El juego de PlayStation que pagó Nintendo y que nunca llegamos a ver

El juego de PlayStation que pagó Nintendo y que nunca llegamos a ver

Este juego de estrategia en tiempo real quería revolucionar la consola de Sony

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PlayStation

Desde lo ocurrido con Sony y Nintendo con la creación de la primera PlayStation, las relaciones entre ambas compañías siempre han sido algo tirantes, especialmente durante la época de los 90 en la que el ambiente aún estaba bastante caldeado. Sin embargo, eso no impidió que aquella consola estuviese a punto de recibir un juego financiado por la propia Nintendo.

Pero lo mejor de la historia no era esta curiosa voltereta empresarial o el hecho de que el juego podría haber sido un alarde técnico capaz de dejar en pañales a la potencia de Nintendo 64, sino que en realidad Nintendo no sabía que estaba involucrada en su desarrollo.

Los indies de finales de los 90

Cuando Miyamoto presentó la flamante Nintendo 64 citó a la prensa que iban a hacer “un montón de juegos raros” a partir de ese momento y, si recuerdas el catálogo de la consola lanzada en 1996, con auténticas marcianadas como Hey You, Pikachu! o Doshi the Giant, entenderás hasta qué punto no iba desencaminado.

La casualidad quiere que, además, esos dos juegos sean especialmente importantes para esta historia, porque la empresa que estaba detrás de ellos es también la protagonista de hoy, la compañía Marigul Management a la que también le debemos rarezas como Meteos para Nintendo DS, la saga Pokémon Rumble o el fantástico Nintendo Pocket Football Club de 3DS.

Allá por 1996, con Nintendo 64 a punto de llegar al mercado y frente a la negativa de las principales third party de llevar hasta la nueva consola algunas de sus franquicias más famosas que estaban triunfando en PlayStation, Nintendo crea la empresa Marigul en compañía de Recruit (puede que os suene por ser la creadora de Glassdoor, esa página de empleo en la que de tanto en tanto salta algún escándalo por las condiciones de trabajo de la industria del videojuego nipona).

El objetivo de Marigul, un nombre a medio camino entre Mario y Seegul, las mascotas de ambas compañías, es ofrecer financiación a pequeños estudios que puedan aportar ideas revolucionarias y logros técnicos en sus juegos para que el catálogo de Nintendo 64 pueda seguir creciendo sin la ayuda de las third party.

Un RTS con 3.000 unidades en pantalla

Como toda empresa, Marigul debía cerrar el año en positivo para seguir adelante y, especialmente habiendo otra compañía de por medio, pese a estar estrechamente atada a Nintendo eso implicaba buscar negocios más allá de sus empresas madre.

En busca de esos proyectos que pudiesen resultar rentables de la mano de estudios independientes esperando hacerse un nombre en la industria, se topan con Aquamarine, que tras dos juegos para Game Boy Advance están preparados para dar el salto a las grandes ligas con un juego para PlayStation.

Lo que llamó la atención de Marigul fue un alucinante logro técnico que, en forma de un RTS, era capaz de mostrar la friolera de 3.000 unidades en pantalla moviéndose en tiempo real en espectaculares batallas de ciencia ficción. Fue así como una compañía financiada por Nintendo terminó financiando un juego que podría haber sido un pelotazo para la consola de Sony.

Lamentablemente Aquamarine ya estaba en problemas antes de la llegada de aquella financiación y el proyecto se quedó sin terminar pese al dinero que, de forma indirecta, debía entrar en las arcas del estudio. Pese a algún tímido escarceo y acuerdos con distribuidoras externas, Marigul siguió centrada en financiar juegos para Nintendo hasta su cierre en 2003.

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