Si no me equivoco no había vuelto a jugar a ningún Medal of Honor desde que probé la primera entrega aparecida para la Playstation original hace ya un buen montón de tiempo. Y el reencuentro creo que no podría haber sido más positivo: el paso de los años y el salto generacional se nota en este 'Medal of Honor: Airborne', sólo faltaría, pero sigue conservando su esencia.
En esta nueva entrega nos meteremos en la piel del soldado Boyd Travers, un paracaidista perteneciente a la 82ª División Aerotransportada de los Estados Unidos con el que deberemos llevar a cabo un buen número de misiones ambientadas en la Segunda Guerra Mundial en localizaciones tales como Italia, el norte de Francia, Holanda y Alemania.
Esta condición de paracaidista es la que marca la principal diferencia entre 'Medal of Honor: Airborne' y el resto de títulos de la serie, ya que de forma bastante espectacular daremos comienzo a todas y cada una de las misiones saltando grácilmente desde un Douglas C-47.
Esto hace que podamos comenzar cada misión casi desde donde nos dé la gana, más o menos. Al saltar veremos algunas zonas de las que sale humo verde, que son las que nos marcan que ahí podemos aterrizar en zona segura (si se puede considerar como segura una zona en guerra, pero para que nos entendamos). Podemos elegir caer ahí y asegurarnos de empezar la misión bien acompañados o podemos ir de Rambo y optar por dejarnos caer en alguna zona repleta de enemigos. Lo segundo es poco aconsejable, pero tiene su gracia. Sobre todo si logramos sobrevivir durante más de dos minutos a la lluvia de plomo que nos va a caer encima.
Una vez con los pies en suelo firme vamos a ver cómo cada misión viene representada por una indicación en el radar que encontraremos en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Podemos elegir el orden de estas misiones a nuestro antojo, pero dependiendo de por cuál optemos en cada momento tendremos apoyo o no. Y es mejor saber que nuestros compañeros están ahí para cubrirnos, pero allá cada cual. Las hay de todo tipo: colocar cargas explosivas para acabar con unidades antiaéreas, recoger ciertas piezas, asegurar zonas, acabar con las comunicaciones del enemigo, etc., etc., etc.
El título cuenta con un sistema de autoguardado que se activará al finalizar con éxito cada una de ellas. Cuando nos eliminen volveremos a empezar a partir de la última misión cumplida volviendo a saltar desde el avión para elegir nuestro punto de arranque. Esto es un buen detalle, ya que podremos intentar variar la estrategia seguida la última vez que decidimos afrontar una misión en concreto o dirigirnos a otra diferente y volver allí más tarde. En total el juego consta de 6 mapas en los que llevar a cabo dichas misiones, antes de los cuales se nos darán instrucciones sobre emplazamientos, objetivos, etc.
Por cierto, contaremos también con una buena selección de armas a nuestra disposición a medida que vayamos avanzando, todas ellas perfectamente diferenciadas. Unas nos serán más fáciles de manejar, otras menos y algunas nos harán saltar de alegría por su bestial grado de devastación.
Gráficamente el juego luce bastante espectacular y es que el motor gráfico es una versión modificada del Unreal 3. Personajes, escenarios, vehículos... todo está perfectamente representado y aunque no tenga un aspecto totalmente realista está muy bien parido. Respecto al audio hay que decir que está doblado y traducido al castellano, lo cual ayuda bastante a que nos metamos más en situación cuando nuestros compañeros nos den indicaciones, nos feliciten, etc.
En definitiva, y a falta de probar algo más a fondo el modo multijugador, 'Medal of Honor: Airborne' resulta en líneas generales un FPS de los muchos que hay ambientados en la Segunda Guerra Mundial muy entretenido.
Sitio oficial | Medal of Honor: Airborne
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