Llevamos toda la vida usando armas virtuales en los videojuegos, tenemos nuestras favoritas, conocemos las más eficaces en uno y otro juego, y hemos aprendido a valorar la importancia del tamaño de los cargadores, la cadencia de fuego e incluso el retroceso.
Pese a ello no sabemos prácticamente nada de ellas, así que va siendo hora de conocerlas aún mejor. Con armas y videojuegos iniciamos un especial en el que repasaremos las armas más destacadas que el panorama del ocio interactivo ha puesto en nuestras manos virtuales. Hoy empezamos con las armas de fuego, pero también llegará el momento de centrarnos en armas futuristas, medievales o incluso mágicas en futuras ediciones.
AK-47
El fusil de asalto AK-47, también conocido como Kaláshnikov, fue creado en 1949 por el militar soviético Mihail Kaláshnikov para sustituir a las viejas carabinas soviéticas con las que se combatía en la Segunda Guerra Mundial. De gran eficiencia y reducidos costes de producción, el fusil se convirtió en el arma reglamentaria de los países del bloque oriental durante la Guerra Fría y aún a día de hoy es la protagonista de multiples conflictos armados alrededor del globo.
Se calcula que hasta la fecha se han producido más de 100 millones de fusiles AK-47, sin contar aquellos que se fabrican de manera ilegal. Las especificaciones del arma reflejan un peso de 4,3 kg, un alcance efectivo de 550 metros y puede disparar hasta 600 disparos por minuto a una velocidad de 715 metros por segundo.
Es probablemente el arma más presente en los videojuegos, pudiendo encontrarla en casi cualquier título de acción, ya sea en su versión original o en muchas de las diseñadas a posteriori como la carabina AKS-74U o la ametralladora ligera RPK. Si debemos destacar un juego de entre todos en los que ha aparecido, sin duda elegiría ‘Black’ de Criterion Games.
Thompson
Thompson, la mítica Tommy Gun con la que mafiosos y policías libraban batallas campales en las calles de Chicago durante la Ley Seca. El infierno en la tierra provocado por una lluvia de entre 700 y 1.000 balas por minuto, con un alcance de entre 100 y 150 metros y una fiabilidad en la que confiaron incluso los agentes del FBI.
Llegó a utilizarse hasta en la Guerra de Vietnam, pero cuando la maquinaria armamentística empezó a pensar en una segunda generación de subfusiles, los Thompson de los cuerpos policiales estadounidenses fueron destruidos. Las unidades que se salvaron se han convertido en el objeto de deseo de muchos coleccionistas. Es curioso que en la época costase unos 70 dólares.
Creo que no necesitáis muchas señas para adivinar el juego más destacado. Hay muchos títulos sobre mafiosos en el mercado que rinden ese particular y oscuro homenaje a la Thompson, pero si hay un juego en el que coger uno de estos subfusiles te aseguraba unos cuantos cartuchos de ventaja frente al enemigo, ese era ‘Medal of Honor: Allied Assault’. Acababas hasta las narices de recoger MP40, y cuando encontrabas un subfusil distinto ya te parecía una maravilla.
Desert Eagle
Frase repetida en millones de partidas con amigos a cualquier juego de tiros: “coge la Desert Eagle que de un tiro mata“ ¿De qué juego? De cualquiera. Como si la situación cambia para acabar sentados en el sofá y ver una de las 400 películas en las que ha aparecido, el caso es que se ha convertido en un sinónimo de potencia.
No estamos ante una pistola histórica, se empezó a construir en 1995, y sus casi 2 kg de peso, su cadencia de 60 disparos por minuto y su alcance de 50 metros han convertido a la Desert Eagle en la semiautomática preferida para el tiro deportivo.
Otra opción con representaciones en el mundo del videojuego para aburrir, pero toca escoger uno y me quedo con ‘Tomb Raider III’. Lo de abrirte paso en el Area 51 con aquella Desert Eagle que te obligaba a bajar el volumen de la tele es algo que se te queda grabado, pensabas que ya no verías nada más sorprendente y luego te colaban el retorno del T-Rex. Entonces suplicabas por encontrar alguna.
RPG-7
La Unión Soviética buscaba un antitanques eficiente y fácil de transportar para tener ventaja en los conflictos de la Guerra Fría y acabó con un negocio enorme en sus manos gracias a las patentes del RPG-7. Siete kilogramos de potencia de fuego que se llegan a vender por 3.000 dólares en Estados Unidos.
El recorrido de sus cohetes puede superar el kilómetro, y el juego de abrir las aletas al dispararse no sólo ha servido para multitud de planos de escenas CGI, también es un recurso muy empleado en el cine de acción. Lo de la madera no es para que quede más bonito frente a la cámara, es para evitar que el que dispara se queme.
Lo siento por los que estén hasta el gorro del género FPS, pero para RPG-7 el de los últimos ‘Battlefield 3’ y ‘Call of Duty: Modern Warfare 3’. Puede que tenga la precisión de una escopeta de feria, pero cuando ves el camino de humo que ha dejado tras realizar un giro y acabar con dos enemigos al hacer estallar un coche, es inevitable esbozar una sonrisa.
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