Mi compañero Rubén y yo tuvimos ayer la oportunidad de probar ‘Driveclub’, uno de los títulos exclusivos de PS4 que acompañarán a la consola el día de su lanzamiento. La sesión fue muy corta, de apenas cinco o seis minutos de prueba, pero no queremos dejar de transmitiros a cuatro manos nuestras primeras sensaciones con el juego de Evolution Studios.
Para los miembros de PS Plus, además, ‘Driveclub’ contará con una versión gratuita que nos ofrecerá todos los modos de juego y características. El truco está en que vendrá con menos coches y circuitos que la versión completa, pero los podremos comprar por separado si así lo deseamos. En cualquier caso se trata de una muy buena forma de empezar con la consola: la compras, la enchufas y te pones a jugar a los cochecicos.
En fin, vamos a lo que toca: ¿qué se siente al ponerse a los mandos de ‘Driveclub’?
Alex C
Primero tengo que aclarar una cosa: nunca he sido muy fan de los juegos de coches. Aclararé también una segunda: sin ser muy fan de estos juegos, lo cierto es que con los títulos tipo arcade disfruto mucho más que con los simuladores. Vamos, que me quedo con un ‘Ridge Racer’ (de los buenos) o un ‘Split/Second’, por ejemplo, antes que con un ‘Gran Turismo’.
Es curioso, porque en la vida real me gusta conducir y soy de los que respeta en todo momento los límites de velocidad, deja pasar a la gente en los pasos de cebra, pone los intermitentes, etc. Todo eso que no le veo hacer a casi nadie y que no acabo de entender muy bien por qué. Bien, lo que quiero decir es que en los juegos suelo ser un desastre: me choco con todo, no freno a tiempo en las curvas, etc. De ahí que se me den mejor los arcades: acelerador hasta el fondo y que sea lo que tenga que ser.
Con ‘Driveclub’ iba pensando en algo a medio camino, a pesar de que antes de coger el pad nos avisaron de que el juego te pide un cierto nivel de conducción. Aquí no vale ir a lo loco. Y es cierto: los coches pesan mucho y se comportan de manera realista, por lo que uno tiene que meterse en la cabeza que si quiere hacer buenos tiempos tiene que conducir concentrado y con cuidado. Justo lo que a mí se me da mal en entornos virtuales. A esto hay que sumarle las horas y horas que le he metido al ‘GTA V’, con lo cual llevo un estilo de conducción asimilado que no me hizo ningún favor en la sesión con ‘Driveclub’.
El resultado fue el siguiente: nada más arrancar la carrera (tomamos el control del coche cuando va a toda velocidad, nada de partir de cero) me estampé contra una barrera por no frenar lo suficiente. A partir de ahí, con el coche algo dañado, hice lo que pude para devolverlo a su sitio y proseguir. Creo que no cogí ni una curva correctamente: o derrapaba de forma exagerada o directamente me comía la montaña, la hierba o lo que se cruzara en mi camino. Un desastre.
En las dos partidas que echamos nos enfrentamos dos equipos (blanco vs verde), pero el desarrollo era asíncrono: en ningún momento nos cruzamos entre nosotros, sólo con los fantasmas y sus tiempos. Y ojo, a pesar de mi terrible actuación, logré hacer el tercer mejor tiempo no sólo de esa sesión, sino también de las que habían tenido lugar anteriormente durante la mañana. Esto no sé si me deja bien a mí o un poco mal a los compañeros de otros medios que jugaron antes que yo...
En definitiva: en cinco minutos pudimos ser testigos del gran apartado técnico del que hace gala ‘Driveclub’ (a destacar sobre todo la prodigiosa vista desde el interior del coche) y comprobamos que tiene mucho de simulador, además de un gran componente social favorecido por la creación de nuestros propios clubs de conducción junto a nuestros amigos. La cosa no dio para más.
R. Márquez
Daba por hecho que sería uno de los de flojos, que 'Driveclub' sería el típico título para rellenar catálogo y que las estrellas serían otras, pero no podía estar más equivocado. Tres carreras no dan para algo demasiado sesudo, pero sí para unas primeras sensaciones que, francamente, han sido mejores de lo que esperaba.
No os dejéis engañar por ese aspecto arcade que muestran los vídeos, con el mando en las manos la situación es completamente distinta. El peso de los coches es grande, lo que implica que llegar con previsión a las curvas y con el pedal de freno rozando el suelo del vehículo sea imprescindible para no reventarte los morros contra el parabrisas. Digamos que tiene más de 'Gran Turismo' que de 'Need for Speed', aunque la comparación con ambos títulos sea un abismo inabarcable.
Sin haber probado 'Killzone: Shadow Fall', el título que a priori explota las, aún en pañales, capacidades de la consola, de todo lo visto hasta la fecha, 'Driveclub' es el que mejor sensaciones me ha dejado respecto al cambio gráfico generacional. Sin grandes alardes de genialidad o de motivos que te hagan pensar que estás viendo el futuro de los videojuegos, los efectos de luz y modelados son realmente vistosos, pero por supuesto es una valoración que prefiero mantener así, en un mero comentario, hasta que podamos echarle el guante a la versión final.
Sobre lo que no hay ningún tipo de duda es en el pique que prometen los desafíos dentro de la carrera, en esta prueba en particular dentro del minuto por vuelta se incluía una prueba de velocidad, un reto de derrapes y una horquilla que debías maniobrar a la perfección, todo ello aderezado con el sistema multijugador asíncrono que te va diciendo si has quedado mejor o pero que tus compañeros y rivales.
Al final la sensación es rara, esperaba más de los nuevos juegos y menos de 'Driveclub' en particular, así que ver cómo conseguía equilibrar la balanza es de agradecer. Si consigue mantener el tipo puede ser una opción interesante, pero eso no quita que tras tantos años esperando el cambio generacional tengas la sensación de que lo mostrado no le hace justicia a la paciencia que hemos tenido.
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