Redfall se ha convertido en uno de los peores y más decepcionantes lanzamientos de 2023. Se ha unido a una lista de videojuegos relativamente recientes que ha minado la esperanza y confianza de muchos jugadores y que ha echado un chorro de gasolina al fuego de la creciente crispación en redes sociales.
No hay que buscar demasiado en redes, medios de videojuegos y canales de creadores de contenido para encontrar un consenso general: Redfall no vale su precio y mucho menos está a la altura de otros juegos de Arkane Studios como Prey, Deathloop o Dishonored.
La hostia de Redfall se dejó sentir hasta en la oficina del propio Phil Spencer, jefe de Xbox, que salió al escenario a pedir disculpas por el estado en el que se lanzó el juego y admitió que Arkane Studios no estuvo a la altura: "Por eso pido disculpas, no es lo que espero, no es lo que quiero." Y los desarrolladores del estudio tampoco pasaron un buen trago.
Redfall fue un barco en caos y sin rumbo
Conocer el pasado nos ayuda a comprender el presente y a no repetir los errores en el futuro. El futuro de Arkane Studios no está en mi mano, pero sí ayudaros a comprender cómo el avión de Redfall acabó incrustado en el cemento incluso antes de su lanzamiento. Y es que su desarrollo fue caótico y carente de rumbo, según revela una reciente investigación de Jason Schreier en Bloomberg.
El desarrollo de Redfall comenzó en 2018 y la tendencia de ZeniMax, poseedora de Bethesda Softworks, era ofrecer experiencias que pudiesen generar ingresos más allá del lanzamiento. La compañía animó a sus estudios a introducir microtransacciones para equipar estéticamente a los personajes. Fallout 76 y Doom Eternal son hijos de esta mentalidad. Y Redfall debía seguirlos.
En otras palabras: juegos como servicio como Fortnite y Warzone. Así fue como nació el enorme plan de microtransacciones de Redfall... pero decidieron relajarse tras varias polémicas importantes. No es por señalar a nadie, pero apostaría a que la polémica de Diablo Immortal estuvo sobre la mesa en algún momento.
Para 2023, las microtransacciones de Redfall desaparecieron, pero los problemas persistieron. El liderazgo de Arkane prometió que el juego se fusionaría con la "magia de Arkane" - Jason Schreier en Bloomberg.
Para un estudio acostumbrado en crear experiencias para un jugador que se diferencian por ofrecer diferentes tipos de estrategias a la hora de resolver problemas, un multijugador era algo relativamente nuevo y arriesgado. Pero no importó y así se aventuraron al mismo pozo en el que se encuentran Back 4 Blood y World War Z.
Varios miembros del equipo (anónimos por cuestiones legales) señalaron que el proyecto perdió el rumbo a medida que avanzaba y que sintieron mucha frustración cada vez que les ejemplificaban Far Cry y Borderlands, llegando a crear confusiones entre departamentos. Su equipo no estaba preparado para competir con otros gigantes como Call of Duty, Fortnite e incluso Destiny.
Obviamente, el malestar y la tensión crecieron, y muchos veteranos del estudio terminaron abandonado porque no estaban interesados en desarrollar un videojuego multijugador. Hasta el 70% del personal de Prey se fue y encontrar a nuevas personas para el equipo se convirtió en una misión imposible, según el artículo de Bloomberg.
El gigante Microsoft entra en escena como un rayo de esperanza para Arkane
La compra de ZeniMax por parte de Microsoft en septiembre de 2020 fue un evento que marcó la historia de los videojuegos. Doom, The Elder Scrolls, Fallout y más franquicias se unieron a la familia... y los jugadores nos frotamos las manos con todas las adiciones que fueron llegando a Xbox Game Pass. Fue una maravilla, pese a la preocupación sobre los futuros exclusivos.
¿Y qué supuso este evento para Arkane y Redfall? Mientras nosotros celebrábamos, algunos desarrolladores soñaban con que Microsoft cancelase o reiniciase el proyecto para convertirlo en un juego para un jugador. Así estaban los ánimos en el estudio. Por desgracia, Microsoft eligió el camino de la no intervención y permitió que ZeniMax siguiese como hasta el momento... un error que Phil Spencer reconocería más tarde.
El resto es más o menos historia conocida: Redfall se promocionó como un videojuego divertido y cargado de acción (que identificamos como un Left 4 Dead con vampiros), se retrasó, se canceló la versión de PlayStation, se anunció que no estaría a 60 fps en consolas de Xbox y prometieron que el producto que mostraron durante las pruebas (2021) sería mejorado de cara al lanzamiento final. Spoiler: no lo hicieron.
Redfall es una advertencia para Starfield y la familia de Microsoft
Sobra decir que el lanzamiento de Redfall fue un desastre. Es posible que a algunos os haya gustado y lo hayáis disfrutado, pero eso no cambia el sentimiento general. Arkane Studios pidió disculpas y prometió seguir trabajando para mejorar Redfall. Pero el daño ya está hecho y muchos usuarios sacamos dos conclusiones de este asunto:
- Que el problema de los exclusivos de Xbox no es falta de talento, sino de planificación.
- Microsoft y ZeniMax deben aprender de Redfall, que ha plantado la semilla de la duda con respecto a futuros lanzamientos, entre ellos Starfield. Si la gran promesa de Bethesda Game Studios se estrella de esta forma, será catastrófico.
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