Por qué Tolkien jamás quiso que Disney hiciese El señor de los Anillos

Por qué Tolkien jamás quiso que Disney hiciese El señor de los Anillos

Las películas de Disney han conquistado a millones de espectadores, pero no al autor del Hobbit

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Lord Of The Rings Dibujos

Durante más de medio siglo, que se dice pronto, Disney ha intentado hacer sus propias versiones de El Señor de Los Anillos tanto a través de películas rodadas con actores reales como con animación. A lo largo de ese tiempo muy pocas han logrado tocar el éxito y mucho menos parecerse a las novelas de J. R. R. Tolkien. ¿La explicación? Fundamentalmente, no todos las obras pueden recibir un "tratamiento Disney". Y el primero en verlo fue el propio Tolkien.

No es que la Tierra Media no se preste a ser llevada a los dibujos animados. O al cine y la televisión. Todo lo contrario: la pequeña gran aventura de Bilbo Bolsón fue adaptada en 1966 en J.R.R. Tolkien's The Hobbit, y diez años después recibió una segunda versión animada de Arthur Rankin, Jr. y Jules Bass. Los cuales se atreverán años después con su propia versión para todos los públicos de El Retorno del Rey. Por no mencionar El Señor de los Anillos de Ralph Bakshi. Entonces, ¿a qué se refería Tolkien?

La respuesta corta es que a Tolkien no le gustaba cómo se hacían las cosas en Disney. De hecho, solo dos años antes de que se estrenase la primera película de animación de El Hobbit, en el año 1964, el autor Británico respondía abiertamente a sus lectores a través de sus cartas sobre las películas de Disney.

"[...] Reconozco el talento [de Disney], pero siempre me ha parecido irremediablemente corrompido. Aunque en la mayoría de las "películas" producidas desde sus estudios hay pasajes admirables o encantadores, el efecto de todos ellos para mí es repugnante. Algunos me provocan repulsión  [...]

Es más, uno de los aspectos que Tolkien más criticaba de Disney era que todo tenía una base comercial, afirmando que no era tan pobre como para llegar a considerar una propuesta de los estudios de animación del ratón más famoso del mundo. Algo que recordó en lo informal, pero también de cara a sus socios.

Qué opinaba Tolkien de los cuentos de Hadas a lo Disney

El problema de Tolkien con la manera en la que Disney hacía las cosas no era únicamente comercial, que también, sino que residía en elementos más profundos. El verdadero cuento de La Cenicienta tiene elementos que no encajan con lo que uno espera de una película de Disney. Y lo mismo se aplica a giros más oscuros implícitos en Blancanieves o La Bella durmiente.

El propio Pinocho de Carlo Collodi es un niño repelente, sin ir más lejos. Y es constantemente castigado por ello. De modo que al final se estaba adulterando completamente la obra y edulcorando el mensaje no solo para los niños o el gran público, sino de cara a sus autores y el significado de su trabajo. Elementos que hacían que no le hacían ninguna gracia al creador de la Tierra Media.

"Es cierto que en los últimos tiempos se suelen escribir o “adaptar” cuentos de hadas para niños. Pero también puede serlo la música, el verso, las novelas, la historia o los manuales científicos. Es un proceso peligroso, incluso cuando es necesario.
… De la misma manera, una hermosa mesa, un buen cuadro o una máquina útil (como un microscopio) quedarían desfigurados o rotos si se los dejara desatendidos durante mucho tiempo en un salón de clases. Los cuentos de hadas desterrados de esta manera, separados de un arte adulto pleno, terminarían arruinados; de hecho, en la medida en que han sido desterrados, han quedado arruinados."
Hobbit Animation Nueva portada de El Hobbit (1977) creada para su relanzamiento remasterizado

¿Le faltaba razón a Tolkien? Bueno, si nos basamos en producciones más modernas, muy posteriores al autor y más próximas en el tiempo, nos encontramos con que el final de La Sirenita tiene poco que ver con el cruel desenlace escrito por Hans Christian Andersen. Frozen en realidad es una adaptación muy diferente de La reina de las nieves, del mismo autor danés, en la que se le dan un giro total a la obra.  Y entre ambos, un Jorobado de Notre Dame que posiblemente habría sacado alguna mueca de desaprobación a Victor Hugo. O no.

En cualquier caso, a las cintas clásicas de la casa del ratón se les está dando un nuevo barniz que, en según que caso, se atreven a alejarse más de la película y las visiones originales. Y no para pegarse más a las obras en las que éstas se basan.

Eso no quiere decir que Tolkien estuviese cerrado a hacer concesiones de su obra. Fue proteccionista de ella, y su hijo Christopher Tolkien lo fue también durante años. Pero tenía claro algo: si alguien no estaba capacitado para adaptar su obra al gran público o un medio como el cine de animación, esa era la Disney.

...Y Disney quedó vetado de la Tierra Media

Tolkien concedió los derechos de El Hobbit y El Señor de los Anillos a United Artists en 1968. Sin embargo, cualquier productor interesado en adaptar sus obras cinematográficas tenían una advertencia: Disney se queda fuera. Y lo mismo se aplica a cualquier socio o subsidiaria suya. En Cartas De J. R. R. Tolkien quedaba patente cualquier cosa proveniente de los estudios Disney o influenciados por ellos estaba vetada.

Y no solo eso, sino que llegó a criticar una edición alemana del Hobbit (ilustrada por Horus Engels, por mostrar en la portada a Bilbo y al mago Gandalf con un aspecto muy parecido al de los dibujos de Disney. Entre otros motivos, porque su mundo no era el de Disney.

Screenshot 5258 Ilustración de El Hobbit de Richard "Horus" Engels, hecha para la edición alemana de 1957

Lo paradójico aquí es que la actual Disney posee ciertos derechos sobre el legado de Tolkien. En parte, dada su expansión como compañía y la herencia recibida. En 1996 Disney adquirió la cadena de televisión estadounidense ABC, en la cual se emitió décadas antes el largometraje animado de El retorno del rey de los directores Arthur Rankin, Jr. y Jules Bass.

Pero la cosa va más allá: en el año 2019 se estrenó la película Tolkien desde Fox Searchlight Pictures, un biopic protagonizado por Nicholas Hoult y basado en la juventud del propio J.R.R. Tolkien. Narrando su juventud, su romance con la que será su mujer y un repaso de vida hasta un momento muy concreto: el instante exacto en que empezó a escribir las primeras palabras de El Hobbit. Una película que hoy se puede ver desde Disney Plus.

Screenshot 5259

El mundo imaginado por Tolkien no esta acotado ni está cerrado de manera hermética. Precísamente por ello ha tenido una enorme influencia en generaciones enteras de lectores, espectadores e incluso amantes de los videojuegos.

Promoviendo la imaginación y el genuino amor por la fantasía desde sus relatos más fantasiosos protagonizados por personajes pequeños en tamaño, pero enormes en valor; a la profundidad y dedicación con  la que se esmeró en construir ese mundo de fantasía desde los cimientos. Incluyendo desde sus mapas hasta las lenguas que se hablaban en él.

En el mundo de fantasía de la Tierra Media hay cabida para infinitas aventuras. Pero fuera de él una única norma: Disney y lo que ésta representa, no lo puede tocar. O, al menos, esa era la voluntad de Tolkien. Lo cual abre otro debate: ¿cuánto han aprendido de aquella Disney los estudios que hoy poseen los derechos de adaptación de sus libros?

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