Pensaba que no se podía hacer algo así. Confieso, entre tú y yo, que incluso tuve mis dudas. Pero se hizo. ¡Y qué rematadamente bien se ha hecho! HBO Max y Sony Pictures Television se han sacado de la chistera un brillante y absolutamente genuino remake de The Last of Us. No para consolas o para PCs, sino para la televisión. Una serie que es puro Naughty Dog con mimbres para convertirse en su propio fenómeno de ficción en la pequeña pantalla. Del mismo modo y por los mismos motivos que el juego original hace ya diez años.
Y es que da igual si experimentaste el viaje emocional de Joel y Ellie, esos dos nombres ahora te suenan a chino o acabas de empezar el videojuego. De hecho, ni siquiera importa si jamás has tocado un mando de consola y últimamente apenas usas el de la tele con tanta serie en streaming. En The Last of Us, la serie de HBO lo esencial siempre prevalece y se impone sin perder la perspectiva, de modo que es fiel, pero también consciente de su naturaleza televisiva.
Dicho de otro modo: es una adaptación intachable del videojuego de culto, pero también una nueva muestra de lo que separa las producciones de HBO del resto cuando se hacen con el mimo y presupuesto adecuado. Lo cual no está reñido con lo esencial: para Sony y Naughty Dog es toda una oportunidad para llevar la saga a dónde todavía no ha llegado PlayStation. Una oportunidad que aprovechan de maravilla.
Porque la serie de The Last of Us no es una mera conversión con actores y metraje real del videojuego, pese a que hay escenas y secuencias muy específicas en las que parece que se han reciclado los storyboards, sino que capta el tono, la temática, la esencia, la ambientación y el alma de los personajes y los traslada a un medio parecido, pero muy diferente. Aprovechando sus ventajas en su beneficio y, en el proceso, atreviéndose a aportar nueva emoción y todavía más riqueza al fan de la saga. Poca broma.
A partir de aquí, la primera buena noticia que te vamos a dar antes de entrar en materia es que Warner ha sabido estar a la altura de las circunstancias. La segunda es que tanto Naughty Dog, creadores de los juegos, como PlayStation Productions se han implicado al máximo y han sabido aprovechar la oportunidad. La tercera es que tanto Pedro Pascal como Bella Ramsey, quienes sostienen con sus interpretaciones el peso del proyecto, están que se salen. Y no son los únicos.
Y, siendo sinceros, sin entrar en comparaciones directas, el panorama a la hora de adaptar videojuegos de apocalipsis zombis era, cuanto menos, desalentador. Una dolorosa sucesión de decepciones y despropósitos. No por falta de recursos, que conste, sino por esa tendencia a diluir la esencia de la obra original para el agrado del gran público. En la serie de The Last of Us pasa todo lo contrario: el espectador que viene de los videojuegos se vuelve cómplice de la propia trama.
En VidaExtra hemos podido ver los nueve capítulos de la serie de The Last of us para HBO max, los cuales se comenzarán a emitir a partir del lunes 16 de enero a razón de un nuevo episodio cada semana. Nuestras sensaciones, como habrás podido deducir, son mucho más que positivas: estamos convencidos de que éste debe ser el camino a seguir si se quieren llevar los videojuegos a nuevos medios. Especialmente, para la televisión. Sabemos perfectamente de lo que hablamos.
A partir de aquí, la duda se plantea sola: ¿de qué va la serie de The Last of Us? Bueno, está claro que hace falta dar algunos detalles al respecto, pero no te vamos a robar ninguna sorpresa. Tanto si vienes de los videojuegos como si no. Porque ya te adelantamos que tanto Craig Mazin (responsable de Chernobyl) como el creador del juego original Neil Druckmann han sabido aprovechar el salto del videojuego a las series de ficción.
Una pandemia, dos viajeros y un ápice de esperanza
Es 2023 y el mundo se ha ido al carajo tras una pandemia mundial. Veinte años atrás, una mutación en un hongo parasitario, el Cordyceps, se expandió a nivel planetario fulminando de un día a otro buena parte de la población mundial. Lo que queda de la humanidad sobrevive como puede saqueando los restos de una civilización marchita o sencillamente imponiendo la ley del más fuerte.
Sin embargo, ni las armas ni los explosivos garantizan ver un nuevo amanecer: la mutación del Cordyceps ha derivado en una nueva especie dominante de hongo que usa los cuerpos humanos como inquilinos y los controla. Carentes de vista pero con unos reflejos, una ferocidad y hasta un sentido del oído que los vuelve letales. Especialmente si atacan en grandes oleadas.
Atravesando este mundo tan caótico, dos siluetas. Joel (interpretado por Pedro Pascal) es un veterano superviviente atormentado por un trauma de su vida pasada. Su misión es escoltar a través de Estados Unidos a Ellie (Bella Ramsey), una misteriosa joven de apenas 14 años que podría ser la clave para un futuro mejor para la humanidad.
Joel y Ellie son plenamente conscientes de que se necesitan el uno al otro a lo largo de este viaje. Ahora bien, gradualmente descubrirán que si la ayuda de otros supervivientes serán incapaces de completar su travesía. Lo cual deriva en el gran problema, ¿en quíen es posible confiar?
En un mundo en el que la propia naturaleza ha doblegado al planeta entero y ha reducido la civilización a escombros y ruinas, animal más cruel sigue siendo el propio ser humano. Y, sin embargo, incluso a sabiendas de esto, la curiosa pareja continúa su viaje.
Una producción 100% HBO, pero también 100% Naughty Dog
La serie The Last of Us que nos plantea HBO no es la enésima producción de zombis estrenada en lo que llevamos de década. De hecho, pese a que los infectados son uno de los elementos más importantes para el desarrollo de la trama, si no el que más, lo cierto es que como adaptación apenas se apoya en éstos a la hora de desplegar su máxima fortaleza como medio. A fin de cuentas, en el videojuego ocurre lo mismo.
De hecho, los infectados por el Cordyceps son un recurso potente, y el retrato que se hace de ellos funciona de maravilla en pantalla, pero al final todo se reduce al viaje. Al desgaste físico y emocional de unos protagonistas que deambulan intentando orientarse en el mapa y en lo que respecta a sus respectivos destinos aferrados al desconcierto y la esperanza. Algo que, por cierto, no se ha logrado simplemente con un buen guión: las interpretaciones de Pascal y Ramsey son el alma de la serie.
Pascal es un soberbio Joel, y eso no es nada fácil. Desde fuera podría parecer el arquetipo del superviviente curtido que no necesita hacer nuevos amigos, sino terminar rápido los encargos que se le ponen por delante. Sin embargo, el actor chileno logra transmitir a través de su mirada, sus gestos y hasta sus reprobaciones la pesada mochila y los traumas con la que carga. Y, sin embargo, la gran sorpresa de The Last of Us es quien le da las réplicas en pantalla.
La Ellie de Bella Ramsey es todo lo que le puedes pedir al personaje originalmente interpretado por Ashley Johnson en los juegos y todavía más. Su caracterización del personaje es el verdadero motor de la serie desde su propia presentación, mostrando una Ellie que es inocente y vulnerable, pero no está indefensa. Es más, es proactiva y está más que dispuesta a emplear la violencia, pero que, al final, no deja de ser una adolescente de apenas 14 años.
Es más, el gran hito de la Ellie de Ramsey es cómo plasma en pantalla todo ese torbellino de emociones propio de la adolescencia, incluyendo cierta facilidad para soltar palabrotas o chistes malos. Ramsey captura cada momento y sabe cuando ofrecernos a la Ellie más infantil y vulnerable, a la superviviente y a la rebelde, pero también es perfectamente consciente de que todo el peso del proyecto depende de la creatividad con la que muestre la evolución de su personaje a lo largo de la aventura.
Como apunte, no es exactamente el mundo que vimos en los juegos. Se han realizado cambios muy específicos, como la manera en la que se propaga la pandemia o se han cambiado las fechas y épocas. Pero al final todo encaja y está perfectamente fundamentado para encajar tanto de cara a los espectadores como a los fans del videojuego. Porque será una serie para la televisión, pero como obra es 100% Naughty Dog.
A nivel de producción, la serie de The Last of Us no decepciona. El mayor punto fuerte es la propia ambientación, trabajadísima tanto en decorados interiores como en los paisajes exteriores. Los efectos digitales no se imponen a los prácticos, aunque en la versión a la que tuvimos acceso de la serie completa todavía quedaron algunos flecos por pulir de cara a su estreno. En cualquier caso, la réplica que se le da a los videojuegos está siempre a la altura de las expectativas.
Como apunte, no pudimos escuchar las voces en español. Sabemos que el mismo reparto de actores de voz de los videojuegos estará presente en la serie de Sony Pictures y HBO Max. Eso es un punto totalmente a considerar, pero la sensación de escuchar las mismas líneas de diálogo de PlayStation con otros rostros es algo que descubriremos a la vez. La buena noticia es que, como en el videojuego, The Last of Us se presta a más de un visionado. Y dos.
The Last of Us, el videojuego frente a la serie de televisión
No todos los halagos son para Pascal y Ramsey, que conste. Craig Mazin y Neil Druckmann, máximos responsables del proyecto, se preocupan primero de dibujar los acontecimientos y luego de dejar que los protagonistas reaccionen a estos tal y como lo hacen en los juegos, lo cual tiene un doble mérito ya que la narrativa es muy diferente.
Dicho de otro modo: no tiene sentido mostrar las escenas en las que hay infiltración, puzles o exploración. El telespectador se aburriría de ver escenas en las que se desplazan entre ruinas, túneles o simplemente pasean ante la naturaleza. Así que usan esos márgenes de metraje para ofrecer más historia, más trasfondo y más riqueza a la obra de Naughty Dog.
The Last of Us, la serie de HBO, No solo afronta el desafío de llevar un juego de supervivencia a otro medio, sino que saca partido del mismo introduciendo nuevas piezas al gran puzle, escenas prolongadas o capítulos enteros que juegan con la posibilidad de llevarnos a otros momentos del mismo apocalipsis e incluso sumar elementos e historias que no tienen sentido a la hora de jugar, pero que no desentonan en absoluto ni con la obra original ni con la serie de televisión y cómo ésta última sirve de prisma para la primera.
A todos los efectos, expandiendo el universo del videojuego. Sumando cambios acertados por aquí y por allá y ofreciendo más material y contexto inédito sin alterar en ningún momento el resultado, el mensaje o la temática. Algo que no es fácil, pero se ha logrado con una maestría muy especial.
Eso sí, las aportaciones son totalmente legítimas: Neil Druckmann, creador de los videojuegos, no solo guioniza sino que hasta se atreve a dirigir. El segundo episodio, por ejemplo, se atreve a hacernos un retrato más profundo de varios protagonistas secundarios. Y no solo eso: se atreve a presentarnos a personajes y acontecimiento que ya existían y otros completamente nuevos. No a modo de relleno, sino acertando en el quién, en el cómo y en el por qué.
Para cuando le llegue el turno a Nick Offerman, quien en la serie interpreta a Bill, un superviviente a cargo de una ciudad para él solo, la serie no solo toma plena consciencia de sus recursos frente a los videojuegos y los juega a su favor en lo narrativo, sino que se empeña en aportar a quienes vienen de éstos más contexto. Perfila a sus personajes y les otorga más humanidad y trasfondo. Y lo mejor es que desde el primer al último episodio juega con ese factor a su favor para provocar las mismas emociones de la obra de Naughty Dog tanto entre quienes conocen la trama como los que llegan de nuevas.
Desgranando la experiencia de manera integral para experimentar The Last of Us de otro modo igual de interesante: como espectadores.
A veces, con elementos sutiles que solo sabrán interceptar los muy fans. Corroborando teorías, atando cabos sueltos o haciendo guiños a acontecimientos que ocurrirán después. Porque The Last of Us, la serie de HBO, se ha creado a sabiendas de la secuela. Otras mostrando y desplegando en propiedad valiosísimos momentos que, por lo general, se suelen ofrecer en los videojuegos de supervivencia a través de simples notas escondidas para no restarle ritmo a la partida o dispersar demasiado al jugador. Y, a veces, desviándose de los acontecimientos sin llegar a perder el rumbo sobre lo esencial.
Con todo, y como ya comentamos, en la serie de The Last of Us hay un estupendo equilibrio entre trozos del viaje de Ellie y Joel no vistos, nuevas interpretaciones de acontecimientos icónicos y escenas muy estudiadas que parecen directamente extraídas de los mismos storyboards de Naughty Dog. Algunas, de hecho, ganan todavía más fuerza gracias al talento de Pascal y Ramsey. Incluyendo esa en la que posiblemente estés pensando ahora.
Si jamás has experimentado el videojuego, no te preocupes, vas a disfrutar de lo lindo con una conversión que te tiene muy presente. Si llegaste al final del viaje, este remake de The Last of Us elaborado a través de un medio tan diferente como es la televisión te va a encantar.
La opinión de VidaExtra
El primer episodio dura 81 minutos exactos. En apenas 20 minutos te han puesto en contexto sobre lo esencial y a partir de ahí arranca el propio prólogo del videojuego. A partir del minuto 30 el primer gran momento del videojuego se manifiesta. Fíjate en el reloj cuando lo veas. El vuelco al corazón que sientes en el videojuego es el mismo, pero la manera de encararlo es muy diferente. Si no has jugado a The Last of Us todavía, vas a alucinar.
La serie de Sony Pictures Television y HBO Max es sólida y consistente. Sabe perfectamente a qué público se dirige y busca constantemente aportar. A los apasionados por la ficción post-apocalíptica, desde luego, pero sobre todo a quienes vienen de los videojuegos. Y no solo eso, sabe jugar de maravilla sus cartas para que éstos se sientan a la vez cómodos pero descubran nuevos rincones de ese mundo que posiblemente se conozcan al dedillo.
En muchos momentos, la serie de The Last of Us también busca ser provocadora. Busca intencionadamente generar conversación entre los espectadores sobre temas peliagudos o conflictivos. Pero en el fondo, los dos videojuegos de Naughty Dog ya eran así. Y eso es un acierto de todas todas.
Resulta paradójico que el remake de The Last of Us para PS5 y PC haya sido tan conservador en muchos aspectos y, sin embargo, la serie de televisión enriquezca la obra original. Pero al final uno llega a la conclusión de que ambas producciones se complementan de maravilla. La manera de experimentar cada acontecimiento es diferente, y un formato le da nuevos y mayores matices al otro y al revés. Incluso, cuando los sucesos no coinciden.
A título personal, de los nueve episodios hubo dos muy específicos que no estuvieron a la altura del resto. Basta decir, de momento, que transcurren pasado el ecuador de la serie. Sin embargo, incluso cuando el nivel y la media son excepcionales, la réplica que se le da a los videojuegos es para quitarse el sombrero.
Demostrando, incluso con sus licencias, que con el empeño y la pasión necesaria es posible ofrecer una transición perfecta de los videojuegos a la ficción en las pequeñas pantallas. Incluso si se trata de una obra maestra del calibre de The Last of us.
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