La Realidad Virtual existe para maravillas como redescubrir la Notre-Dame de París sin salir de casa. Así ha sido mi experiencia

La Realidad Virtual existe para maravillas como redescubrir la Notre-Dame de París sin salir de casa. Así ha sido mi experiencia

El pequeño gran lujo de visitar la catedral de Francia sin salir de tu casa

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Notre Dame Vr Ubisoft

Te confieso que en mis más de 40 años jamás he pisado el suelo de París. No tengo excusa. Y, pese a ello, tengo la ligera sospecha de que si el destino me llevase a la ciudad de las luces podría orientarme y moverme entre sus calles casi, casi sin mirar el teléfono. Mi referencia sería la catedral de Notre-Dame. Basta con tener ojos para quedar fascinado con su arquitectura. Con su belleza y su encanto intrínseco. Hubo un momento en que pensé que no la llegaría a ver y hoy Ubisoft me ha llevado de tour por ella y sin salir de casa. Un tour muy cortito, que conste. Y si tienes un sistema de Realidad Virtual tú también estás invitado.

Vaya por delante que lo más parecido que tenía a una referencia a la catedral parisina se lo debo a Assassin's Creed: Unity. O más bien a Ubisoft. La había visto de pasada en películas y series, pero a través del juego de 2014 se me abrieron de par en par las puertas de la vieja dama. Y pese a que el lanzamiento llegó con serios problemas y una generosa remesa de memes, ese juego no solo suponía el cambio generacional para la franquicia, sino también reflejaba la ambición de sus creadores. Ese culto a los detalles que acaba marcando la diferencia y que alcanza un nuevo hito al recrear uno de los mayores símbolos de Francia.

Porque la Notre-Dame de Assassin's Creed: Unity no era simplemente una extensión del empeño por recrear uno de los iconos de la ciudad en una época muy específica (y decisiva) de su historia, sino también un tributo de los galos a su propio legado. Uno con extra de mimo. Tanto que, diez años después de aquel juego, y aprovechando la reapertura de la catedral, la compañía de Yves Guillemot cumple su promesa de  inmortalizarla a través de la realidad virtual. Y eso, se mire como se mire, es un pequeño gran regalo.

La vieja dama vista con otros ojos

Disponible desde la tienda de Meta Quest de manera completamente gratuita, y compatible con los modelos de Meta Quest 2 en adelante, la experiencia Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time recupera la misma recreación que Ubisoft hizo de la capital parisina para el videojuego de 2014 y la convierte en una sucesión de vistas interiores y exteriores que otorgan una perspectiva muy diferente e infinitamente más inmersiva.

Si no llegaste a jugar a Assassin's Creed: Unity hay algo que debes saber de antemano: lo que se nos pone por delante está directamente basado en el videojuego de hace diez años, y eso juega tanto a su favor como en su contra. De entrada, porque estamos hablando de los inicios de la octava generación de consolas y pese a que su aspecto no desentona demasiado con muchos apartados gráficos de los juegos de VR actuales, los modelados y las texturas son los de entonces. Pese a ello, la ambición puesta hace una década sigue deslumbrando.

Lejos de conformarse con usar Notre-Dame como una simple localización estratégica y conveniente para el desarrollo del juego y la trama de nuestro personaje, Ubisoft empleó dos años (nada menos que 5.000 horas de desarrollo) en crear para Assassin's Creed: Unity una reconstrucción digital prácticamente intachable y fiel a la original. Una en la que no solo se buscó ser reverenciales en lo visual, sino también a nivel de contexto y rigor histórico. Con una excepción bastante razonable, eso sí.

Notre-Dame Ubisoft

La catedral que parisina visitamos en Assassin's Creed: Unity tiene la peculiaridad de incluir la posterior aguja de Notre-Dame, pero con un propósito muy específico en mente: habilitar las escaladas, mostrar las vistas de la ciudad y, ya puestos, habilitar esos los saltos de fe tan característicos de la saga para ponernos a la altura del suelo de un brinco y sin rodeos. ¿Una licencia creativa? Sí, pero fácil de justificar. Y lo cierto es que si no conocías el dato hasta ahora seguro que tampoco te importará demasiado que esté en esta réplica.

Con todo, la verdadera ambición del juego de 2014 cobra una nueva magnitud una década después: en Ubisoft Assassin's Creed: Unity hizo una réplica a escala real de los exteriores, los edificios cercanos y buena parte de los interiores de la catedral. Y pese a que el nivel de detalle es, en esencia, el mismo, la perspectiva que se obtiene de todo ello a través de la Realidad Virtual le da matices únicos a la experiencia.

Journey Back In Time: un paseo cortito, pero también un gran regalo

La mejor manera de definir Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time es a través de dos conceptos: "paseo corto" y "regalo". Lo primero no tiene mucho misterio, dado que como experiencia de juego declina ofrecer cualquier tipo de acción o interacción más allá de mirar aquello que nos rodea. Podemos elegir entre inglés y francés al principio, pero nada más. Por otro lado, los diferentes entornos están acotados, de modo que la imagen del visor se difumina y acabamos viendo nuestro propio entorno si nos salimos de los círculos marcados en el suelo. Círculos de un tamaño razonable, todo sea dicho.

Como comenté al principio, si no vienes de Assassin's Creed: Unity seguramente te topes con una recreación colmada de detalles de varias vistas seleccionadas que, a todos los efectos, luce como juegos de hace diez años. No en el sentido despectivo, que conste, sino en aquello que tiene que ver con las aspiraciones de resolución en las texturas y detalle en los modelos. Sin embargo, Ubisoft compensa el conjunto con algo nuevo: la sensación de que todo es a escala real.

La primera de las vistas que se nos ofrecen es justo frente al altar e impresiona ver la distancia hasta el techo o sensación de profundidad  en una recreación hecha al detalle y a escala real. No hay elementos interactivos, pero se redondea la inmersión colocando algunos pocos personajes de manera estratégica tanto dentro como en las zonas exteriores. Eso sí, la vista desde las azoteas y zonas altas no las compartiremos con nadie.

Notre-Dame Ubisoft

La dinámica en la que se presenta Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time es parecida a un pase de diapositivas en el que durante unos pocos minutos se nos colocará en zonas establecidas de la catedral durante el mismo periodo en el que transcurre el videojuego. Entre las vistas tenemos una frente al portón principal, varias zonas en las diferentes alturas de la estructura e interiores, y lugares con los que perdernos con la mirada para ver los acabados o el enorme rosetón y que fomentan constantemente la curiosidad.

En cierto modo es una pena que el margen de movimiento esté acotado por el círculo marcado bajo nuestros pies. Es más, habría sido un detalle habilitar zonas que nos diesen más libertad. Sin embargo, en Ubisoft prefieren ofrecernos una sucesión de vistas con encanto a lo largo de toda Notre-Dame y no se les puede reprochar: de otro modo es posible que muchos curiosos no llegasen más allá de la planta baja, y las vistas desde el tejado son espectaculares.

Hay un detalle curioso: cuando aparecemos entre las icónicas gárgolas o vemos los muros superiores a cielo descubierto y tenemos una vista completa de la ciudad desde las alturas la experiencia sigue nuestra mirada y nos indica qué edificios distintivos estamos viendo. Destacando ubicaciones emblemáticas del periodo como Plaza de la Bastilla entre los edificios que, el cielo y nuestra posición. Ahí, precisamente, es dónde se materializa el segundo concepto de "regalo". Incluso si su duración es tan cortita.

El pequeño gran lujo de visitar la catedral de Francia sin salir de tu casa

Notre Dame

La experiencia Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time se pasa en un suspiro, pero tiene un punto positivo: como el tiempo que pasamos en cada vista está tan acotado al regresar es imposible no encontrar algo interesante o apreciar un poquito mejor sus detalles. Sus maravillas e imperfecciones. Con todo, el último  de los tramos es bastante resultón: nos despegamos un poquito de las instalaciones y nos elevamos un poquito en un globo para verla desde cierta distancia, pero a una velocidad tan, tan sosegada que nadie tendrá vértigo o se llevará un mal rato.

Como toda experiencia, existe un límite de sensaciones que pueden describirse con palabras, pero al final deben ser debidamente experimentadas. Dicho esto, y pese a lo acertado de la iniciativa, es imposible no plantearse alguna que otra idea que habría redondeado más y mejor este regalo. Cosas sencillas, que conste, como la posibilidad de activar una pequeña descripción de audio o de texto a lo Discovery Tour que le de un toque más didáctico a la iniciativa, o introducir la posibilidad de alternar entre diferentes momentos del día para apreciar la iluminación en exteriores o añadir un poquito de ajetreo en interiores.

Llegados a este punto, incluso es razonable el plantearse si habría merecido la pena  darle un tratamiento de remaster a la catedral que vimos en Assassin's Creed: Unity, pero al final toca ser justos: todo lo propuesto requiere añadir varias capas de trabajo adicional, se trata de una experiencia completamente gratuita y la razón de ser de Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time es ofrecer un regalo a todo el mundo y, a su vez, servir a modo de tributo a la vieja dama.

Notre Dame

Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time es un pequeño tour virtual a través de diferentes vistas deliciosamente escogidas para inmortalizar. Un momento muy específico de la historia de parís encapsulado para la posteridad y al que podemos asomar siempre que queramos, aderezado con las partituras de Bach e interpretadas con el característico sonido de un órgano Cavaillé-Coll que le da texturas y matices a la ambientación.

Fomentando nuestra curiosidad y, en cierto modo, alentando el interés por ver la auténtica. Incluso cuando eso requiere renunciar a la comodidad del hogar y a la inmediatez de cuando queramos y nos venga bien.

Y pese a que es innegable que alguna que otra función adicional se hubiese recibido con los brazos abiertos, tanto al contemplar la maqueta en la pantalla de inicio como al acabar nuestro recorrido, la conclusión ante Notre-Dame de Paris: Journey Back In Time es siempre la misma: el enorme tributo que Ubisoft le hizo a la catedral de París es también un generoso regalo para quienes todavía tenemos pendiente ver la auténtica.

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