Microsoft está haciendo un Nintendo. No hay ninguna relación con su filosofía de máquinas o juegos, simplemente han encontrado una forma de salirse del camino marcado tal y como hizo la gran N hace años. Su objetivo, ahora más que nunca, está en el servicio.
Y el servicio no entiende potencia o dispositivos, porque a propuestas como Netflix sigue enganchado el que ve sus series y películas favoritas desde la tele, el móvil o incluso su vieja Wii. Xbox Series X puede ser la fachada, pero su nueva generación se llama indudablemente Xbox Game Pass.
El giro con el que nadie contaba
La llegada de Red Dead Redemption 2 a Xbox Game Pass el próximo 7 de mayo demuestra una vez más que el enfoque de Microsoft es otro. La idea vuelve a reiterar su estrategia para seguir distanciándose de todo lo que creíamos grabado en piedra.
Un camino que bien podría haber iniciado Xbox One hace siete años de haberle salido bien la jugada. De haberla comunicado bien, mejor dicho. Ya en su presentación apuntaba hacia otra cosa con aquél giro a lo online en vez de lo físico, con la idea de los planes familiares… Retazos de un futuro que se ha ido materializando con el paso de los años.
Novedades que era difícil no ver como un tiro en el pie hace años y que ahora, con las cartas ya sobre la mesa, demuestran algo totalmente distinto. No era una carrera, sino una maratón a largo plazo, y pese a tropezarse a base de retrasos, cancelaciones o recepciones menos entusiastas, el plan seguía en marcha.
Otro camino para Xbox
Los juegos de segunda mano, la apertura de catálogo exclusivo para llegar también a PC, la llegada del Netflix de los videojuegos, el giro hacia lanzar los juegos en Game Pass a la vez que en tiendas, la posibilidad de jugar a los juegos de la próxima generación también en la actual… Imposible no acordarse aquí de las cejas levantadas cuando se vivieron muchos de estos anuncios.
Aún más difícil no ver que, para Microsoft, el negocio ya es otro. Tal y como ocurrió con la carrera de los gráficos tras la época de GameCube, en Xbox han nacido otras preocupaciones. Y si consiguen hacerse fuerte ahí, como parece que están haciendo tras anuncios como el de hoy, no habrá exclusivo que les pare.
Porque con Nintendo podrás jugar a los títulos más especiales y con Sony gozar de los exclusivos más espectaculares, pero si lo que buscas es llenarte los carrillos por un precio irrisorio, gracias a un catálogo que sigue sumando bombazos propios y ajenos, está claro dónde nos están invitando a acudir.
¿Suficiente?
Todos somos muy conscientes de cuál es el elefante en la habitación de Xbox ahora mismo. La estrategia de Microsoft es buena. Incluso si echas de menos algo más. Pero a nivel de juegos propios van a la zaga y mantener un servicio como Xbox Game Pass, como mínimo hasta que explote por completo, no debe ser nada barato.
Acuerdos como el de Red Dead Redemption 2 se presuponen caros, y te obligan a apoyarte en otras compañías más de la cuenta. Por eso Netflix tiene Stranger Things además de producciones de terceros.
Las ganas cada vez más crecientes de un E3 que no ocurrirán estaban ahí un poco por eso, por ver cuál es el plan definitivo de Microsoft a nivel first-party y hasta qué punto será capaz de sorprender o no. Si han puesto tanto mimo ahí como el que están poniendo en Xbox Game Pass, la vuelta a la tortilla puede ser enorme.
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