Recientemente he aumentado el nivel de mi suscripción a PlayStation Plus para que ahora tenga acceso a todos los juegos que forman parte del catálogo de PlayStation Plus Extra y Premium. Cuando me puse a repasar los títulos que había entre los cientos que hay disponibles hubo uno que no me lo pensé dos veces en descargarlo y ponerme a jugar y ese ha sido Tinykin.
Este indie desarrollado por el equipo de Splashteam ya me llamó mucho la atención cuando fue publicado hace un par de años, así que ahora tenía la oportunidad perfecta para comprobar si realmente era tan especial como parecía. En vuestro caso también tendréis la oportunidad siempre que estéis suscritos al servicio de Sony, lo que os permitirá haceros con él sin ningún coste adicional desde PlayStation Store.
La premisa de este juego es muy simple, ya que narra la expedición de Milodane, un científico que se plantea como misión el emprender un viaje para descubrir los orígenes de la humanidad. Sin embargo, la travesía acaba en desastre y su nave se estrella en un misterioso planeta, así que a partir de ese momento debe buscar las piezas necesarias para recomponerla y así regresar a su planeta.
Parte de esto os recordará a Pikmin, pero en lo que realmente se parece este juego a la saga desarrollada por Nintendo es en su jugabilidad. Más que nada porque el tamaño de Milo es igual de grande que el de una hormiga y deberá recorrer una serie de escenarios que están ambientados en las diferentes habitaciones de una casa. En este sentido, el diseño de cada uno de estos niveles es una auténtica pasada por la inmensa cantidad de detalles.
Prácticamente es como si pillases el salón de tu casa y lo vas rellenando con toda clase de artículos coleccionables y personajes para ir cumpliendo las misiones principales y secundarias que se van habilitando. Todo ello con un tono muy simpaticón y muy alegre, por sus colores, el diseño de sus personajes y el sentido del humor que desprenden sus diálogos, así que es una aventura que perfectamente puede jugar cualquier persona, sin importar su edad.
Además, su dificultad es prácticamente inexistente en el sentido de que es simplemente una aventura de plataformas y puzles en 3D, con unos personajes en 2D. No ha hay ningún enemigo, nadie que te pueda atacar y tampoco hay que combatir contra nada, que es algo que en realidad he agradecido profundamente para así explorar libremente los escenarios sin tener que preocuparme de algo que me pudiese matar, lo que hace que este título resulte también una experiencia muy relajante y divertida.
En medio de todo esto están los seres que dan nombre al juego, como son los tinykin, unas criaturas más pequeñas todavía y muy amigables que no dudarán en ningún instante en proporcionar toda la ayuda que sea posible a Milo. Como los Pikmin, cada uno de ellos dispone de diferentes habilidades dependiendo de sus colores y todos te siguen a todas partes, sin tener que estar pendiente de los obstáculos que haya por el camino. Es decir, si Milo puede alcanzar una plataforma en concreto, los tinykin también lo harán.
Por lo tanto, hay que buscar grupos de estos seres para que ayuden a transportar objetos de gran tamaño, vuelen por los aires elementos de la habitación o formen una torre entre ellos por la que se puede escalar, por decir algunas de las funciones con las que cuentan. Por su parte, Milo puede planear por el aire gracias a una burbuja que tiene un uso limitado o incluso es capaz de desplazarse a toda velocidad o por unos hilos de araña gracias a una especie de patinete con forma de pastilla de jabón.
El encanto que desprende constantemente el juego me ha fascinado y cautivado desde el minuto uno. Resulta toda una gozada explorar cualquier rincón de las múltiples y gigantescas estancias del hogar resolviendo rompecabezas, desbloqueando nuevos caminos y recolectando todos los artículos que hay ocultos, que no son especialmente pocos, así que os puede llevar su buena cantidad de tiempo conseguir el 100% en cada fase. Es más, como completista que soy, y de los que no les gusta dejar ningún rincón por echarle un vistazo, este ha sido otro puntazo.
En general, la jugabilidad es muy amigable, porque ningún puzle es lo suficientemente complejo como para que os quedéis de brazos cruzados sin saber qué hacer a continuación. Además, Tinykin es uno de esos juegos que os podéis pasar con la calma en un fin de semana, porque su duración tampoco es que sea muy elevada, aunque es capaz de entretener lo suficiente como para que no queráis soltar el mando en una sola sesión.
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