Reconozco que el de ‘Spec Ops: The Line’ es un análisis difícil de abordar. Tiene todo lo necesario para destacar en ciertos aspectos, sorprende y mucho por una ambición y unas ganas de destacar que creíamos olvidadas en una generación a la que le está costando despedirse con dignidad, pero se queda alzando los brazos para alcanzar unos mínimos que ya damos por hechos y no mantiene ese espíritu revolucionario a la hora de ponernos a los mandos.
Spec Ops: The Line, un shooter más que esconde gratas sorpresas
Claros y oscuros se dan cita en la calidad de ‘Spec Ops: The Line’, pero en cierto momento, cuando ves que el nivel de su narrativa queda muy por encima de lo que ofrece en sus mecánicas o acabado técnico, recuerdas que ni la saga pertenece a una franquicia multimillonaria y famosa, ni Yager Development es uno de esos estudios que pueden tirar de las arcas de Sony o Microsoft para ofrecer su mejor cara posible. Suena a excusa, y ciertamente podría serlo, pero igual de cierto es que hay que saber reconocer los méritos teniendo en cuenta el poder que hay detrás.
Ahora parece que esté hablando de un título con una calidad técnica terrible, pero nada más lejos de la realidad. ‘Spec Ops: The Line’ es un shooter correcto, sin grandes alardes pero lo suficientemente vistoso para que te quedes un buen rato paseando por sus escenarios en vez de seguir en línea recta (una opción nada recomendable aunque sea la primera que te planten en la cara). Además se controla bien, tanto en los tiros en campo abierto como en la búsqueda y uso de coberturas, alargando la sombra de títulos como ‘Gears of War’ y ‘Uncharted’ aprovechando las mecánicas de uno y la espectacularidad del otro.
Lo normal en un caso como el de ‘Spec Ops: The Line’ es hablar de un título con una campaña corta. Una tarde me ha llevado pasarlo, con unas cuantas muertes del protagonista a mis espaldas, la suficiente paciencia como para disfrutar de sus panorámicas de postal postapocalíptica y probar su inspirado pero poco atractivo multijugador. Pero también reconozco que alargar la historia innecesariamente es algo contraproducente para el juego, así que en ese caso la única duda es qué estás dispuesto a pagar por un juego así.
Spec Ops: The Line va en busca de una revolución y la encuentra
Me pongo a escribir estas líneas algunas horas después de terminar el juego, con el suficiente tiempo para poder digerir lo visto y pegarle un repaso a algunas de las secciones de la obra de Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas, novela en la que se inspira libremente el guión de ‘Spec Ops: The Line’, cambiando África por Dubai pero manteniendo esa crítica hacia el imperialismo occidental protagonizado en esta ocasión por los soldados estadounidenses.
‘Spec Ops: The Line’ va muy de la mano, tal vez en exceso, de la obra de Conrad, valiéndose del nombre del autor incluso para nombrar al Macguffin del juego, la búsqueda del Coronel John Konrad, que ha quedado atrapado en Dubai tras intentar rescatar a los civiles que quedaron abandonados tras una devastadora tormenta de arena que ha sumido la ciudad en el caos.
La mayor duda que me queda tras acabar la campaña principal es si he jugado contaminado por una información previa, el caso de la novela y el de la adaptación al cine de Coppola con Apocalypse Now, que me ha adelantado un final y unos conceptos que ya daba por hechos a los pocos minutos de partida. Mi mayor preocupación en este caso es saber si aquellos que no se hayan acercado a esas obras van a poder apreciar el mensaje con la misma facilidad o si le van a dar la importancia que merece.
La línea que tú deberás decidir cruzar
No es que el guión sea denso, de hecho se agradece que parte del trasfondo haya seguido los pasos de ‘Bioshock’ para ser contado en cortos mensajes sonoros que deberemos buscar a conciencia por los escenarios. Lo que me intriga, y os adelanto que creo que lamentablemente no se acaba de conseguir con el acierto necesario, es saber si el jugador va a hacerse partícipe de esa locura que rodea al título, si realmente es posible que se plantee la matanza que lleva a sus espaldas, esa moralidad que debería atravesar la cuarta pared para recordarle al que está a los mandos que nadie en ningún momento le ha instado a apretar el gatillo la primera vez.
Que nadie confunda la intención de sus creadores con la de una lección sobre la violencia o un rapapolvo sobre la facilidad con la que eliminamos enemigos virtuales. Nada más lejos de la realidad. Lo que sí demuestra son ganas de ir un poco más allá con la historia de un juego, dejar atrás lo del bueno que salva a la princesa y al mundo y plantearnos un escenario en que todo, lo bueno y lo malo, está lo suficientemente difuminado como para tratar de confundir.
Es ahí donde no me cuesta en absoluto reclamar un aplauso, olvidando en gran medida lo que podría haber sido como juego para conformarme con una factura técnica y mecánicas que, para qué nos vamos a engañar, hemos sufrido con anterioridad en peores estados. ¿Debo recomendar entonces la compra de ‘Spec Ops: The Line’? Ahí es donde vuelven a asaltarme las dudas, y es que habrá quienes disfruten con la propuesta, pero también quienes crean que estamos ante un ejercicio innecesario. Lo cierto, para unos y para otros, es que no podemos quejarnos de los pocos riesgos que corre este sector si luego llega alguien que intenta responder a nuestras demandas y le damos de lado.
Spec Ops: The Line | Xbox 360
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Plataformas: PC, PS3, Xbox 360 (versión analizada)
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Desarrollador: Yager Development
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Distribuidor: 2K Games
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Lanzamiento: Ya disponible
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Precio: 59,95 euros
<p>Spec Ops: The Line nos lleva hasta Dubai para ponernos en la piel de un soldado de las fuerzas de élite no sólo a la hora de matar enemigos, también cuando toca replantearse dilemas morales y éticos.</p>
Vídeo | YouTube
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