Los amantes de los videojuegos de acción y ambientados en Asia oriental, Japón y China principalmente, están de enhorabuena en 2024. Tenemos a la vista dos entregas con fecha de lanzamiento, Rise of the Ronin (22 de marzo) y Black Myth Wukong (20 de agosto), y otra que su fecha concreta sigue siendo un misterio: Phantom Blade Zero. Las tres tienen una pinta sublime.
En este contexto, he recordado una de las joyas más bonitas de PlayStation: Ghost of Tsushima, uno de esos exclusivos que todavía no ha roto las barreras de PS4 y PS5... aunque debería hacerlo. Jugué durante un par de horas y luego eché un vistazo a unos cuantos directos.
Uno de los streamers preguntó qué era el minijuego de cortar los bambúes y si es cierto que sirve para mejorar las katanas, al menos para el proceso. Su pregunta despertó mi curiosidad. De alguna forma sé que es una tradición japonesa relacionada con las espadas, pero nunca me he molestado en informarme activamente.
Un arte japonés que se remonta del siglo XVII hasta la actualidad
No estaba equivocado. El minijuego de cortar bambúes con la katana en Ghost of Tsushima está tomado de un arte japonés llamado Tameshigiri. Su función en el juego dista mucho de la tradición original y se acerca a la versión que se practica actualmente. Antes de entrar en materia, permitidme hacer un repaso rápido.
Los Puestos de Bambúes en Ghost of Tsushima son una serie de coleccionables o puntos de interés repartidos en 16 lugares de todo el mapa. Hay que pulsar una secuencia de botones rápida y en el orden indicado para lograr un corte limpio. Hay un botón por cada bambú a cortar. Cuantos más bambúes, más complicado de ejecutar correctamente.
La recompensa que nos pone el videojuego al completar todos estos puestos es adquirir el máximo del atributo Determinación y en última instancia una máscara llamada Mensajero de la Montaña Sagrada. Ahora que todos hemos hecho memoria, vamos a ver el contraste con la realidad.
El Tameshigiri es un arte japonés relacionado con las katanas. Las pruebas históricas relatan que se usó en el Periodo Edo, comprendido entre el Siglo XVII al XIX, y actualmente se sigue practicando con una finalidad ligeramente distinta. La tradición original no escondía misterio alguno: era una prueba de corte para testear la calidad de las katanas.
El proceso era sencillo, aunque con un toque bárbaro. El maestro o guerrero con más habilidad era el único que podía poner a prueba las katanas, de esta forma no se ponía en entredicho que la falta de calidad de la misma se debiese a quien realizaba el corte.
Dicho corte se ejecutaba de la misma forma que en Ghost of Tsushima, aunque no siempre se utilizaba bambú. Otras registradas son la paja de arroz, chapas delgadas de metal e incluso goza (capa del tatami), entre otros. Actualmente, se prefiere usar la goza y el bambú. Y aquí viene la parte oscura de la tradición: también se usaba a humanos para llevar a cabo el Tameshigiri.
El asunto del Tameshigiri en cuerpos humanos es extenso y algo desagradable, así que os resumo: se utilizaba a criminales y convictos para hacer los cortes en los tobillos (entre otras zonas), ya fuese de forma horizontal o vertical, subiendo desde el mismo hasta la cadera. Al terminar, fuese cual fuese el material utilizado, se registraba en la zona superior de la katana como un certificado de calidad.
En resumen: esta práctica se utilizaba para probar la calidad de las katanas. En la actualidad, se ha prescindido de los humanos y la motivación para ejecutarla es totalmente opuesta: se pone a prueba la habilidad del portador y se asume que la katana es de primerísima calidad.
Aunque la finalidad del minijuego en Ghost of Tsushima no tiene demasiado que ver con la tradición original, sí que se acerca a lo que conocemos actualmente. Y no es de extrañar que exista una similitud tan buena. Sucker Punch Productions trabajó estrechamente con historiadores, arqueólogos y otros muchos expertos para ofrecer una ambientación de calidad sublime.
Los estudios e investigaciones del estudio los llevaron a consultar a expertos muy especializados, como ornitólogos. Querían saber incluso qué fauna exacta (pájaros, en este caso), habitaron el lugar para representarlos en el juego con precisión. Y así con todo: armas, armaduras, arquitectura, arte...
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