En los videojuegos, tres no son multitud. Sobre todo en un The Legend of Zelda: Tri Force Heroes en el que cualquier ayuda es poca y todas las espadas y arcos extra son más que bienvenidos. Porque todo lo que no acaba de despegar en la experiencia single player de Tri Force Heroes brilla con luz propia en su multijugador.
Entre el lanzamiento de A Link Between Worlds y Breath of the Wild, la Nintendo más experimental se sacó de la chistera, y para Nintendo 3DS, una de las aventuras más originales de la cronología oficial de la saga Zelda. Y pese a que no está entre las mejores gestas de Link, sabe irradiar sensaciones propias.
Dicho lo cual, The Legend of Zelda: Tri Force Heroes no fue la primera aventura multijugador basada en The Legend of Zelda. Ahí tenemos un Four Swords Adventures para GameCube lanzado prácticamente una década antes. Y, previo a este, un Four Swords que supo dar un valor añadido al relanzamiento de A Link to the Past en Game Boy Advance.
Eso sí, que Tri Force Heroes no fuese pionero en el multijugador no quita que desbordase buenas ideas. Y, en el proceso, le sacase un partido especial al hardware de 3DS: desde el uso sus pantallas táctiles a su 3D estereoscópico, pasando por características online y la tristemente extinta iniciativa de ofrecer partidas en local a dos o más jugadores con una única copia del juego.
Un conjunto de prestaciones interesantes que sirvieron para arropar una historia ligera dentro de una saga considerada de culto. Una premisa argumental -quizás- menor que se tomaba poco en serio a sí misma para dar espacio y presencia a la diversión.
Y pese a que en muchos aspectos Tri Force Heroes podría parecer un spin-off de la saga de The Legend of Zelda, la realidad es que se trata de una secuela directa de A Link Between Worlds y, por extensión, la continuación oficial de A Link to the Past. El clasicazo de SNES y uno de los mejores juegos de los sistemas de 16 bits.
Muchas sensaciones contrastadas que nos ponen ante una pregunta obligada: ¿Está Tri Force Heroes realmente a la altura de las siglas de The Legend of Zelda? En muchos aspectos, en un regreso total a las sensaciones zelderas en top-down. Pero tanto el tono como su premisa jugable lo convierten en una entrega única y especial. Tanto en lo bueno como en lo no tan bueno.
Tres héroes, una misión y decenas de atuendos
Hace mucho tiempo existió un reino enamorado de la moda. Su nombre era Pasarelia y para casi todos sus habitantes solo había una cosa por encima de la elegancia: el intachable gusto y belleza de la princesa Cursilinda. Pero, como dijimos, algunos no compartían la misma devoción por la siempre radiante heredera al trono.
Utilizando una treta, la bruja Lady Degala maldijo a Cursilinda condenándola a vestir unas mallas de muy mal gusto hasta el resto de sus días. Profundamente avergonzada de su aspecto, la princesa se recluyó y la felicidad del reino y los habitantes de Pasarelia comenzó a apagarse poco a poco.
En un acto desesperado por romper la maldición, el Rey Rízor de Pasarelia envió mensajes a todos los reinos en busca de héroes dispuestos a adentrarse en las tierras de Harapia y enfrentarse a la mismísima Lady Degala. Eso sí, los candidatos deberían tener porte heroico. Más concretamente, unas orejas puntiagudas, el peinado con la raya a un lado y unas generosas patillas.
Podría parecer que sólo Link, el salvador de Hyrule, correspondía con aquella descripción. De hecho, que estuviese de paso por Pasarelia tras vencer a Ganon y en mitad de una serie de viajes parecía cosa del destino. Pero, para sorpresa de éste, había otros dos candidatos a héroe igual de dispuestos a rescatar a Cursilinda. Y, de algún modo, los tres sabían que solo trabajando juntos podrían lograrlo.
A diferencia de todos los anteriores juegos de la saga en los que Link es el único protagonista, los tres héroes convocados por el Rey Rízor en The Legend of Zelda: Tri Force Heroes comparten el papel principal. Es más, la intención de Eiji Aonuma, productor de la saga, es que el auténtico héroe de Hyrule sea el que controle cada uno de los jugadores.
No se sabe de dónde proceden los otros dos candidatos a héroes, pero el personaje bajo tu control es el auténtico héroe de A Link Between Worlds.
Que los tres candidatos a héroe -todos llamados Link- cuenten con túnicas de un color distintivo es algo circunstancial. Es más, el cambio de aspecto y el uso de diferentes trajes con habilidades se convierten en uno de los elementos más característicos de la experiencia.
Porque, si bien, el clásico The Legend of Zelda de NES nació con la intención manifiesta de ofrecer una experiencia completamente distinta a la de la serie Super Mario Bros., hay que admitir que Tri Force Heroes es el que más se alinea con el espíritu alegre, surrealista y cooperativo del rey de las plataformas.
De hecho, en esta aventura de 3DS el trío de Links superó al mismísimo Mario en cuestión de disfraces y poderes: a base de superar aventuras, obtener materiales y actualizar el juego podremos hacernos con hasta 36 atuendos con sus propias características. Algunos inspirados en el universo Zelda, otros en las sagas de Nintendo y buena parte de ellos completamente originales.
Y, sin embargo, la verdadera esencia de Legend of Zelda: Tri Force Heroes y lo que lo define frente al resto de la saga, reside en su jugabilidad. Fiel al espíritu de la etapa clásica de Zelda y, a la vez, valiente en lo referente a su multijugador. Quizás, demasiado.
Una aventura única, que se disfruta más y mejor a tres consolas (y seis pantallas)
La idea principal e inspiraciones detrás de Legend of Zelda: Tri Force Heroes son más que evidentes: el propio Eiji Aonuma llevaba mucho tiempo queriendo hacer otro juego de Zelda para disfrutarse en multijugador en sintonía con Four Swords.
El motor de juego de A Link Between Worlds, el muy acertado regreso de la saga The Legend of Zelda al estilo top-down, se prestaba de maravilla a su idea. Grezzo (quienes años después harán el remake de Link's Awakening) habían captado e interiorizado totalmente la esencia clásica y había ideas de Spirit Tracks que Aonuma estaba muy interesado en explorar.
Nos inspiramos en el sistema de juego de The Legend of Zelda: Spirit Tracks, en el que había que alternar entre controlar a tu personaje y a los espectros. Pensamos que sería genial llevar esa mecánica de control espectro/jugador a un equipo formado por amigos o por quien tú quieras.
De hecho, originalmente Legend of Zelda: Tri Force Heroes no iba a tener un modo para un jugador. La intención original de Hiromasa Shikata era que el título estuviese completamente centrado en el cooperativo, tanto en local como a través del online, implementándose la opción de jugar en single-player después y por petición expresa de Aonuma.
En lo relativo al multijugador, la experiencia está excepcionalmente bien atada: a diferencia de las dos anteriores experiencias compartidas de Four Swords, cada jugador podría pasear libremente por cada fase, aunque solo es posible resolverlas colaborando entre sí.
Tri Force Heroes es la única entrega -hasta la fecha- de Legend of Zelda en la que los héroes no portan escudo. De hecho, también es el único título de la saga en la que no hay varias ranuras de guardado de partida. Pero supo combinar lo mejor de las entregas clásicas, incluyendo sus matices de acción y puzles, con nuevas ideas.
Una de las más interesantes, quizás la más distintiva, es la mecánica de Totem: los tres héroes hacen una columna humana que les permite acceder, luchar e interactuar en tres niveles de altura. Beneficiándose en el proceso de las 3D estereoscópicas de las consolas de Nintendo.
¿Y por qué tres Links y no cuatro? Quizás el Link de color púrpura se quedase fuera de la ecuación, pero el diseño de niveles y la experiencia cooperativa funcionaban mucho mejor en Tri Force Heroes con tres jugadores.
En primer lugar, nuestra idea con este juego era apilar a los personajes formando un tótem con el que alcanzar lugares elevados. Con cuatro jugadores se complicaría la organización del tótem, y las dos personas en el medio no tendrían mucho que hacer la mayor parte del tiempo.
En cuanto a la cámara, cuanto más alto es el tótem más habría que alejarla, lo cual también haría que los personajes se viesen más pequeños.
No solo se trataba de una decisión de diseño, sino también de jugabilidad. Si bien en las partidas en local los jugadores no había problemas para comunicarse entre ellos, de cara a simplificar el diálogo y la creatividad en el online remoto, con amigos o desconocidos, se creó un sistema de mensajes e iconos muy intuitivo aprovechando la pantalla táctil.
Y, lógicamente, que cuatro jugadores no se pongan de acuerdo condiciona la experiencia, especialmente en las partidas casuales online con desconocidos.
Un equipo de tres tiene ciertas ventajas. Si los jugadores se separan, dos por un lado y uno por otro, el jugador que está solo se preocupa por separarse del grupo, y los otros dos se preocupan por haber perdido a su compañero. A consecuencia de esto, permanecerán juntos naturalmente e intentarán trabajar como un equipo.
Por otra parte, cuando un grupo de gente tiene que decidir algo es la mayoría la que inclina la balanza de un lado o de otro. Si el equipo fuese de cuatro personas, la posibilidad de un empate haría difícil la toma de decisiones rápidas. Un equipo de tres se adapta muy bien a la dinámica de resolución de puzles.
A diferencia de otras portátiles contemporáneas, el juego online en Nintendo 3DS nunca fue uno de sus máximos atractivos como sistema. Con todo, Legend of Zelda: Tri Force Heroes hizo las tareas y sacó nota apostando por una experiencia diferente pero bien atada a sus siglas y sus sensaciones de aventura. Lo cual nos lleva a la pregunta de rigor: ¿y qué tal se siente al jugar en solitario?
Como ya hemos visto en muchas ocasiones, Nintendo primero diseña la experiencia de juego y en base a eso crea los contenidos. De ahí brotan los puzles, los escenarios y, en menor medida, la identidad visual.
El enfoque original de Tri Force Heroes es que las partidas fuesen compartidas entre tres Link controlados por tres jugadores. De modo que, de cara al juego en solitario, deberíamos controlar nosotros las acciones de los tres héroes.
Y, siendo justos, que se añadiese el single-player con el desarrollo ya empezado es algo que se nota.
No es que el sistema esté mal implementado, que conste. Podemos alternar libremente entre cada uno de los Links y progresar y explorar a nuestro ritmo. Continuar desbloqueando premios en las mazmorras sin depender de nadie. Pero un Tri Force Heroes sin el factor cooperativo es una experiencia de aventura descafeinada.
En muchos aspectos, Legend of Zelda: Tri Force Heroes es un juego que hay que medir desde dos perspectivas. Y pese a que se niega en rotundo a ser considerado como un spin-off, la realidad es que no logró hacerse destacar en una Nintendo 3DS en la que, por cierto, los remakes de Ocarina of Time y Majora's Mask brillaron con luz propia.
Y, siendo justos, pese a su manera de abordar la diversión a través de nuevas vías, tampoco dejo una huella importante en la serie.
Tri Force Heroes, mucho más que un Zelda experimental
En el año 2015 Nintendo no estaba atravesando su mejor racha. Ni mucho menos. Wii U no terminaba de despegar como consola y sus grandes bombazos, casi todos producidos de manera interna, se canibalizaban en ventas coincidiendo de manera poco estratégica en el calendario. Y, pese a ello, Legend of Zelda: Tri Force Heroes superó el millón de copias en menos de seis meses.
Cifras de ventas privilegiadas que, pese al enorme gancho de la saga The Legend of Zelda, tienen un triple mérito en esta entrega: sólo se necesitaba un único cartucho para compartir partida y aventuras con otros dos jugadores al jugar en local gracias al modo Descarga de Nintendo 3DS.
Ahora bien, quizás la aventura por triplicado de Link en Pasarelia no fuese una gran producción como lo había sido Skyward Sword o lo estaba siendo Breath of The Wild, un juego que ya había generado una enorme expectación. Pero irradiaba el estilo de Nintendo: desde su tan característica manera de abordar el entretenimiento compartido al tan excepcional culto al detalle.
Prueba de ello es que si vestimos las Ropas Eternas veremos como nuestro héroe no solo luce un toque retro, sino que transforma toda la música del juego y la convierte en los sonidos de NES.
Otro detalle curioso es que la voz de los tres Links está extraída de los juegos Ocarina of Time, The Wind Waker, Spirit Tracks o A Link Between Worlds y le es asignada al jugador de manera aleatoria. Y, no solo eso: en caso de que ésta voz coincida con la que tiene otro jugador al jugar online éstas cambiarán de tono para hacerse distinguibles.
Lo cual nos lleva a una pregunta de lógica: si se trata del mismo Link que conocimos en The Legend of Zelda A Link Between Worlds, ¿por qué luce como la versión caricaturizada de The Wind Waker y sus secuelas portátiles?
En un primer momento, los diseñadores del juego siguieron la línea artística iniciada desde el clásico A Link to the Past de SNES, pero Aonuma apostó por recuperar la identidad visual de Toon Link y su colorido mundo. Un acierto que acentuó más y mejor el tono desenfadado de la aventura.
Tri Force Heroes está lejos de ser la entrega más relevante, querida y recordada de la saga de culto, pero encontró su identidad propia como aventura y supo aportar ideas cooperativas y experiencia multijugador que ampliaron el universo de The Legend of Zelda. Aspectos jugables que hoy, quizás, funcionarían mejor que en 3DS y que la propia Nintendo no debería olvidar de cara al futuro de una de sus sagas estrella.
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