Si es que no somos conscientes de las bestialidades que realizan nuestros héroes de videojuego o lo terribles que son. Imaginad lo monstruoso que es Sonic, un erizo que mide como un humano corre como un deportivo y que, además, es de color azul. Digno de la imaginación de Wes Craven.
Pero ahora no imaginéis a un monstruo, coged al bonachón de Mario. Un fontanero que come setas que duplican su tamaño, que se mete de cuerpo entero por tuberías y que recoge monedas allá por donde pasa. En el mundo real hablaríamos de un fontanero yonkie, adicto a las setas alucinógenas, cleptómano y con una extraña fijación por introducirse en tuberías por las que no cabe. ¿No me creéis? Atentos al vídeo.
Y después resulta que determinadas asociaciones de fontaneros van y hacen a Mario socio de honor. Si es que ¡cómo está el país!
Vía | Kotaku Vídeo | CollegeHumor
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