Son casi 500 videojuegos a los que puede acceder un suscriptor de Xbox Game Pass Ultimate, lo cual deja claro que el catálogo del servicio de Microsoft está muy bien nutrido. Y no solo vive de exclusivos de Xbox Game Studios, sino que la empresa también invierte para atraer obras third-party.
Y es que los títulos de EA, Ubisoft y multitud de compañías también se pasean por la biblioteca que permite acceder al contenido con Xbox One, Xbox Series X/S, PC y Xbox Cloud Gaming. Un gran beneficio que no le sale precisamente barato a la compañía, tal y como hemos podido conocer durante una entrevista de Sarah Bond en Bloomberg.
Y es que Microsoft se deja cada año 1.000 millones de dólares para poder fichar juegos third-party para Xbox Game Pass. Además, también ofrece tarifas fijas de millones de dólares por adelantado para incluir juegos de editores con menor calado, junto con una parte de los ingresos por suscripción. Junto a ello, hay que sumar la pura exposición que cuentan a la hora de pasar a formar parte de la plataforma.
Sin embargo, la presidenta de Xbox todavía tiene una barrera muy grande que superar, ya que las empresas más grandes del sector se resisten a lanzar sus producciones desde el primer día en Xbox Game Pass. Strauss Zelnick, CEO de Take-Two, ha reconocido la valía de Bond en su cargo, pero no "tendría ningún sentido en absoluto" que cualquiera de sus videojuegos aterrizase de lanzamiento en el servicio.
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