En mi piso del extrarradio no cabe un pantallote de 90 pulgadas, tendría que salirme yo de él para poder meterlo. Por supuesto tampoco cabe una cascada, ni un prado lleno de flores desde el que tumbarme para ver las estrellas mientras reviso las últimas notificaciones de mi móvil. Y sin embargo, de una forma u otra, al final acabaremos teniendo todo eso sin importar el sitio en el que vivamos.
La culpa de ello la tiene la otra cara de la realidad virtual, esa que se aleja de los juegos para ofrecer otro tipo de entretenimientos, ese camino que prometía Mark Zuckerberg cuando se hizo con Oculus y que ahora ya empieza a vislumbrarse en el horizonte de la mano de PlayStation VR.
Un cine en casa gracias a la realidad virtual
Cuando Microsoft presentó el acuerdo con Oculus hace un año, una de las particularidades que más revuelo generó fue la de realizar el streaming de Xbox One a Windows 10 y, en esa unión, poder disfrutar de los juegos de la consola a través del dispositivo de realidad virtual.
Lo hacíamos, además, introduciéndonos en un pequeño cine en casa virtual en el que disfrutar de una gran pantalla para poder jugar desde ahí. Lo que a priori parecía un añadido bastante menor, Phil Spencer lo vendía como una revolución, y ahora empezamos a entender por qué.
Esto es algo que hemos pasado mucho tiempo perfeccionando. La posibilidad de trabajar con el equipo de Oculus para crear un cine virtual en el que disfrutar de los juegos de Xbox One, supone una nueva forma de hacer que la gente invierta en los juegos y, obviamente, también en Oculus.
No es la única idea que está en camino apoyándose en la colaboración Microsoft - Oculus. El equipo de Kinect presentaba hace unos meses cómo la suma de Kinect a las gafas de realidad virtual podría permitir acceder a un escritorio virtual desde el que trabajar, uniendo así un vacío con todas nuestras herramientas y el uso de los gestos para navegar entre ellas.
La realidad alternativa de Sony
Hoy Sony ha querido ir un paso más allá, presentando así lo que ellos entienden como realidad alternativa apoyándose en la tecnología de la realidad virtual. Lo han hecho en el TGS, un escenario que, por el carácter del público nipón, parece mucho más adecuado para introducir propuestas que en occidente aún pueden parecer excesivamente revolucionarias.
Aunque el simulador de profesor de verano de una colegiala que propone ‘Summer Lesson’ es probablemente lo que más portadas acaparará durante estos días (ahí hay un choque de culturas importante que irremediablemente nos hace llevarnos las manos a la cabeza y pensar más allá), lo cierto es que es en Anywhere VR donde Sony tiene un filón importante.
De la mano de Sony Music Entertainment, aunque no estrechamente relacionado con el mundo de la música, el proyecto propone introducirnos en distintos parajes como campos de flores, playas paradisíacas, cascadas o habitaciones en las que acurrucarnos frente a una chimenea.
Más allá del carácter relajante que supondría tener una estancia virtual como esta dentro de nuestra casa, el proyecto propone además que controlemos nuestro teléfono para disfrutar de redes sociales, minijuegos o simplemente repasar el correo en un ambiente menos hostil que el de la oficina o abstraídos de lo que pueda ocurrir en casa en ese momento.
El otro experimento que puede suponer un filón para las ventas de PS VR en el país nipón es Joysound VR, un karaoke que nos traslada a distintos parajes como el castillo Odawara, un picnic en la playa, un café para gatos o una sala con un piano en los que poner a prueba nuestra voz cantando canciones de grupos como Golden Bomber.
La intención de Sony, como en el pasado ya anunció Zuckerberg para su Oculus, es ir aún más allá, siendo estas opciones una mera introducción de lo que posteriormente estará a disposición del público nipón y, con algo de suerte, también del occidental. El presidente de Sony Japón, Atsushi Morita, reconocía que la visualización de actuaciones en vivo y los tours virtuales por monumentos históricos formarían parte de esa segunda oleada de propuestas para PS VR.
Otra realidad virtual ya es posible
Lo que está claro es que aunque el principal reclamo de la realidad virtual estén siendo los videojuegos, el objetivo de todos aquellos que siguen invirtiendo en esta tecnología va mucho más allá. Ahí está el ejército, por ejemplo, entrenando a soldados de forma virtual porque consideran que los ejercicios realizados con este tipo de inmersión ofrecen un aprendizaje más duradero y entendible para sus tropas.
También el sistema comercial, con aplicaciones que permitirían visitar el catálogo de una web en vivo para fomentar las compras, o el de la salud, con herramientas que ayudarían a reducir los niveles de estrés y ansiedad en distintas situaciones con problemas psiquiátricos.
La realidad virtual es una de las tecnologías más prometedoras de la actualidad, un sistema de entretenimiento, con el que se lleva experimentando desde los 60, cuyas posibilidades aún están por descubrir y explotar y que, con algo de suerte, en el futuro servirán para algo más que controlar nuestro móvil mirando a las estrellas o ahorrarte el dineral (y el espacio) de una pantalla de cine en casa.
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