Lo creas o no, los héroes de Dragon Quest hablan español. Bueno, al menos en los anuncios con actores reales que Square Enix rodaba en Antequera o Girona. Sin embargo, las similitudes entre la mayor saga de JRPGs y el mundo real no acaban ahí: la forma que dibujan los continentes de Dragon Quest III es, básicamente, un calco de los de nuestro planeta. Y los reinos, ciudades y lugares de interés que visitamos a lo largo de nuestra aventura se corresponden más o menos con lugares que existen. Vayamos por partes.
A diferencia de la Final Fantasy, muchas de las entregas de la saga desarrollada originalmente por Enix están conectadas entre sí. Que la actual Square Enix comenzase a rehacerla para los sistemas actuales a partir de la tercera entrega (el imprescindible remake con extra de cariño de Dragon Quest III) no es casualidad, ya que hoy se sabe abiertamente que es la precuela de los dos primeros juegos. Se publicita como tal. Sin embargo, el mapa de los mundos de ambos juegos es diferente. La cosa se complica.
¿Dónde está España, Chile o Japón en el mundo de Dragon Quest?
Cuando empezamos Dragon Quest III arrancamos nuestra aventura desde la ciudad y el castillo de la isla de Aliana, que -aunque no lo vemos- está al sureste del mapa del mundo. Nuestras primeras misiones nos llevarán poco a poco al primer gran continente, habilitando que nos teletransportemos y para cuando hayas conseguido tu propio barco el mundo se hará a la vez más grande y también más pequeño. Lo divertido es que al hablar con los lugareños empezarás a notar al leer los textos que muchos de los personajes principales tienen un curioso acento.
A partir de aquí un apunte: Dragon Quest llegó a España (y Europa) a partir de la octava entrega y en PS2, de modo que los primeros juegos no saldrán traducidos hasta muchas décadas después de su lanzamiento en las 8Bits de Nintendo o sus remakes para SNES o la PlayStation original. Sin embargo, la labor a la hora de localizar los textos, las expresiones e incluso los coloquialismos del remake de 2024 son para sacarse el sombrero. Y también una pista fundamental para saber dónde estamos en el mundo real.
Como verás solo un poco después, al desplegar el mapa de Dragon Quest vemos que hay aproximadamente cinco continentes y varias islas. Sin embargo, es posible localizar al oeste un enorme desierto en el que hay pirámides y una ciudad llamada Isis, dónde la gente tiende a hablar con un tono parecido al del sur del Mediterráneo. ya hemos encontrado África, la silueta del mar continental y hasta podemos adivinar dónde quedarían Italia o Grecia,
Si a partir de ahí subimos desde la izquierda nos encontramos con la península ibérica y el Reino de Portoga que, al menos en la versión en castellano, hablan con ciertos dejes propios del portugués. Y ahí, desde ese punto, se nos empieza a dibujar y dar los paralelismos con el mundo real.
¿Y si la línea del Ecuador la trazásemos de otra manera?
La clave para entender tanto la forma de los continentes de Dragon Quest o la disposición del mapa y ver con propiedad cómo se superpone a nuestro planeta Tierra pasa por dos elementos muy básicos:
- Como la Tierra es un planeta redondo al desplegar los continentes solemos usar como referencia el ecuador para plantear la proporción de los países. De modo que si recolocásemos el ecuador en otro punto del globo África o Australia se verían más pequeña y desde otra perspectiva. De hecho, en la vida real Australia es mucho más grande que lo que se representa en los mapas 2D.
- Además, la mayoría de nuestros mapas el continente de América está a la izquierda, Asia a la derecha y la parte central coincide con Europa y África, en los mapas de Japón el país del sol naciente está en el centro y España es el país del viejo continente más a la izquierda.
¿Un guiño colocado para el remake? En absoluto. El mapa original de NES tenía exactamente la misma disposición de continentes, aunque los gráficos pixelados, así como la colocación de los ríos y los mares disimulaba mucho mejor el brillante truco.
Y ojo, que entre Mur y el manantial del Espíritu (el equivalente a Rusia y Alaska en Estados Unidos) nos topamos con el templo de la Arena, que en el juego brota del fondo del agua. ¿Como la Atlántida? Bueno, lo más probable es que la isla de Aliana, de dónde parte nuestro héroe, sea el continente perdido. Sin embargo, todavía queda un cabo suelto trascendental.
Si Dragon Quest III es una precuela... ¿por que el mapa del primer juego es diferente?
Como comentamos al principio, Dragon Quest III es la precuela de las primeras entregas. De hecho, existe un vínculo entre sus héroes. Pero, claro, independientemente de que lo sucedido sea antes o después no tiene mucho sentido que los continentes tengan formas diferentes ¿por qué los reinos y tierras por las que viajamos no se parecen en nada a lo visto en mapa del videojuego original? La respuesta, de hecho, nos la da la propia historia.
Sin dar más detalles de los necesarios, nuestros aventureros acabarán batallando en el Mundo de la Oscuridad, que es básicamente el mismo mapa que el mundo del primer Dragon Quest. Lo que cambia entre los mundos de ambos juegos es justamente una de las mejores partes del videojuego de Enix, y eso hace que la transición sea todavía más especial.
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