Ya queda menos de un mes para que lleguen al mercado PS5 y Xbox Series X (aparte de Xbox Series S, por supuesto), y no podía tener más ganas de dar el salto generacional con las nuevas consolas de Sony y Microsoft. Que ya toca después de siete años, aunque sigan saliendo juegazos en PS4 y Xbox One.
A lo largo de todo ese tiempo he tenido sus primeros modelos hasta que me hice con sus versiones potenciadas, con una Scorpio y una PS4 Pro. Y si Rubén ha dado su opinión en contra, a mí me toca ahora dar la mía a favor del relevo.
Por qué tendré PS5 y Xbox Series X desde el día 1
El motivo más evidente que podría dar sería el de "es mi trabajo", pero sé que aunque no tuviese la suerte de poder dedicarme a escribir sobre videojuegos, caería alguna de estas nuevas consolas en su día de lanzamiento. Y la culpa la tiene esa sensación de obsolescencia programada que parece asolar a PS4 Pro y Xbox One X desde hace un tiempo, con problemas a la hora de disipar el calor, lentitud a la hora de navegar por algunos menús u otros temas que me cansan.
El chicle se ha estirado demasiado y llevamos viéndole las costuras, sin olvidar esa guerra absurda por los 4K y los 60 fps estables, algo que ninguna de las dos ha podido afianzar en todos sus juegos. Pero eso es lo de menos. Toda consola tiene su ciclo de vida y ahora toca pasar página, especialmente en este año.
Estamos sufriendo como nunca nos había tocado, por desgracia. Un virus terrible que ha cambiado por completo el panorama en 2020, en todos los ámbitos. De ahí que quiera aferrarme a cualquier detalle positivo para salir de esta espiral negativa y, al igual que con la música, los videojuegos son otra de mis pasiones con las que evadirme de la realidad y disfrutar de la vida. Conseguir una nueva ilusión en este año de mierda. Intentar olvidar por unas horas la desoladora situación actual.
Y lo más seguro lo veo en esos dos potentes cacharros, independientemente de que guste más o menos su diseño, al no poder estar con toda la gente que quiero.
Mis motivos para dar el salto este noviembre
Vale que el lanzamiento de ambas se haya desdibujado por el retraso de Halo Infinite o esa gran cantidad de títulos intergeneracionales para hacer bulto, como Assassin's Creed Valhalla o Watch Dogs Legion, pero no dejan de ser títulos pensados para la next-gen, tal y como sucede con el abrumador Cyberpunk 2077.
Lo de Smart Delivery es un puntazo, aunque Sony no haya aplicado con tanto ahínco esa política en todo su catálogo y veamos problemas con las partidas en unos pocos, como DiRT 5 y Maneater, sin olvidar la polémica con Marvel's Spider-man, que tocará volver a pasar por caja si lo queremos disfrutar en PlayStation 5.
Son pequeños borrones para dos consolas que, a pesar de las noticias que han ido saliendo a cuentagotas estos últimos meses, esperando casi hasta el final para mostrarlas con más detalle, me van a ofrecer lo que necesito, como acortar ostensiblemente los tiempos de carga, que en esta generación hemos visto casos desesperantes, como el incomprendido (pero desaprovechado) ReCore en Xbox.
La retrocompatibilidad en Xbox Series X es algo que me llama con mucha fuerza, especialmente tras ver las mejoras que experimentarán títulos de Xbox Game Studios, donde podremos jugar a Gears 5 a 120 fps, por ejemplo. Aparte que lo dejé a medias en su día y ahora tengo la excusa perfecta, que además va a recibir más contenido el 10 de noviembre. Y como ese título, hay muchos más así.
Obviamente, para unas consolas de nueva generación se esperan nuevos juegos, y aunque PS5 se lleve la palma con los exclusivos antes de cerrar 2020, en Xbox Series no tendré que preocuparme por el dinero gracias a Xbox Game Pass.
Son dos modelos de negocio distintos, también por la situación excepcional que nos está tocando sufrir (gran cantidad de juegos se han retrasado hasta 2021 por este motivo), pero que me van a reportar muchas satisfacciones (a priori) si tenemos en cuenta las especificaciones técnicas de cada consola, más allá de que puedan ofrecer el dichoso trazado de rayos sus juegos. Hablo de no perder tantos minutos con las cargas o contar con una mayor estabilidad en las partidas.
Además, veo (pese a todo) un catálogo de lanzamiento ilusionante para ambas consolas, tanto con los juegos del 10 de noviembre en Xbox Series, como los que veremos en PS5 el 19 de noviembre. Ese Assassin's Creed Valhalla acompañando el debut de Xbox Series y que tanto me gustó cuando lo probé en PC hace unos meses, o ese sueño hecho realidad con el ansiado remake de Demon's Souls.
Sé que me lo pasaré como un enano con Astro's Playroom (no en vano Astro Bot: Rescue Mission es de mis favoritos en Realidad Virtual), viendo de qué es capaz el nuevo mando DualSense, y que no le haré ascos a la nueva aventura de Sackboy, quedando a la espera, por supuesto, de ese The Medium en Xbox en diciembre.
Quiero que me sorprendan, sentir una evolución en las nuevas consolas, donde seremos testigos de propuestas mucho más ambiciosas (a ver si Microsoft se moja de una vez con The Initiative, que están reuniendo un equipo del copón) y disfrutar de una mayor comodidad ante algo tan básico como jugar a videojuegos.
¿Y vosotros? ¿Habéis reservado PS5 o Xbox Series X? ¿Preferís esperar?
Ver 29 comentarios