Se cumplen tres semanas desde que viera la luz la nueva entrega de Fullbright, el estudio con base en Portland encargado del sólido e inolvidable ‘Gone Home’. Poco más de 21 días desde que alunizara una experiencia narrativa tan sobresaliente como precipitada que no solo reafirma la calidad de un 2017 para la historia, sino que además cubre las necesidades de un género sobreexplotado.
Por suerte o por desgracia, mi experiencia como jugador y espectador me ha convertido en un profundo, dedicado y exigente amante de la ciencia ficción ambientada más allá de la exosfera. Espadas láser, planetas hostiles, especies desconocidas. Todo funciona, pase el tiempo que pase y fallen las veces que fallen.
576 horas terrestres después desde que la estación espacial ‘Tacoma’ me abriera las compuertas para su exploración a través de Xbox One y PC, toca celebrarlo como se merece con un reflexivo análisis libre de spoilers. Puede que hayamos tardado más de lo debido en ofrecer una valoración de la propuesta dirigida por Fullbright, pero más vale tarde.
Desde VidaExtra diseccionamos sus virtudes y defectos para convenceros de que ‘Tacoma’, muy lejos de ser el paradigma de los juegos con presupuesto hollywoodiense, regala el puñado de horas espaciales más cercanas e inmersivas de los últimos años. Un más que serio candidato al premio “joya desconocida que mereció más atención”.
¿Preparados para el lanzamiento? Comienza la cuenta atrás.
Houston, tenemos argumento
Año 2088. Tras descartarse el apocalipsis Disney que muchos se temían a principios de siglo, las macro empresas han aterrizado definitivamente en la sociedad para adueñarse tanto de las necesidades básicas como de los sueños más imposibles. Viajes espaciales, chalets lunares, robots con los cuales tomarse una cerveza, súper entes artificiales con el mayor conocimiento existente, matrículas universitarias millonarias. El futuro en todo su esplendor.
En este mañana tan imaginable la Tierra ha cambiado, y con ella todos nosotros. Ya lo anticipó Spike Jonze con ‘Her’. Ahora ya no se es del Betis o el Real Madrid. Ahora el impacto de Justin Bieber o Gemeliers es tan ínfimo como nostálgico. Es el corporativismo el que va un paso más allá y nos define, por encima de todo, como esclavos hambrientos de latigazos. El trabajo como vida. La vida sin identidad.
Es justo ahí, en la estrecha unión trabajador-empleo donde Venturis, una de los mayores holdings espaciales de la década centra sus esfuerzos. Crear estaciones orbitales alrededor de la Tierra no es tarea fácil, pero si se cuenta con asalariados pseudoencarcelados en sus puestos la cosa cambia. Sobre todo mientras que las negociaciones con los sindicatos siguen en conflicto por su rechazo a la automatización. Perder el empleo por un robot es el drama más enorme al que hacer frente en 2088, amigos. Menos mal que nos pillará en el otro barrio.
En semejante contexto político, una tripulación de contratistas se encarga de salvaguardar el Acuerdo de Supervisión Humana trabajando en la estación lunar Tacoma; punto de transferencia entre la Tierra y el resort vacional/cementerio de elefantes llamado Zenith.
Todo marcha como debe hasta que un objeto espacial impacta con la nave de nuestros protagonistas desatando presiones, acercando la muerte a pasos agigantados y demostrando que por mucho que avance la tecnología, seguiremos siendo extremadamente débiles en manos de los intereses de las grandes compañías.
Una explosión de narrativa intimista
Si hay algo que me apasione de la ciencia ficción bien trabajada es que utiliza contextos inmensos para focalizarse en desarrollar historias costumbristas. Tal y como sucede en ‘Solaris’ o ‘Arrival’ (ejemplos sobresalientes de mimo por el detalle), el marco espacial solo sirve para hacer que los personajes expandan la cotidianidad olvidándose, en los instantes clave, del drama tan infinito que los rodea.
En ‘Tacoma’ encontramos mucho de ese motor narrativo. Las relaciones personales, el amor furtivo, la homosexualidad tratada con la normalidad que se merece, el sexo, el miedo a no estar a la altura o la existencia de un ser superior (€,$,¥) son solo algunos de los ingredientes que hacen de ‘Tacoma’ la experiencia intimista más recomendable del año.
Como en cualquier historia, los protagonistas son el motor principal para conectar, y aquí desbordan un background tan profundo que verles como hologramas virtuales los hace incluso más apetecibles. Porque sí, en ‘Tacoma’ se nos situará en un contexto donde los tripulantes han desaparecido y gracias al rebobinado de las grabaciones realizadas por ODIN, la IA de la estación, podremos ser testigo de las vivencias de sus tripulantes en las horas claves del accidente.
Como si de una función VR se tratase, nuestro papel será recolectar toda la información posible de estos hologramas “vivientes” para esclarecer lo sucedido en la estación. Todo ello de la mano de ODIN, el director de orquesta comprensivo, frío y distante que nos mantendrá con las alarmas activadas durante toda la aventura.
La administradora E.V James, el especialista Clive Siddiqi, la jefa de redes Natali Kuroshenko, la ingeniera Bert Williams, la médico Sareh Hasmadi y el botánico Andrew Dagyab ofrecen un arsenal de situaciones escritas de forma sobresaliente e interpretadas con un doblaje que bien merecería alguno de los premios que injustamente se repartirán los peces gordo de la industria a final de año.
‘Tacoma’ es mucho más que un walking simulator. Es la preciosista revisión del espacio a través de siete personajes rebosantes de vida. Pero sigamos, que todavía hay mucho más.
El desequilibrio también es protagonista
Desafortunadamente, no todo lo que ofrece la propuesta de Fullbright alcanza las cotas de brillantez que amasaron con ‘Gone Home’. En cuanto a su narrativa es un portento, pero es en su jugabilidad donde termina desafinando más de lo debido.
Además del rebobinado de escenas y la inspección de elementos clásica del estudio, nuestra experiencia se limitará a pasar de puntillas por una historia que pide a gritos más participación. Olvidaos de interactuar, perderse o resolver puzles, todo en ‘Tacoma’ está dicho y nosotros solo estamos de paso.
¿Falta dificultad? Tal vez ¿Falta oscuridad? Bueno, tal y como sucede con ‘Gone Home’ o el reciente ‘Firewatch’ el objetivo no es encontrar soluciones a preguntas sin nombre. Nos limitamos a hacer de detectives con el único fin de alargar una historia que sin duda merece todas las horas que echemos de más.
Es en la duración donde ‘Tacoma’ se deja castigar por los críticos menos pacientes de la industria. Deteniéndote en cada rincón, investigando en los perfiles de cada tripulante, cotilleando en sus cajones, reposando cada elemento y consiguiendo sus divertidos logros la aventura no pasa de las 5 horas. Así que ya podéis hacer cuentas. En lo que dura la merienda podéis finiquitar 'Tacoma', tenéis razón. Pero dejaréis por el camino tantos detalles sobresalientes que su revisión es más que obligada.
Ingredientes de calidad tiene para dar y regalar. Sus creadores beben de fuentes maravillosas y su talento resulta inagotable. Estoy convencido de que más de un proyecto triple A pagaría cifras alargadas por semejante universo, aunque tampoco tendría dudas en que estirarían la experiencia un par de decenas de horas.
Imprescindible hasta el infinito y más allá
En resumidas cuentas, y para acercarnos al broche final del análisis, 'Tacoma' es todo aquello que el fan del espacio necesita en su catálogo. Y pese a lo desigual de una propuesta concebida para sorprender, el cariño del estudio con las motivaciones, necesidades y dramas de sus protagonistas es de tal calibre que las carencias se terminan maquillando irremediablemente.
Sí, desde Vidaextra aprovecho para hacer el llamamiento colectivo. Recomendar un walking simulator termina siendo peligroso en estos días, pero algo me dice sabréis valorarlo como se merece. Sin armas y con la simple motivación de nuestra curiosidad descubriréis una aventura que no tardará en dar el salto a la pequeña pantalla. O la grande, si Villeneuve se entera de qué va el lío.
'Tacoma' da forma a las inquietudes de un estudio al alza y con todas las papeletas para convertirse en aquello que deseen. Materia prima hay, desde luego, y con ejemplos tan respetables a ver quién es el valiente que se atreve con el ninguneo.
Ya sabéis, si desde pequeño habéis soñado con el espacio, con jugar al baloncesto en gravedad cero o habitar una estación con vistas al planeta la propuesta de 'Tacoma' se convierte en algo más que una compra imprescindible. Pasará a ser la necesaria hendidura en el tiempo para entender el sinuoso futuro político, social y económico que nos espera a la vuelta de la esquina.
A favor
- La exquisita narrativa
- El doblaje
- Es la experiencia espacial que estabas esperando
En contra
- Tan guiado que resulta imposible perderse
- Se echa de menos algo de profundidad
- Demasiado corto para la calidad de su guión
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