Jugar ya no es lo que era (y eso está bien)

Jugar ya no es lo que era. Los videojuegos de hoy, que juegan los chavales de hoy, ya no son como los de antes. Esos sí que eran juegos de verdad.

Qué tentador es pensar así, ¿verdad? Especialmente cuando uno ya empieza a tener una edad, cuando nota que el tiempo pasa más rápido y cuando los cambios se antojan cada vez más dramáticos, más incómodos de afrontar. Y los videojuegos han cambiado mucho en los últimos años, eso es algo innegable.

Ante semejante vapuleo, uno puede optar por el camino antes descrito, el de agarrarse a eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor y negar por sistema las nuevas ideas, o abrir la mente todo lo posible a las oleadas del cambio. Por si os queda alguna duda al respecto, ya os digo yo que lo segundo es mucho más enriquecedor.

Nuevas generaciones de amantes del videojuego llegan con ideas frescas que aportar y que disfrutar, y los veteranos deberíamos tomar buena nota de ello

Es algo que se nota en cualquier medio especializado, en las redes sociales e incluso más que nunca ya a pie de calle: jugar no es lo que era, efectivamente, y eso es algo muy bueno. Nuevas generaciones de amantes del videojuego llegan con ideas frescas que aportar y que disfrutar, y los veteranos deberíamos tomar buena nota de ello y sacar el máximo provecho.

Jugar es salir a la calle

¿Quién no lo ha visto ya? ¿Quién no lo ha probado, o al menos se ha sentido tentado a hacerlo? Hablar de 'Pokémon Go' como un fenómeno se empieza a quedar corto ya. Y todo ello sin ser nada realmente nuevo, con más problemas de funcionamiento que otra cosa y con gazapos de diseño que son para colgar a alguien.

Pero algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿verdad? Y en este caso, lo que tiene el juego en cuestión es, en primer lugar, el potencial que aporta el arrollador carisma del universo 'Pokémon', y en segundo lugar el hecho de haber sabido llegar en el momento apropiado. A veces, es más importante saber cuándo y cómo aplicar una idea, que la propia idea en sí misma.

Lo verdaderamente revolucionario de este fenómeno jugón es que nos está sacando a la calle, está cambiando nuestra forma de concebir el ocio interactivo e incluso está reinventando la idea del multijugador al convertirlo en algo que se practica cara a cara, con extraños, en los parques y calles de nuestras ciudades.

Jugar es ver a otros jugar

Cuando las consolas eran la excusa para juntarnos en casa de los amigos, entre meriendas y cartuchos, nos podíamos pasar horas viendo a otros jugar, comentando lo que pasaba y esperando nuestro turno para tomar el mando. Esa costumbre parece en desuso, pero en realidad no ha hecho más que transformarse en Twitch.

Descartando el punto de esperar a nuestro turno, lo que hoy en día hacen millones de espectadores a través de esa plataforma no deja de ser lo mismo, potenciado en muchos sentidos. A muchos nos puede haber pillado en fuera de juego todo el fenómeno de la retransmisión en directo, o de los Let's Play en YouTube, pero los motivos que llevan a tantos jóvenes a disfrutar de este soporte no difieren tanto de lo que hacíamos años atrás en casa de los colegas.

Juntarnos en casa de los amigos con una consola parece una costumbre en desuso, pero en realidad no ha hecho más que transformarse en Twitch

Para una generación que se siente más cómoda que nunca con la retransmisión audiovisual, con el consumo instantáneo de información y con la inmediatez de estas plataformas, es lógico que este soporte les resulte el más natural para estar al día, divertirse y disfrutar de los videojuegos en compañía de otros, aunque sea con una pantalla de por medio.

Jugar es ver a otros competir

De la mano de las retransmisiones en directo y del gusto por ver a otros jugar, se deriva inevitablemente el fenómeno de los eSports, ese espacio en el que millones de aficionados se deleitan viendo a una nueva raza de héroes empujando los límites de un videojuego y de su capacidad como espectáculo.

La expansión y popularidad de esta forma de competición ha llegado para quedarse, y con cifras millonarias enmarcando ya a los eventos más importantes del sector, solo queda esperar el momento en que los eSports consigan romper la barrera que les separa del gran público. Para ello, quizás, serán necesarios aún unos cuantos años.

Pero sucederá, y cada vez más veremos hablar de los deportes electrónicos en medios masivos, en espacios y en prensa que hasta ahora se han centrado en dar cabida a eventos deportivos tradicionales. Hay mucho dinero que rascar aquí como para dejarlo pasar tan alegremente.

Jugar es ser parte de algo más grande

Elige cualquier juego medianamente popular de los últimos años, busca su canal en Reddit y empieza a volverte loco con todo lo que se está moviendo en torno a él. En estos espacios se reúnen aficionados en busca de consejos, artistas que reinventan los universos a su manera, obsesos dispuestos a desentrañar hasta el último secreto y la siempre inevitable ración de troles.

Una vez más, no estamos asistiendo a ningún fenómeno nuevo. Es perfectamente natural que nos acerquemos a otras personas con las que sintamos afinidad, que compartan nuestros gustos, que nos ayuden a ir más allá en nuestras pasiones y que nos aporten otros puntos de vista sobre nuestras inquietudes.

Es lo que hacíamos hace años cuando nos juntábamos en el patio del colegio con otros compañeros a hablar de videojuegos, tras haber ido al quiosco a comprar la revista especializada de turno. Eso, llevado a la escala de comunidades online globales y con miles de participantes sumando, da como resultado una forma tremendamente dinámica de multiplicar la simple experiencia individual de juego y convertirla en algo más.

Jugar puede ser eso que soñamos hace años

Aunque la realidad virtual parezca una idea de ahora, la industria del videojuego lleva muchos años intentando dar con la vía de hacer productiva y comercialmente viable esta tecnología. El fisco de Nintendo con Virtual Boy es posiblemente el caso más sonado, pero ha habido mucho más, y todos ellos sirvieron para alimentar la idea de una forma increíblemente inmersiva de jugar.

¿Llegaremos de aquí a unos años a ver el juego en pantallas estándar como un recuerdo del pasado?

Pero los años pasaban y la venta de sueños virtuales acababa chocando siempre con la realidad tecnológica. No obstante, parece que 2016 puede ser el año en que por fin se haga realidad la promesa de esta forma de juego. El hardware parece por fin listo para cumplir con soltura, pero claro, eso solo no será suficiente.

¿Será la experiencia de realidad virtual tan rompedora como para cambiar de verdad nuestra forma de entender los videojuegos? ¿Llegaremos de aquí a unos años a ver el juego en pantallas estándar como algo aburrido, un recuerdo del pasado? Mucho tiene que cambiar para que eso suceda, pero como con tantos otros cambios, mantendremos la mente abierta a ello.