Creía ver en 'Puppeteer' ese eterno viaje a la infancia, acompañado por un plataformas resultón y mecánicas accesibles casi para cualquiera. Ahora no lo creo, sé con certeza que es el juego que estaba esperando. Divertido, visualmente impactante y, por encima de todo, con una capacidad para sorprender que los grandes nombres amenazan con abandonar.
Muchos se aventuraba a catalogar a títulos como 'The Last of Us' o 'Grand Theft Auto V' como los últimos grandes juegos de esta generación. Han ido demasiado rápido. Kutaro, el protagonista sin cabeza de 'Puppeteer', reclama nuestra atención para que no olvidemos su llegada. Pueden estar tranquilos porque no lo hacemos, la esperamos con ganas.
El amor hacia el juego podría llegar por su historia, que nos pone en la piel de un niño atrapado en el cuerpo de un muñeco de madera que, para más guasa, acaba sin cabeza por culpa del clásico rey loco. Precisamente ahí, en las mecánicas que ofrecen una vía de escape gracias a más de 100 cabezas, cada una con un poder distinto, podría encontrarse el verdadero resplandor de 'Puppeteer'. Y sí, pero tampoco es a lo que me refiero.
Ni plataformas, ni enemigos, ni siquiera esas tijeras mágicas capaces de acabar con enemigos y ayudarnos a salvar abismos entre plataformas representan el corazón del juego. Aquí el todo por el todo se juega en su escenario, algo que cualquiera con ojos que funcionen medianamente bien será incapaz de negar.
Presentado como un enorme teatro de marionetas, un Bunraku de la era digital, plataformas, fondos, enemigos y efectos de luces dan vida a uno de los juegos más bonitos que recuerdo. Es oscuro y, por lo tanto, su belleza es más propia de una pesadilla de Tim Burton que de un castillo Disney. No creo que nadie tenga el valor de poner pegas.
Menos aún cuando ese cambio constante y animado al milímetro cobra más fuerza con los aplausos, vítores y gritos de pánico del público. No olvidemos que estamos representando una obra teatral, y para el devenir de la historia y el ánimo del jugador, los comentarios de narrador, personajes y público ofrecen una mezcla soberbia.
El único miedo recae en su traducción, y es que aunque ya se ha confirmado que el juego vendrá doblado a nuestro idioma, siempre nos queda la duda de si la calidad de nuestra versión se equiparará a las extranjeras. Esperemos que sí, porque de lo contrario perderíamos medio juego por el camino.
Si teníais dudas sobre el juego, que no se trasladen al control tras ver que todo lo anterior cuadra, como todo lo mencionado anteriormente, funciona exactamente como debería. Está detrás Japan Studio y con eso debería sobrar para confiar en él, pero si necesitáis escucharlo por boca de alguien no seré yo el que lo impida. Kutaro no es un Sackboy, salta bien y se controla a las mil maravillas.
En la demo no hay mucho que rascar sobre las tijeras, funcionan a golpe de cuadrado y sin combinaciones extrañas, permitiendo seguir líneas marcadas por el escenario de forma automática e invitando a acceder a zonas altas cortando retales, hojas o incluso humo, simplemente pulsando cuadrado e indicando la dirección a cortar. Sin complicaciones.
Tocaba jugar a 'Puppeteer' para ver si lo prometido era cierto, y aunque la demo disponible en la Store japonesa no ofrece más que una corta introducción, es más que suficiente para remarcar en el calendario su llegada. Será el 11 de septiembre, por si hay algún despistado en la sala.
Ver 7 comentarios