Da igual si no te lo han pedido o si no les interesa. Coge algo, extiende el brazo y dáselo a otra persona. Automáticamente lo cogerán, sin pensar, especialmente si están ocupados con algo más como hablar por teléfono. El cerebro puede ser tan impresionante como absurdo.
Precisamente por eso cada vez vemos más puestos gestionados por psicólogos en marketing o experiencia de usuario. Las compañías no pueden permitirse el lujo de dar puntada sin hilo y, como ya ha ocurrido anteriormente con otras prácticas y estrategias comerciales, el éxito del Pase de Batalla no es ajeno a este fenómeno.
El secreto de un buen Pase de Batalla
Recientemente comentábamos cómo el Pase de Batalla de Clash Royale no era suficiente para mantenernos motivados. Pero como está feo tirar la piedra y echar a correr, queremos detenernos a analizar cuáles son los secretos detrás de un buen Pase de Batalla.
La psicología detrás de sus procesos no es nada nuevo, pero ejemplos como el de Fortnite sí han demostrado estar lo suficientemente bien orquestados para que, el cada vez más popular sistema de progresión, tenga éxito más allá del entusiasmo inicial.
El juego de Epic Games es, probablemente, el que mejor ha entendido el concepto desde que Dota 2 y los MMO chinos empezasen practicar su inclusión. Desde entonces todo ha cambiado mucho, claro, pero gran parte de la estrategia e intencionalidad de sus premisas siguen ahí.
La Técnica Pomodoro del videojuego
La gran baza del Pase de Batalla respecto al modelo de las cajas de loot es la transparencia. Visualizar un objetivo es siempre más cómodo que trabajar en pos de algo etéreo. Precisamente por eso han crecido tanto sistemas como Kanban o Scrum en el mundo del desarrollo.
Los pequeños logros que implican tareas más accesibles, un premio al final de un nivel o un reto diario que ofrezca un bonus de experiencia, son más fáciles de afrontar. Más aún cuando eres consciente de lo que te espera al final del camino.
La constancia en los premios de un Pase de Batalla te invitan a continuar porque suponen recompensas constantes. Palmaditas en la espalda a corto plazo que te hacen más fácil el continuar hasta conseguir el gran “regalo”. Sea esta una skin especial o ese puñado de monedas premium que te permitirá adquirir el siguiente Pase de Batalla.
Escasez, progreso y codicia
Eso último es especialmente importante porque para que un Pase de Batalla funcione, siempre debe haber otro más en el horizonte. La intención aquí no es seguir sacando dinero con el nuevo pase, de ahí que las monedas conseguidas durante el anterior te sirvan para invertir en el siguiente, lo que busca el juego es que sigas enganchado hasta el fin de los días. Retención es sinónimo de ingresos.
Para ello el juego se apoya en una escasez artificial que requiere de tu atención constante para alcanzar esa meta final. Si no juegas, no conseguirás esa skin. Si no la consigues, nunca más podrás hacerlo porque este Pase de Batalla desaparecerá para siempre. Y el más retorcido, simplón y efectivo: tus amigos la tendrán y tú no.
El miedo a perdernos ese premio, incluso aunque no lo necesitemos o sea una skin que no tenemos planeado utilizar, responde a la necesidad de estar a la altura del grupo para socializar y, más aún, a algo tan básico como la codicia. Queremos acumular más y más, aunque sea algo en formato digital e intangible. Un mal tan antiguo como el propio ser humano.
Focos y luces artificiales
Call of Duty muestra su Pase de Batalla con luces brillantes sobre su pestaña. En Fortnite es lo que más resalta del menú. Clash Royale nos invita a pasar por él cada vez que completamos varias partidas. El anzuelo debe ser llamativo, pero lo que muchos no parecen entender es que el cebo lo debe ser aún más.
El caso de Deadpool como skin especial para los poseedores del Pase de Batalla es parte de lo que hace especial al caso de Fortnite. Los jugadores, hastiados de ver skins nuevas cada día en la tienda y en cada nuevo Pase de Batalla, acogieron con mucho más entusiasmo la promesa de un personaje reconocible.
Nos guste o no, somos así de básicos, pero eso no significa que también seamos exigentes. El caso de Clash Royale es uno de los más claros. Sus premios no resultan interesantes, ni siquiera para aquellos con un camino gratuito, así que sin poder acogerse a esa codicia, transparencia y progreso constante, la motivación se hunde.
Ver 12 comentarios