Siento haberte fallado, Aloy: regreso a Horizon Forbidden West y a mi mundo abierto preferido de PlayStation

Siento haberte fallado, Aloy: regreso a Horizon Forbidden West y a mi mundo abierto preferido de PlayStation

Retomo el sandbox de Guerrilla Games tras haber dejado pasar la oportunidad hace casi dos años

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Horizon Forbidden West

Cuando en marzo de 2017 debutó Horizon Zero Dawn en PS4, no dudé ni un segundo. Aquella fantasía de Guerrilla Games sobre un mundo abierto repleto de dinosaurios me conquistó por completo durante sus adelantos en las ediciones del E3, así que tenía una cita con la misteriosa chica pelirroja. No me equivoqué ni un ápice: el videojuego me enamoró de principio a fin.

Y lo hizo por todas partes, incluso en aquellas que muchos -un servidor incluido- desprecian en otras obras, tal y como es el lore de su universo. Me fascinaron las diferentes tribus, las peleas regionales y cómo todos se distinguían visualmente, en el comportamiento y con enclaves magníficos. A día de hoy, no hay lugar virtual que recuerde con más cariño de Horizon Zero Dawn que Meridian, por lo que en 2022 no podía fallar.

Horizon Forbidden West apareció en nuestras vidas en un momento temporal complicado para todos, pues Sony decidió publicar el título con la fecha de lanzamiento de Elden Ring muy cerca. Para mayor "infortunio", yo mismo me encargué de explorar las Tierras Intermedias para el análisis de VidaExtra. A pesar de haberme hecho con la Edición Especial para PS5, mi momento de sumergirme en el Oeste Prohibido tuvo que esperar unos cuantos meses.

No fue hasta las vacaciones de verano cuando instalé la secuela en la consola con emoción y comencé una nueva partida... que dejé a medias. Ni siquiera puedo decir que llegué a la mitad, ya que al poco de aterrizar en Cadena Chirriante abandoné el videojuego. En ningún momento fue culpa de la obra, sino pura desidia mía y ganas de desconectar del mundillo durante aquellos calurosos días. Así pues, una deuda muy importante se ancló en mi cabeza durante este tiempo.

Horizon Forbidden West

Ahora, casi dos años más tarde, he encontrado el hueco para devorar la aventura con muchísimas ganas. He iniciado una nueva partida para refrescar la memoria sobre los controles y los acontecimientos que viví, pero ha sido un poco complicado ante semejante espectáculo visual. Es una auténtica barbaridad lo bien que se ve Horizon Forbidden West, especialmente en un monitor a 1440p y 60FPS. Lo de Guerrilla Games mete miedo, pues han recargado cada fotograma de colores, densidad y una puesta en escena que invita constamente a perderse en el Modo Foto.

Varl, Erend y muchos otros personajes están de vuelta para encaminarme hacia una nueva región. Siempre que avanzo un poco más en el título me sorprendo con la variedad de entornos, ya que se puede pasar desde el desierto más arenoso a las cumbres nevadas más altas. Por medio se encuentran bosques profundos, valles inabarcables y cascadas gigantes para conformar un paisaje delicioso que, en esta ocasión, se puede escalar. Es más que evidente que existe una influencia por parte de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, aunque con un resultado mucho peor.

El equivalente a la paravela de Hyrule se debe activar manteniendo pulsado cuadrado en vez de que se despliegue al instante, mientras que la escalada, aún ofreciendo bastante libertad, está limitada a las marcas amarillas que señala el Foco de Aloy. Con todo, el resultado sigue siendo lo suficientemente satisfactorio como para que sea entretenido desplazarse por el mundo abierto que alberga nuevas criaturas. No he visto demasiadas, más allá de los Colmilludos, los Acaparadores y viejos enemigos que pueblan las tierras realizando sus propias tareas.

Horizon Forbidden West

Cadena Chirriante, que no deja de ser una parada más en el camino, ya marca el paso de Horizon Forbidden West. La cocina, con el vapor de los fuegos poblando el ambiente y el bullicio de los comensales, es fenomenal y hay muchísimos NPC llevando a cabo sus animaciones. Unas animaciones que sí, han mejorado notablemente respecto a Horizon Zero Dawn y se nota durante las conversaciones. Aloy se mueve, se expresa utilizando su cuerpo al igual que el interlocutor y el diálogo ya no se reduce a un intercambio de planos al más puro estilo Bethesda. Lo que no me termina de convencer es poder elegir las contestaciones, lo cual aporta un punto de rol que, por ahora, no he notado que haya modificado nada en mi partida.

Y eso me ayuda a mantener el hilo en una trama que me engancha. Los Oseram, los Carja Sombríos, los Tenakth y los múltiples intereses que manejan las sociedades me resultan muy atractivos de conocer. Apenas he llegado realmente al Oeste Prohibido, concretamente hasta Cantollano. Es aquí donde la desarrolladora holandesa demuestra su buen hacer aprovechando los restos de un mundo antiguo para que se nutran sus nuevos habitantes. Viven en las gigantescas parabólicas con construcciones hechas a base de madera y hojas, una auténtica locura que distingue a los Utaru por completo. Su forma de vida, basada en el cultivo de grandes terrenos, se ve amenazada por la plaga roja, pero la estampa que deja el mal es preciosa.

Eso sí, me he tenido que readaptar a toda la idiosincrasia que rodea el combate de Horizon Forbidden West. La combinación de sigilo con acción directa me encanta, así que bailo entre acechar a mis presas entre los arbustos y aporrearles bien fuerte con la lanza. El árbol de habilidades ha evolucionado exponencialmente, pues ahora las Oleadas de valor cumplen un papel muy importante. Me inclino por no llamar la atención siempre que puedo, aunque la variedad de armas es tal que nunca me siento incómodo. Es un pequeño puzle enfrentarse a las máquinas, pues cada una cuenta con sus propios puntos débiles a explotar.

Horizon Forbidden West

Además, engarzar potenciadores a los atuendos, armas y crear mejoras potencia más el apartado RPG y me gusta cómo se está desenvolviendo hasta el momento Horizon Forbidden West en este sentido. Ganas, muchísimas ganas tengo de descubrir dónde está Sylens, qué ha pasado con HADES, leer todas las notas, enfrentarme a seres colosales, sabotear un Caldero, bucear, volar y empaparme de una franquicia a la que tengo mucho cariño.

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