Desde que Nintendo anunció un parche gratuito para los sobresalientes The Legend of Zelda: Breath of the Wild y Super Mario Odyssey con motivo del Kit VR de Nintendo Labo, no fui nada optimista al respecto. Porque si ya fui prudente con esas gafas por menos de 40 euros, más si cabe con esto otro.
Pero no dejaba de picarme la curiosidad por saber si eran simplemente un añadido oportunista para intentar arañar ventas de un cacharro lejos de la calidad de su máximo competidor en consolas. Y por desgracia, así es.
Link no se merece este trato con las VR
Empiezo de peor a menos malo, que no mejor. Porque lo del Breath of the Wild es lamentable por el trato recibido y sobre todo lo mal que va en VR.
Partiendo de la base de que está desde un tímido apartado del menú de "Ajustes", donde pone "Visor VR Toy-Con", y no desde una sección especial de la pantalla principal, la desidia con esta joya de Switch (y Wii U) sigue palpándose al comprobar que no hay efecto VR para ninguno de los vídeos.
Es más, todos ellos aprovecharán al máximo la pantalla de la Switch, pero no del campo de visión que nos ofrecen las gafas, lo que resulta de lo más incómodo al tener que girar demasiado los ojos, con lo que cansa en VR.
Ya con el juego en acción la cosa no mejora, porque el "efecto" de Realidad Virtual no es otra cosa que girar un poco la cámara para alejarnos o acercarnos de Link. Lo mismo que hacemos con el stick derecho, pero de forma más incómoda, poco práctica y con mayor probabilidad de mareo.
De hecho, pese a llevar año y medio con PlayStation VR, con este paseo virtual por Hyrule en Switch me he mareado a los 2 minutos, lo cuál es una pena, porque tenía ganas de estrenar esta versión tras haberlo disfrutado como un enano en Wii U cuando se lanzó el 3 de marzo de 2017.
Conclusión: un suspenso mayúsculo.
Mario al menos aporta algo con más sentido
Con Super Mario Odyssey se nota que el trato ha sido mucho mejor, porque desde el propio menú se nos avisa del contenido del parche (un minijuego simple) y cuenta con su propia sección en la pantalla principal.
Nuestro objetivo es sencillo: encontrar los instrumentos perdidos de nueve músicos a lo largo de varios reinos (versiones reducidas de los que vimos en el juego principal) mientras vemos a Mario desde un punto fijo a la vez que lo controlamos con los Joy-Con. Algo que puede recordar vagamente a Astro Bot: Rescue Mission, pero sin su misma profundidad ni posibilidades.
Y es que jugar con Mario en VR se nota una de las carencias del Kit VR, la nula posibilidad de acercar nuestra cara a los objetos, ya que al hacerlo estos se alejan. Aunque, eso sí, el efecto de Realidad Virtual está más logrado.
Hay zonas, de hecho, donde lo podemos acercar más a nuestro careto, o incluso hacer zoom cuando se aleja para divisar mejor los instrumentos y las notas musicales que los desbloquean. El problema es cuando tenemos que mirar lo que está a nuestra espalda, porque el juego no lo gestiona bien.
Conclusión: como curiosidad, puede valer (porque es gratis).
SWITCH Nintendo LABO: Kit de VR (set básico con desintegrador)
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