Son 20 años de historia desde que el primer píxel fue colocado y no fue hasta 2006 cuando la primera alfa salió a la luz. Lo ha petado de forma gratuita desde hace décadas a pesar de ser un proyecto creado por los hermanos Tarn y Zach Adams que ha sobrevivido a base de donaciones. El éxito de Dwarf Fortress es absolutamente increíble.
La obra de Bay 12 Games se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York desde 2012 debido a la imborrable huella que ha dejado en la industria. Ahora, la desarrolladora ha decidido dar el paso de lanzar el título tanto en Steam como en itch.io.
Desde luego que advierte desde el primer momento Dwarf Fortress, ya que se autoproclama como "el más profundo y complejo simulador de mundos que se haya creado". Un enorme terreno se genera para nosotros en el que encontraremos civilizaciones, comunidades, criaturas, culturas y cualquier tipo de detalle que podamos imaginar.
Las horas de juego son infinitas, ya que todo se renueva constantemente. No posee los mejores gráficos del mundo, pero no le ha hecho falta lucir como una producción AAA para encandilar a miles de personas. Hay dos modos de juego, pudiendo escoger entre total libertad para hacer lo queramos sin objetivos o el modo aventura en formato roguelike basado en turnos.
Si esto ya nos asegura partidas hasta aburrirnos, hay que añadir la posibilidad de incluir mods, como el pack pixel art creado por Carolyn Jong y Neoriceisgood que mejora visualmente Dwarf Fortress. "¡Perder es divertido", es el lema de la obra, que ahora incluye tutoriales para guiarnos en nuestras primeras pruebas.
La influencia de este juego ha sido tal que sirvió como inspiración para otros títulos como RimWorld, Prison Architect o hasta Minecraft. Lo cierto es que queda cuerda para rato, pues en este tiempo los Adams calculan que han logrado completar el 44% del trabajo que tienen planeado. Que siga la fiesta.