino que no lo necesita en absoluto.

• Miles 'Tails' Prower no podía faltar en la ecuación. En Sonic SuperStars es capaz de volar mucho más alto y más tiempo que en ningún otro juego de corte clásico, siendo un personaje cómodo y perfecto para principiantes. Y sí, como en Sonic 2, puede llevar a otro personaje al vuelo.

• Knuckles es, quizás, el personaje más conservador frente a su contrapunto pixelado, pero su versatilidad se manifiesta en el diseño de los escenarios. Sobre todo, cuando en Sonic Superstars se ha añadido un Acto opcional y totalmente exclusivo para cada uno de los protagonistas que hace avanzar la trama.

• La incorporación oficial de la versión clásica de Amy Rose al grupo llegó con Sonic Origins (ya habíamos visto y jugado con la moderna) y de ella hereda todo su repertorio de movimientos y martillazos sustituyendo su Drop Dash por algo más conveniente: un doble salto en el aire que, además, despeja las zonas taponadas.

No son los únicos personajes, que conste. Sonic Superstars se guarda un par de sorpresas más para aquellos que completen la historia (en bastante menos de diez horas si decidimos reunir todas las esmeraldas) que añade más matices a las partidas individuales y un extra de diversión en el multijugador cooperativo, pero también suma un nuevo modo individual que doblará las horas de juego.

Sin embargo, lo curioso del asunto es que repartidos por los diferentes mundos de Sonic Superstars y las fases de bonus se nos propondrá crear y ensamblar un nuevo personaje al gusto a base de recolectar Medallones. Uno que usaremos directamente en el multijugador competitivo, tanto online como sin conexión.

La experiencia multijugador: la cooperativa y la competitiva

Que Sonic Superstars tenga el encanto de los clásicos y sea divertidísimo no quita que tenga sus propios talones de Aquiles. Lo curioso es que todos pasan por el mismo apartado: la experiencia multijugador. Algo paradójico, tratándose de uno de sus máximos reclamos.

De entrada, el multijugador del modo Historia es únicamente local. Es decir, sin conexión online y en la misma pantalla. Quizás Steam sea la excepción gracias a Remote Play Together, pero SEGA y el Sonic Team desaprovechan la oportunidad para ofrecer un plataformas en el que varios jugadores puedan compartir partida desde sus casas, aunque dado el diseño de los niveles y cómo se progresa se puede llegar a entender. Lo que es menos justificable son los bugs al jugar en compañía.

Por lo general, Sonic Superstars aguanta el tipo de maravilla a dos mandos o más, tiene un sistema de reaparición que a veces juega en su contra: el jugador que avanza, independientemente del mando que use, lleva las riendas y el resto puede incorporarse al instante presionando un botón. Nadie se queda atrás, ni tampoco hay que esperar unos segundos para que aparezca Tails y nos ayude a llegar a algún sitio, como en los Sonics de Mega Drive.

Lo malo de esto es que a veces el que está atrás no está rezagado. Esto se nota especialmente en las partes en las que hay más mecanismos o elementos interactivos, como tuberías, resortes de pinball o los clásicos ascensores. En caso de ser eliminados tras perder todos los anillos, aparecerá un icono en la zona baja que deberá recargarse para volver a aparecer. Como comentamos, no hay vidas pero si todos pierden los anillos toca regresar al último poste tocado.

Sin embargo, el problema se manifiesta cuando esas reapariciones realizadas o activadas descolocan la acción del juego. Especialmente, cuando los personajes están atravesando zonas de alta velocidad o cambiando entre planos delanteros y de fondo aprovechando la profundidad de determinados tramos.

Y si, normalmente, esto son excepciones, es en la última parte de la Historia (el segundo Acto del mundo 11) dónde las costuras de Sonic Superstars se abren del todo y jugar a dos mandos o más acaba provocando bugs o problemas. Especialmente, en un Jefe Final que en más de una ocasión ha decidido que uno de nosotros debía caer fulminado incluso con anillos en posesión. O, al menos, en la versión de PS5 que hemos podido analizar.

Junto con el modo Historia cooperativo, un modo alternativo desbloqueable y el clásico modo Chrono (contrarreloj), Sonic Superstars redondea su propuesta de juego y amplía su rejugabilidad con el modo multijugador Batalla, al cual se puede jugar tanto online como sin conexión a través de partida local. De hecho, en la razón de ser de los Medallones repartidos en las fases de Bonus o al obtener 100 anillos en el resto de modos.

Los Medallones se usan para comprar piezas y detalles de Prototipo, una especie de Robot con las mismas características y habilidades compartidas de los protagonistas. Éstas piezas son partes originales para la cabeza, el tronco, las piernas, los brazos, el color o los detalles o directamente se inspiran en otros robots como Metal Sonic, Silver Sonic o Metal Knuckles entre otros. El propósito de los Prototipos: ser nuestro avatar en las partidas online y locales.

La idea tras el modo batalla de Sonic Supestars es ofrecer una serie retos que pueden ser las clásicas carreras, batallas al estilo shooter, pruebas de eliminación e incluso desafíos de recolección. Y pese a que la mayoría son en escenarios acotados, hay una variedad entre ellos para que no se hagan especialmente repetitivos. Algunos, de hecho, son con acabados de LEGO.

De cara a nuestro análisis, el sistema de búsqueda de partidas online no funcionó. O, más bien, encontrar jugadores fue imposible. Queremos entender que el matchmaking de Sonic Supestars mejorará cuando sea lanzado el juego. En lo que respecta a su contrapunto offline, podemos elegir si jugar contra bots o contra amigos a razón de un jugador por mando, dividiéndose la pantalla en hasta cuatro partes en función de los participantes.

Que Sonic Supestars incluya un sistema de multijugador online es un extra más que una experiencia de juego capaz de igualar el atractivo de la campaña o los tradicionales modos contrarreloj. Lo curioso aquí es que, al final, los medallones que recolectamos en el juego y las fases de bonus se emplean en la personalización del Prototipo, con lo que no podemos canjearlos en extras como canciones, arte original o diseños. No es que éstos no existan, sino que se ofrecen aparte y por separado como parte de la edición Deluxe del juego.

Como resultado, tenemos unas opciones de multijugador que funcionan muy bien en el modo Historia salvo cuando se manifiestan los bugs en los compases finales y alguna que otra ocasión en el resto de Actos, pero que -al igual que ocurría en los clásicos de Mega Drive- acaban siendo un añadido menor de cara a ofrecer una experiencia competitiva. Se agradece, desde luego, y la posibilidad de jugar con amigos online está ahí. Pero no acaba yendo mucho más allá de ser un extra para un juego que busca enamorar a los fans. Y lo consigue.

La opinión de VidaExtra

Sonic Supestars es el legítimo heredero de los juegos originales que conocimos en las consolas de 8 y 16 bits de SEGA, tomando ideas acertadas tanto de su legado en Mega Drive como ideas y algún personaje que solo habían sido vistos en Game Gear. Pero, sobre todo, una aventura plataformera estupenda y a la altura de un icono de los videojuegos. Sin aspiraciones de reinventar lo que ya funciona, pero más que dispuesto a dejar huella entre los fans.

Como juego, Sonic Supestars se niega desde el principio a ser simplemente otro juego más protagonizado por el personaje de zapatillas coloradas: además de captar la esencia de los clásicos a los mandos o en su diseño de niveles, aporta más elementos y variedad, apuesta por introducir un multijugador divertido offline y encuentra ese punto exacto entre la nostalgia y lo que jamás pasa de moda.

Su estética es exquisitamente atemporal. Lo puedes ver en cualquiera de nuestras capturas. Y eso juega a su favor, ofreciendo acabados que no buscan ir a la vanguardia, ni pecar de modestos y mucho menos escudarse en el elemento retro. Pero al final lo que acaba definiendo la experiencia es aquello que s Tanto por sus sensaciones jugables y su ritmo, como por su empeño en ser ese paso al frente dentro de la serie Sonic The Hedgehog que no se había dado desde Sonic & Knuckles. Y eso no es fácil.

Un estupendo juego, seas o no fan de Sonic y sus amigos, pero la perfección se le escapa de las manos: además de los bugs que aparecen en su multijugador, en especial los actos finales, nos topamos con un modo batalla que, quizás, podía haber sido más interesante. Por otro lado, los poderes especiales de las Esmeraldas del Caos son más un añadido que da rejugabilidad, pero al final no marcan una auténtica diferencia. Algo que tiene cierta lógica: debes poder completar el juego sin recurrir a éstos.

SEGA perdió la oportunidad de redondear más y mejor los contenidos al no incluir el arte y la banda sonora del juego en las ediciones estándar, reservándolo como app independiente dentro de las Ediciones Deluxe. Sin embargo, lo cierto es que son esa clase de elementos que valoramos los nostálgicos, y Sonic Supestars es un videojuego que tiene siempre presentes tanto a los jugadores nuevos como a los que jamás habían tocado un videojuego del destello azulado. Y eso lo borda.

Quizás, Sonic Supestars, no sea el mejor juego protagonizado por el Sonic clásico, pero se codeo con lo mejor desde su renacimiento. Que no llegue al podio total no es por falta de nuevas ideas o despegarse de la esencia de los originales, que conste. Es, más bien, por cómo el Sonic Team pierde por el camino esa ambición por revolucionar el género de las plataformas que fascinó a generaciones enteras. Pero, en ese mismo camino, logra otro hito todavía más complicado: ser ese nuevo clásico imprescindible para los fans de siempre y que cautivará los jugadores de ahora. ¡Larga vida al Sonic clásico y sus amigos!

Precio de Sonic Superstars

La edición estándar de Sonic Superstars en digital y físico está valorada en 59,99 euros en todos los sistemas (PS5, PS4, Xbox Series X / S, Xbox One, Switch y PC), aunque es posible encontrar copias un poco más baratas en disco. Además, todas las reservas digitales incluyen la apariencia de personaje de Eggman de LEGO.

Por otro lado, la edición Deluxe Digital de Sonic Superstars, valorada en 69,99 euros en todos los sistemas, incluye varios contenidos a tener en cuenta: además del aspecto de Eggman de LEGO, recibiremos un lote de aspectos de personaje de LEGO para Tails, Knuckles y Amy, un aspecto secundario de Rabbit para Sonic, piezas inspiradas en Silver Sonic para nuestro Prototipo y fondos para los menús del juego. Aunque el verdadero reclamo es el arte digital.

A través de la edición Deluxe de Sonic Superstars es posible acceder a la app en la que encontraremos tanto el artbook con todos los diseños del juego e ilustraciones promocionales (ojo con los spoilers) y una selección de temas de la banda sonora.

Duración de Sonic Superstars

A título personal, tardé menos de diez horas en terminar por primera vez Sonic Superstars en solitario encontrando y recogiendo todas las Esmeraldas del Caos. Ese tiempo se puede reducir drásticamente si vamos a tiro fijo y nos saltamos los actos exclusivos de los personajes, aunque el Sonic Team apuesta muy fuerte por la rejugabilidad. A modo de referencia, una vez conoces los niveles y las rutinas de los enemigos se puede tardar lo mismo en terminar el juego que cualquier Sonic clásico.

En cuestión de regresar a los niveles, Sonic Superstars sabe hacer las tareas. Además de los contenidos desbloqueables que aparecen en el menú al acabar el juego, tenemos el modo Contrarreloj y el modo Batalla, aunque este último no resulta tan atractivo. Una vez recojamos las Esmeraldas del Caos que nos faltan, podemos rejugar en compañía, descubrir los niveles con otros personajes y, sobre todo, obtener medallones para las piezas del Prototipo del modo batalla, extendiendo la duración a más del doble.

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