Está claro que el tener varios años a sus espaldas puede jugarle una mala pasada, pero estamos ante un hito histórico y parecemos más tranquilos de lo normal. No sólo estamos a las puertas del lanzamiento de un juego exclusivo hecho por un estudio de Sony en PC, estamos ante un firme candidato a GOTY de la plataforma llamado Horizon Zero Dawn.
Tres años después de tocar la aventura de Aloy en PS4 con la expansión The Frozen Wilds, la principal duda que me asaltaba al empezar esta Horizon Zero Dawn Complete Edition era si el paso del tiempo le habría sentado bien. Eso y, por descontado, hasta qué punto era capaz de sorprenderme el salto a más posibilidades gráficas.
Un tímido salto de plataforma
Respecto a ambas cuestiones tengo una buena y una mala noticia. La buena es para aquellos que no se hayan acercado al juego de Guerrilla en el pasado: vais a gozarlo. La mala es para los que busquen aquí la excusa perfecta para una segunda vuelta: las mejoras no justifican el desembolso.
Lo ideal aquí sería cruzarse con un juego adaptado a las posibilidades de un PC de gama alta, pero más allá de poder superar la barrera de los 30 fps, el trabajo a nivel visual es el de un port de la versión de PS4. No hay mejora o remasterización de personajes más allá de lo vivido en el reescalado que ofrecía PS4 Pro. Una oportunidad perdida para que el juego luzca aún mejor en la que el raytracing también queda fuera de la ecuación.
La situación sobre el papel es esa. A los mandos -muy curioso lo de ver botones de Xbox en una de las joyas de PS4-, en cambio, las posibles quejas se difuminan porque seguimos estando ante un juego que se ve realmente bien. Además, aquellos que puedan disfrutarlo en pantalla ultrapanorámica van a quedar aún más encantados.
En cierto sentido huele a globo sonda. A un “a ver qué tal funciona esto” a nivel comercial que, de hacer honor a su potencial, sería la excusa perfecta para repetir la jugada con otros títulos. Esta vez con algo más de mimo en el salto a PC en vez de un simple port con opciones gráficas.
Horizon Zero Dawn sigue siendo una joya
Superado el apartado visual, toca centrarse en lo que realmente convierte a Horizon Zero Dawn en un juego muy a tener en cuenta, lo terriblemente divertido que es. Aquí controlamos a Aloy, una aventurera en una Tierra que ha sucumbido al apocalipsis dejando nuestra civilización en ruinas.
Nuestro papel, más allá de sobrevivir a los acontecimientos que marcarán la historia y nos mostrarán cómo la raza humana se ha adaptado a esa situación, está en averiguar qué ocurrió con nuestro palenta, con nuestro antiguo modo de vida y, por descontado, por qué entre jabalíes y liebres hay robots con aspecto de dinosaurio que conviven con la humanidad como si fuesen una bestia salvaje más.
Una de esas historias que, pese a no ser para enmarcar y esconder con bastante torpeza sus giritos, cede muy buenos momentos a nivel de exploración y descubrimiento. Sus misiones secundarias, aunque atadas al siempre incómodo “ve allí y tráeme/mátame aquello”, resultan bastante más atractivas por el esfuerzo que ponen en sacarte del camino y mostrarte lugares y situaciones que tal vez te habrías perdido sin alguien que te lleve de la mano.
En esencia, uno de esos inmensos mundos abiertos en los que te apetece perderte. Un vasto escenario cargado de panorámicas de postal que el juego se encarga de enmarcar en espectaculares secciones de acción. Ya sea en medio de una escalada o con el lanzamiento de una flecha a cámara lenta, perder el tiempo en el modo foto se torna casi imprescindible.
Los combates contra robots dinosaurio, su mejor baza
La parte por la que recuerdo con especial cariño a Horizon Zero Dawn es, más allá de todo lo anteriormente relatado, la de sus combates. Con el arco por bandera y con ciertos tintes de Monster Hunter, la lucha contra las máquinas es una contínua estrategia que invita a combatir con cabeza y habilidad.
Destrozar partes con daños elementales, evitar que ataquen con un poder especial al reventar la parte que lo posibilita, aprovechar huecos en su estructura tras un movimiento concreto para hacer más daño… Es mucho más que apuntar y disparar.
La suma de habilidades que iremos desbloqueando -muy en la línea del estilo Far Cry- y las armas que poco a poco van entregando nuevas estrategias, por ejemplo anclar el bicho al suelo y rodearlo de trampas para mantenerlo a raya mientras mantenemos las distancias, convierten cada encuentro en una de esas experiencias que pocas veces querrás evitar.
Un sistema increíblemente bien medido y ejecutado que entretiene con los bichos más pequeños y brilla con una luz especial cuando toca enfrentarse a bestias capaces de mandarte a la lona de un golpe. A Horizon Zero Dawn llegas por la gracieta de los robots dinosaurio, y te quedas en él por lo divertido que es enfrentarte a ellos.
La opinión de VidaExtra
Con una edición que incluye también el más y mejor del que hacía gala la expansión The Frozen Wilds, tirarse de cabeza a Horizon Zero Dawn para PC es una golosina a la que es difícil decir que no si te lo perdiste en el pasado. Guerrilla montó un juego fantástico que, en su salto a Steam y Epic Games Store, bien merecía un homenaje con algo más de cariño y, sobre todo, algo más de pulido en lo técnico.
Pese a ello, y a pesar de lo que pesan los años en algunos aspectos como las secuencias de conversaciones, Horizon Zero Dawn sigue siendo un juego que hay que probar sí o sí en algún momento. Tal vez había hueco para un mejor resultado, pero es innegable que cualquier ocasión sigue siendo perfecta.
Imprescindible
Horizon Zero Dawn Complete Edition
Plataformas | PC |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | Guerrilla |
Compañía | Sony |
Lanzamiento | 7 de agosto de 2020 |
Precio | 49,99 euros |
Lo mejor
- Su espectacular universo
- Combates para enmarcar
- Un juego enorme
Lo peor
- Poca ambición en lo técnico
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