Hay juegos relajantes y otros que apelan a la visceralidad de cada jugador y la hacen brotar. La saga Mortal Kombat pertenece a este segundo grupo y eso hace que tarde o temprano la cosa se desmadre: el jugador profesional Dyloch pagó (gustosamente) la astronómica cantidad 2.992 dólares justo tras ganar el Toreo CEO 2024. Por ponerlo en perspectiva, el primer premio consistía en 565 dólares. ¿qué es lo que ha pasado?
El CEO 2024 es un campeonato de juegos de lucha. Se celebró entre los días 28 y 30 de junio en Daytona y, lógicamente, Mortal Kombat 1 estaba entre la programación. Entre ambos días, un espectáculo que no estaba previsto por la organización: justo tras clasificarse para la gran final, Dyloch se levantó dejándose llevar por el momento y, como celebración, lanzó su silla fuera del escenario. ¿Un momento de gloria? Más bien lo contrario.
"Dylock se gana la entrada a la Gran Final. 3 victorias frente a Rewind en Mortal kombat 1 durante el CEO 2024. Por cierto, Dyloch, haznos el favor de mantener las sillas dentro del ring. Gracias."
Como queda mostrado en el tuit de la competición, la silla lanzada por Dyloch impactó contra un juego de luces que quedó completamente inservible. Como después mostrará uno de los organizadores del evento, se trata de un artículo valorado en casi 3.000 dólares. De modo que este mismo le solicitó al jugador de manera formal (aunque a través de sus redes sociales) que se hiciese responsable del destrozo.
Quién lo rompe lo paga
La respuesta de Dyloch no tardó en aparecer asegurando que pagaría los daños y, ya puestos, presumió de su cinturón de campeón con el General Shao, el personaje que usó durante el campeonato. No tenemos claro si para entonces sabía que esas luces costaban cinco veces lo que recibiría como primer premio.
¡¡Tu General Micky es el campeón del CEO!! Asimo la responsabilidad de esas luces por cierto. Dicho esto, me da igual que el General [Shao] haya empeorado en el ultimo parche del juego, ¡¡Apártate de mi camino!!
Los torneos de los juegos de lucha gustan porque son capaces de dejar a jugadores y espectadores grandes momentos colmados de emoción que estallan en cuestión de segundos. El triunfo de Dyloch nos dejó uno que merecerá la pena recordar, y no precísamente por su dominio de Mortal Kombat 1, sino por lo que no tiene que hacerse. Todo un ejemplo de cómo no celebrar una victoria. En cierto modo, es algo poético: los arrebatos al jugar en esta clase de juegos siempre salen caros. A veces durante la partida y otras en el sentido más literal.
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