Los héroes que acaban dejando huella en la historia del videojuego suelen nacer al alinearse tres circunstancias muy concretas: una revolución tecnológica, el talento con nombre propio y la sana pretensión de marcar la diferencia. Twinsen fue un poquito más allá: en un año de gran transición como fue 1994, el valiente protagonista de Little Big Adventure logró poner a Francia y el viejo continente a la vanguardia de los videojuegos de aventuras. Palabras mayores.
La recién creada Adeline Software, compuesta por personal clave de Alone in the Dark, supo transformar el arrollador espíritu creativo e inconformista del considerado como el primer gran survival horror del videojuego moderno y canalizarlo en un título con gran denominación de autor. Eso sí, pese a sus singularidades, en Little Big Adventure la acción, los puzles y ciertos tintes de plataformeo convergen y se ponen al completo servicio del género de la aventura.
Un videojuego en el que la fantasía y la magia tienen tanto peso como el mensaje que se quiere transmitir al jugador, y en el que, por cierto, se ofrece constantemente una brillante libertad de acción. No solo a través de niveles que pueden resolverse de diferentes vías, sino también introduciendo como soluciones elementos tan adelantados a su tiempo como el sigilo o la resolución de puzles basados en las físicas, la perspectiva y la habilidad.
Eso sí, como dijimos, Little Big Adventure es un juego de autor. O, más bien, de autores: los genios galos Frédérick Raynal y Didier Chanfray insuflaron alma al juego y sus personajes, y en el proceso hicieron que resolver cada pequeño y gran tramo de la aventura fuese un proceso constante de aprendizaje y crecimiento para el propio jugador. Encontrando el equilibrio perfecto entre una trama cautivadora, diversión creativa, aventura en su estado más puro.
Sensaciones que, sumadas a un apartado artístico y jugable prácticamente atemporal, logran que tanto Little Big Adventure como su secuela irradien sensaciones de clásicos entre aquellos que los jugaron alguna vez. Esquivando de manera elegante el efecto de retrorotura para lograr otro segundo hito casi tres décadas después: la aventura de Twinsen está tan bien ensamblada que incluso despierta la fascinación de una nueva generación de apasionados por los videojuegos.
Un conjunto de elementos que lo convierten en uno de los máximos referentes del legado del videojuego francés que, quizás, no sea tan conocido en la actualidad pese a su buena recepción comercial y de crítica. Pero que supo hacer apasionante el manido cliché de salvar el planeta. A fin de cuentas, no en todas las grandes aventuras tienes la oportunidad de volar a lomos de un Dinofly.
Relentless: el héroe del Planeta Twinsun
En un exótico planeta que orbita entre dos soles, un poderoso tirano ha iniciado sus planes de dominación mundial. El Dr. Funfrock ha impuesto un férreo régimen militar nacido a base de un retorcido uso de la ciencia. Su ejército, compuesto por clones de las cuatro razas que habitan en Twinsun, se ha establecido en localizaciones estratégicas gracias a la tecnología del teletransporte. Sin embargo, el sueño de un joven colines parece interponerse en sus planes.
Twinsen es un colines cuya complexión es más o menos como la de cualquier otro. Ni bajito ni alto, con ese poco discreto cabello al viento convenientemente recogido que caracteriza a su especie y, como rasgo más o menos distintivo, una simpática barriga que delata su buen paladar. Otra cosa, claro, es que estuviese destinado a no tener una vida normal.
Sendell, la deidad a la que rezan los opositores a Funfrock, vaticinó al joven Twinsen un terrible destino para el planeta Twinsun a través de sus sueños. Para Funfrock, aquella revelación debía ser atajada de raíz, con lo que el ejército de clones decidió apresar al colines antes de que se propagase. Por suerte, hay otros dos atributos que definen a nuestro héroe además de su cabello y su generosa cintura: su capacidad de usar la magia y un valor insólito.
A la fuga, y únicamente armado con la túnica de sus antepasados y su bola mágica, Twinsen inicia su propia cruzada para rescatar a su novia, escudriñar su sueño y, si Sendell quiere, poner fin a los planes de Funfrock. Una gesta que implicará cruzar el planeta de punta a punta y descifrar misterios ancestrales para resolver la gran pregunta: ¿Podrá la magia y el valor de Twinsen hacer frente a la ciencia y la maldad de Funfrock?
Un héroe, cuatro personalidades y un gran poder latente
Little Big Adventure es una aventura que se manifiesta en escenarios isométricos y que coquetea con valentía con muchos y diversos géneros de manera simultánea: hay puzles que se resuelven con habilidad, hay tramos que se pueden superar a base de combatir o con sigilo y observación. Hay enemigos y trampas, pero también aliados y subtramas que merecen perdernos un poquito más de la cuenta. Y lo mejor es el modo en el que todo está magistralmente atado.
En lo jugable, el Little Big Adventure usa un sistema de movimientos de tipo tanque que sigue un poco la estela de Alone in the Dark con un matiz que lo hace único y distintivo: Twinsen dispone de cuatro modos o comportamientos (Normal, Agresivo, Deportivo y Discreto) que podemos alternar en todo momento y que afectan a nuestras acciones y cómo se ejecutan. Desde nuestra movilidad a nuestra capacidad de interactuar con el resto del mundo.
Todo un hito que, según declaraciones de Didier Chanfray a gameforever.fr, supuso la base de la idea.
LBA tiene algo que quizás ya no se hace en los juegos actuales: la posibilidad de elegir tu comportamiento. A día de hoy, si implicas el recurso de "elegir tu comportamiento" es completamente contextual. En nuestro juego, dependiendo de tu estado de ánimo, podrías hacer las cosas de manera diferente y eso afecta el flujo de la partida. No sería así hoy en día, ya que ese tipo de mecánica es complicada de llevar a los juegos actuales, pero esa es realmente la base del juego.
El modo o predisposición de Twinsen es una pieza clave a la hora de entender el concepto de Little Big Adventure, ya que tanto en el juego original como en la secuela ésta no se limita las acciones típicas o un conjunto de animaciones: los aliados y enemigos reaccionan de manera diferente según nuestro modo, y solo eso amplía enormemente las posibilidades y rejugabilidad del juego y alimenta la curiosidad del jugador.
Una curiosidad que, por cierto, queda desbordada por la variedad y el colorido del mundo, sus exquisitos acabados y su rico trasfondo: en Twinsun coexisten cuatro razas (los burbujos, los elefos, los colines y los conejunos) y multitud de culturas que piden ser descubiertas hasta que nos adentramos en la siguiente mazmorra. Realizando pequeños encargos y grandes descubrimientos mientras adquirimos mejores habilidades de manera gradual y, poco a poco, nos vamos preparando para enfrentarnos a nuestro destino.
Little Big Adventure toma ingredientes de los Zeldas clásicos y numerosos juegos de aventuras, puzles y acción en perspectiva isométrica, pero también sabe impregnar al jugador de sensaciones propias con una trama que, sin ser infantil, se adapta a cualquier edad y cala con enorme fuerza a través de acontecimientos muy bien hilados, cinemáticas bastante resultonas para su tiempo y una banda sonora exquisita.
Porque si bien, en lo jugable Little Big Adventure irradia identidad propia, en lo artístico también sobresale combinando escenarios renderizados y modelados de manera casi artesanal con personajes y animaciones 3D que no solo se adaptan, reaccionan e interactúan de manera genuina a lo que ocurre en cada trocito del mapeado, sino que además tienen un propósito definido para nuestro héroe, una historia o moraleja que contarle o suponen de manera directa un desafío a superar.
De modo que cada nueva isla o mazmorra a la que llegamos no solo expande el mundo creado para la ocasión, sino que se presta a ser descubierto de diferente manera.
¿Cómo resumir de manera simple lo que propone LBA, en un par de frases? Yo diría: tener la sensación de libertad y además, desde mi punto de vista, es considerar que el jugador va a experimentar algo que lo hará crecer, y lo hará revelarse a sí mismo ... Al menos, para mí.
¿Es Little Big Adventure un juego único? Más bien, es completamente excepcional en todos sus apartados. Y, tres años después, también supuso el inicio de una saga.
Little Big Adventure 2, la odisea de Twinsen y el futuro de la saga
Little Big Adventure no es solo fantasía: Funfrock es, a su modo, una parodia del político francés Jean-Marie Le Pen. Como dijimos, también reposa un doble mensaje que se manifiesta constantemente en el juego:
- Por un lado, la lucha contra los totalitarismos y cultos al líder. Lo cual estaba implícito en la trama.
- Por otro, la voluntad de hacer las cosas de manera diferente. Un concepto que, por cierto, también se plasmaba en la jugabilidad.
Didier Chanfray se volcó en aunar ambos conceptos de manera orgánica en el juego original. Un reto que ganaba en extra de complejidad cuando, a diferencia de la gran mayoría de juegos de acción y aventura, tomábamos el control de un protagonista sencillo. Un personaje cuya heroicidad debe florecer a lo largo de la historia.
Se necesitaba un oponente creíble en una historia que denunciaba todas las formas de totalitarismo y culto a la personalidad, pero resulta que Twinsen era principalmente un antihéroe para empezar. Ese fue uno de los grandes cimientos que se construyeron sobre los principios del juego.
Después de todo, era un tipo como tú y como yo, y tenía que ir más allá para luchar y restaurar la libertad y la justicia, para decirlo de manera bastante simple. La dictadura ciertamente fue encarnada por Funfrock, este tipo estereotipado, y eso es un poco fácil, pero lo verdaderamente interesante eran los clones.
Si bien, los escenarios estaban diseñados para ofrecer una alternativa en la que podían sortearse los enemigos a base de observación, ingenio y sigilo; siempre podemos optar por encararnos con los enemigos. La estética del juego es única, de modo que en cierto modo hay una cierta base de dibujos animados, pero para compensar que pasásemos medio juego en modo Agresivo se optó por hacer que la gran mayoría de villanos fuesen clones. Un doble acierto.
Podrías golpearlos de formas ilimitadas. No había límite de violencia como si se tratara de humanos. Eran clones, podían ser exterminados sin compasión, ¡así que no hubo problemas (risas)! De hecho, eso legitimaba la acción que tenías en la pantalla.
Además, el aspecto onírico (animales que hablan, diseño parecido al de los dibujos animados) iba en contra de la mayoría de los juegos de acción que había en ese momento: sobre todo juegos de lucha, guerras pseudo realistas o zombis, y Frédérick [Raynal] quería tomar el camino contrario. Los principios fundamentales del diseño de juegos estaban empezando a estar claros.
Y sí bien el estudio Adeline, modesto en número de desarrolladores pero holgado en talento, había elaborado una aventura que estaba a la vanguardia en lo técnico y visual en los videojuegos para 1994, lo cierto es que los modelos y gráficos comenzaron a palidecer rápidamente con el auge de los sistemas de 32 bits. Por suerte, la buena acogida a nivel internacional promovió que hubiese una secuela.
En 1997 llegaría Little Big Adventure 2 y con él se dio un salto de calidad y escala impresionante: no solo se abordaba una trama más ambiciosa en la que además de movernos través de islas deberíamos viajar por diferentes planetas, sino que se logró dar un salto tecnológico impresionante: salvo las mazmorras, los escenarios eran totalmente tridimensionales y podían ser abordados con una libertad que ponía de nuevo el conjunto a la vanguardia de los videojuegos.
La premisa argumental de esta secuela es más densa, pero también más amplia. En esta ocasión nos enfrentamos a la doble amenaza de Dark Monk, un dios maligno, y unas misteriosas fuerzas venidas del espacio. Por suerte, en esta ocasión la túnica mágica de Twinsen la tenemos a mano.
Little Big Adventure 2 supuso un colosal empujón de calidad frente al original que acentuaba sus aciertos y sabía acertar al ampliar la variedad de acciones y pruebas. Sus mazmorras son un poquito más complejas, desde luego, pero la riqueza de la trama y el mundo también han sido generosamente reforzados. Definitivamente, una secuela a la altura del original.
Por desgracia, el legado de Adeline no llegaría mucho más allá. Pese a que los franceses lanzaron un Time Commando entre ambos juegos y planearon dar nueva vida a Flashback, su último título acabará siendo una conversión para Game Boy Advance de Moto Racer que será lanzada en 2002 y sin los miembros clave del estudio ya que éstos habían migrado a SEGA poco después del lanzamiento de la gran odisea de Twinsen.
¿El fin de Little Big Adventure? Por suerte para todos, al intrépido colines todavía le queda cuerda para rato: en 2014 el propio Didier Chanfray recuperó los derechos de la saga y eso, junto a una alianza con DotEmu, permitió que se relanzase en PC y móviles. Es más, Steam cuenta con una versión mejorada que, pese a las mejoras gráficas, aúna los cuatro modos del protagonista en una misma jugabilidad pensando en los jugadores actuales.
Siendo justos, Twinsen llegó a las consolas: se realizó una adaptación de Little Big Adventure para PlayStation, aunque -según Chanfray- no tuvo demasiado calado comercial. Y pese a las buenas relaciones del núcleo del equipo con SEGA, compañía que los acogerá tras LBA2, los derechos tardarían más de una década en regresar a sus creadores. Por suerte, es probable que veamos una tercera entrega antes de celebrar el 30º aniversario de la saga.
Tras un lapso de casi un cuarto de siglo, el desarrollo de Little Big Adventure 3 es totalmente oficial. En Septiembre de 2021, siete años después de que Frédérick Raynal y Didier Chanfray volviesen a publicar las dos entregas de Little Big Adventure, se anunció el desarrollo de una nueva aventura que llegará de la mano del estudio 2.21 (quienes se denominan el nuevo hogar de la saga) con la visión de traer de vuelta a Twinsen. Tanco a PCs como a las consolas actuales.
Lo complicado no será actualizar la fórmula o el aspecto del planeta Twinsun o sus habitantes, sino corresponder con la visión original ofreciendo una experiencia ambiciosa y divertida que recompense algo más que la libertad de acción: volver a posicionar las siglas LBA a la vanguardia del género de la aventura conservando toda la excelencia original.
Toda una odisea, desde luego, pero también un reencuentro con Twinsen, un héroe de los videojuegos que ha estado largamente perdido, pero jamás ha sido olvidado.
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