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PS4 vs Xbox One: especificaciones de la GPU

Después de comparar a Xbox One y PS4 a nivel de CPU toca dar un paso más y llegar hasta algo que sí puede marcar la diferencia entre los juegos que se lancen para las dos consolas: la GPU. Seguimos pues con nuestro especial de PS4 vs. Xbox One.

Como ya vimos las dos consolas apuestan por la misma arquitectura a nivel de procesador, Jaguar, y su rendimiento es muy parecido. Así que si algo tiene que desequilibrar la balanza de un modo decisivo no lo encontraremos ahí. Pero donde sí podemos encontrarlo es en la GPU ya que aunque las dos, de nuevo, vuelven a compartir arquitectura sí tienen las suficientes diferencias como para que una sobresalga de la otra. Veámoslo con más detalle.

PS4 vs Xbox One en la GPU, no es cuestión de Mhz

Al igual que ocurría en la arquitectura del procesador, las dos consolas vuelven a compartir entrañas en lo que a GPU se refiere. AMD llama a esta tecnología Sea Islands y ya la ha aplicado en diversas tarjetas gráficas de PC de la gama Radeon 7000 y Radeon 8000.

Pero esta vez existen dos diferencias palpables entre lo que una y otra consola le ofrecen al desarrollador. La GPU de Xbox One opera más rápido, 853Mhz gracias al último incremento de potencia que Microsoft le brindó a sus kits de desarrollo frente a los 800Mhz de PS4, pero la GPU de la consola de Sony tiene más unidades de computación detrás (CU’s): 18 en lugar de las 12 de Xbox One.

Así que el panorama es el siguiente: la gráfica de la consola de Microsoft trabaja a una frecuencia más rápida pero la de Sony es capaz de hacer más trabajo de golpe. Dicho de otro modo, las dos consolas soportan exactamente los mismos efectos y APIs y una imagen renderizada en 3D en una debería verse exactamente igual en la otra. La única diferencia es que PS4 puede renderizarla más rápido.

Como vimos en otro documento técnico hace tiempo la GPU de Xbox One se asemeja a la gráfica Radeon HD 7790 y la gráfica de PS4 es más parecida a una Radeon HD 7850.

La segunda arroja mejor rendimiento en juegos (hablando de un PC) por mucho que la primera pueda operar a una frecuencia de Mhz más alta. En cualquier caso la frecuencia de Mhz podría haberla subido Microsoft para intentar equiparar el rendimiento de las dos o, como mínimo, aumentar el de Xbox One.

¿Qué diferencias puede notar el jugador?

De un modo rápido y directo: los juegos de PS4, en circunstancias extremas en los que un desarrollador necesite ese extra de potencia, pueden tener texturas a mayor resolución que aporten más detalle al conjunto y lanzarse a mayores resoluciones de pantalla.

Es la diferencia que aporta el mayor número de unidades de computación en PS4 pese a que trabajen a un ritmo un poco menor que el de Xbox One. De todos modos el acercamiento que están siguiendo las dos compañías es muy parecido. Se trata de eliminar capas inútiles entre el código del juego y el hardware prescindiendo de las clásicas API’s de PC y utilizando versiones optimizadas.

Ambas consolas se basan en DirectX 11 pero tanto Sony como Microsoft han preparado sus propias versiones que deberían ayudar a los desarrolladores a obtener mejor rendimiento.

Por cierto, hay otro factor que debemos tener en cuenta. La GPU puede ayudar a la CPU en determinadas tareas de proceso e incluso Microsoft ya ha confirmado que un 10% de la potencia de su GPU estará reservada a Kinect y a otros subprocesos del sistema. Es de esperar que algo similar ocurra con la GPU de PS4 aunque Sony no se ha manifestado al respecto.

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