John Victor Jazzy Romita es pura leyenda de los cómics estadounidenses. El dibujante y entintador ha fallecido a la edad de 93 años, por lo que ya no se encuentra más entre nosotros, aunque su trabajo perdurará para siempre tras habernos brindado algunas de las mejores viñetas de la historia de Marvel.
Si bien se le debe la autoría de personajes tan legendarios como Wolverine, Luke Cage o The Punisher, lo cierto es que será recordado por su fabuloso trabajo en las páginas de Spider-Man. Romita tomó el relevo de Steve Ditko para aliarse con Stan Lee y ofrecer nuevas líneas a un trepamuros que ya es icónico. Algunos de los momentos más inolvidables del héroe han sido representados gracias a su imaginación.
Trabajando con los más grandes
Graduado en la Escuela de Arte Industrial de Nueva York en 1947, Romita decidió realizar colaboraciones con Timely Comics dos años más tarde como artista no acreditado. La editora precursora de Marvel ya contaba entre sus filas con Stan Lee, por lo que la relación entre ambos comenzó a forjarse, si bien en aquellos tiempos se frecuentaban las historias relacionadas con el terror y la ciencia ficción espacial.
Los años pasaron hasta que en 1958 fue contratado en exclusiva por la compañía rival. DC Comics fichaba a Romita para que escribiese durante ocho años historietas románticas, las cuales comenzaron a perder interés a medida que se internaban en la década de los 60. La Edad de Plata de los superhéroes surgía, por lo que la audiencia demandaba más historias de enmascarados y personajes con capa. Romita volvió a adquirir un estatus de autónomo, por lo que realizó trabajos como freelance para Marvel desde 1965, como entintando Avengers #23 creado por Jack Kirby y Don Heck.
Stan Lee quiso reclutar a semejante talento de forma definitiva y lo logró ofreciéndole incluso la comodidad de trabajar desde casa, más allá de convencerle de no quedarse en el rol de entintador. Llegó 1966 y la relación entre Steve Ditko y Lee no atravesaba su mejor época, por lo que el primero abandonó la colección. El guionista necesitaba que alguien plasmase sus ideas entre las viñetas y Romita ya había sido puesto a prueba en Daredevil, Hulk y hasta el Capitán América.
Lee no tuvo dudas de que Romita debía ser el elegido, por lo que a partir de The Amazing Spider-Man #39 en agosto de 1966 pudimos ver al artista realizando sus propios trazos en la serie. Sin embargo, él mismo tenía sus propias dudas.
La leyenda nace entre telarañas
"No quería hacer Spider-Man. Quería quedarme en Daredevil. La única razón por la que hice Spider-Man fue porque Stan me lo pidió y sentí que debía ayudar, como un buen soldado. Nunca me sentí cómodo en Spider-Man durante años.... me sentí obligado a [imitar] a Ditko porque... estaba convencido, en mi propia mente, de que iba a regresar en dos o tres números"
Como vemos, Romita comenzó muy temeroso acerca de su rol dibujando al cabeza de red. No era la primera vez que lo hacía, ya que se atrevió con ese papel en Daredevil #16 de 1964, donde el héroe aparecía como estrella invitada. Ditko permanecía como dibujante principal y se respetó ese estilo en la colección ajena, pero ya se podían intuir algunas señas características que le imprimió Romita.
El Spider-Man de Romita es de los más icónicos de la historia, ya que abandonó la estética delgada de Ditko e hinchó los músculos del personaje. El trepamuros ganó definición, mayor movilidad en las viñetas y una expresividad con y sin máscara como no se había visto hasta ese momento. Aquel ya era un logro realmente grande, aunque se le pueden atribuir muchos otros méritos al dibujante.
Su debut se produjo por todo lo alto, ya que fue uno de los principales involucrados en que el Duende Verde descubriese la identidad secreta de Spider-Man. El villano se apareció ante Parker asegurando que conocía su tan preciado secreto, para finalmente impactar en el espectador al revelarse como el mismísimo Norman Osborn. El héroe comenzaba uno de sus mayores conflictos, pues debía enfrentarse al padre de su mejor amigo. Aquello ya sentó cátedra, pero otra viñeta estelar no tardó en llegar.
Stan Lee y Ditko habían jugado durante años con la apariencia de Mary Jane Watson, pero jamás se habían atrevido a mostrarla directamente. Siempre se sostuvo la duda acerca de su belleza y Romita se encargó de revelarla al mundo por primera vez. Uno de los acontecimientos más recordados de Marvel vio la luz en The Amazing Spider-Man #42 y se quedó grabado en la retina de todos los lectores.
"Créeme, tigre, te acaba de tocar la lotería", declaraba la pelirroja nada más aparecer en la viñeta final. Despampanante, única e inolvidable; Mary Jane deslumbró por completo y todo gracias a la famosa frase de Lee y el dibujo de Romita. La que a la postre se convertiría en novia de Peter Parker no pudo tener un mejor estreno, pero Romita siguió acumulando momentos icónicos.
Creó a Rhino en el número #41, a Shocker en el #46 y se coronó con The Amazing Spider-Man #50. El superhéroe sufre una crisis de identidad al comprobar que ser Spider-Man le crea problemas en la universidad, con sus amigos y hasta con su querida tía May. Peter pasa a pensar que no compensa encarnar al enmascarado y termina dejando su disfraz en un cubo de basura con una splash-page que ya forma parte de la historia de Marvel. La portada de aquel número también fue sobresaliente y Sam Raimi usó aquella escena en Spider-Man 2 con Tobey Maguire. De hecho, otro villano tan característico como Kingpin apareció por primera vez en aquel número.
El éxito inundó a Marvel
Poco a poco Romita comenzó a perder protagonismo en The Amazing Spider-Man ya que era requerido en muchas otras series, pero se mantuvo presente como entintador en decenas de números más. Su influencia se dejó sentir, incluso sugiriéndole a Gerry Conway que fuese el Duende Verde quien acabase con la vida de Gwen Stacy. El tiempo pasó hasta 1972, momento en el que Stan Lee se convirtió en presidente de Marvel Comics y Romita fue nombrado director de arte de la editorial un año después.
Ahora sí, Romita extendió su arte en toda la compañía y tuvo gran responsabilidad en la creación de Luke Cage, Tigra, Bullseye, Monica Rambeau, el traje característico de la Viuda Negra y hasta The Punisher. Él fue el que indicó que la calavera del pecho fuese mucho más grande, aunque se coronó por completo con la primera aparición de uno de los superhéroes más inolvidables de todo Marvel. Len Wein, guionista de The Incredible Hulk, había recibido la petición de crear un personaje basado en un glotón, un pequeño mamífero que es conocido por su mal genio y lo musculado que es para su tamaño.
Sin tener muy claro cómo debía ser dibujado, acudió en la ayuda de Romita, el cual diseñó bocetos hasta que dió con el clásico traje azul y amarillo de Wolverine. Las garras estaba incluidas, pero Romita tuvo la genial idea de que fuesen retráctiles, ya que "cuando hago un diseño, quiero que sea práctico y funcional. Pensé: 'Si un hombre tiene garras así, ¿cómo se rasca la nariz o se ata los cordones de los zapatos?". El resultado se comprobó en The Incredible Hulk #180 de 1974, si bien Logan tardó un poco más en unirse a los X-Men.
Ganó muchísima popularidad Wolverine e incluso robó el protagonismo durante las películas de los mutantes de Bryan Singer. "Cuando vi la primera película de X-Men, estaba sentada con [mi esposa] Virginia en el cine. La primera vez que retrae sus garras, casi salté de la silla. Tuve el mayor subidón cuando me di cuenta de que algo que había creado se estaba usando en la pantalla", recuerda Romita.
El tiempo pasó hasta que dio carpetazo a su trayectoria con Spider-Man / Kingpin: to the Death en 1995, pudiendo unir a Spider-Man y Daredevil, su personaje más conocido y el favorito, respectivamente. Nunca dejó de dibujar de forma esporádica, aunque nos dejó un legado colosal. John Romita Jr. se ha convertido en uno de los grandes dibujantes que ha tenido Marvel en su historia, ofreciéndonos versiones de los héroes irrepetibles.
Jazzy, como se le conocía cariñosamente a John Romita, se erigió como un pilar que, sin saberlo, ha permitido que las fantásticas historias y personajes que vivimos en con el UCM sean posibles. Un dibujante para la posteridad.
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