Aunque los seres humanos tenemos en general una evidente tendencia al maniqueísmo, a dividir todo lo divisible entre lo bueno y lo malo para facilitar la tarea de posicionarnos en un lado u otro, el caso de los videojuegos de coches siempre me ha parecido especialmente llamativo por su agresiva tendencia a la polarización. Por un lado, los títulos de espíritu arcade con su diversión directa y sin complicaciones, y por otro los simuladores con su sesudo planteamiento y su constante búsqueda de la experiencia más profunda. Y parece que todos estemos obligados a elegir entre uno de los dos bandos.
Pero la polarización no podía acabar ahí, claro. Si ya has elegido posicionarte del lado de los simuladores, entonces una nueva división te obligará a decantarte del lado del modelo más generalista y popular de consola (ese que globalizó 'Gran Turismo' y al que se sumó más tarde 'Forza Motorsport') o de las propuestas menos lujosas pero más exigentes que habitualmente han cubierto la demanda en ordenador (siendo 'rFactor' el ejemplo clásico y 'Assetto Corsa' el nuevo abanderado de este frente). Elecciones por todas partes, en medio de las cuales aparece 'Project CARS' con la sana intención de no tener que obligar a nadie a renunciar a nada para poder disfrutarlo.
El título de Slightly Mad Studios está disponible para todos, fieles de la consola o del PC, dejando en su acercamiento margen para que cualquier amante de la simulación pueda elegir su grado de compromiso, e incluso invitando gentilmente a los acérrimos del arcade a que prueben unas cuantas vueltas y luego decidan. A pesar de ello, tozudos como somos nosotros los humanos, nos empeñamos en seguir dividiendo y así lo muestra el hecho de que cada vez que se hable de este proyecto, tenga que salir alguien a hablar de lo inferior que resulta con respecto a los exponentes de la categoría (fans de 'Assetto Corsa', vosotros los que más y lo sabéis), como si fuera necesario tomar una postura entre dos fuerzas enfrentadas para poder hablar apropiadamente de un juego de coches. Como digo, un caso curioso el que se da en este género, y precisamente por ello me parece tan notable que haya valientes dispuestos a romper barreras.
El simulador para ti y para mí
Como ya comenté en mi primer contacto con el juego final hace unos días, 'Project CARS' no es el simulador definitivo que nadie prometió pero que muchos esperaron. La primera vez que entremos al juego se nos preguntará qué nivel de exigencia deseamos seleccionar entre tres disponibles, lo cual planteará desde el comienzo el tipo de acercamiento a la conducción que queremos disfrutar; por descontado, después de eso tendremos opción de ajustar cuantas opciones queremos hasta dar con el modelo que más nos convenza.
Tomemos el punto de partida que tomemos, lo cierto es que no nos costará demasiado habituarnos a la conducción en las primeras carreras, llegando a ser necesario forzar la máquina para realmente perder el control en una curva (a fin de cuentas, no lo olvidemos, está construido sobre el mismo motor de 'Need for Speed: Shift'). Será el proceso de dominar realmente el juego hasta conseguir clavar los tiempos en cualquier categoría lo que exigirá la máxima concentración, pues penalizaciones como la anulación del registro de vuelta al salir de pista o chocar contra algún elemento del circuito (a veces con falsos positivos que mosquean bastante) se encargarán de que procuremos no perder la trazada en ningún momento.
No nos costará demasiado habituarnos a la conducción en las primeras carreras, pero dominar realmente el juego exigirá la máxima concentración
Puedo entender que esa facilidad con la que se plantea el primer acercamiento, diferente a esa altísima barrera inicial que plantean los simuladores más recalcitrantes, pueda disgustar a determinados aficionados a esta vertiente del género y por tanto logre ponerlos en su contra, pero a mí me parece una forma idónea de abrir la puerta a todos sin negar una profundidad mayor a largo plazo. El que se conforme con ir tirando con lo mínimo en un reto algo más complicado que el de un arcade, lo tiene perfecto aquí, y el que busque la tortura psicológica de ganar una décima por vuelta tendrá que sudar tinta para conseguirlo. En ese sentido, dicho sea de paso y aunque resulte obvio, hacerse con un buen volante será una opción muy recomendable para el que quiera ir más allá.
Aquí es importante hablar también de uno de los puntos más polémicos del juego y que más ha chirriado entre los usuarios: su particular IA en la búsqueda de resultar lo más "humana" posible, llegando a forzar errores constantes en nuestros rivales para frustración de quienes puedan esperar competidores que sigan siempre a la perfección los raíles del trazado ideal. En ese sentido, la experiencia offline puede llegar a resultar sorprendentemente cercana al caos y la sorpresa que puede reinar en una partida online donde competimos contra otros corredores que, como nosotros, arriesgan más de lo debido, responden con agresividad o directamente la lían parda. Y a pesar de las carencias que a veces salgan a relucir en ese intento de buscar una IA menos robótica, me gusta lo que ha intentado aquí la gente de Slightly Mad Studios.
A ratos brillante, a ratos opaco
El proceso de creación de 'Project CARS' ha sido atípico y cargado de riesgos, poniendo sus creadores gran parte del peso del contenido en manos de la comunidad de usuarios mediante el sistema colaborativo denominado World Mass Development, el cual parte de ideas geniales pero ha dado también muestras de necesitar una vuelta más de horno. El resultado de este particular modelo creativo ha traído también consigo numerosos retrasos de su lanzamiento (aunque lo cierto es que de esto no se libran los desarrollos tradicionales, como bien sabemos) y un acabo final que en algunos puntos demuestra la necesidad de estar algo más depurado.
Aunque en la versión de PlayStation 4 que he jugado no he experimentado esas caídas en la tasa de frames que han acusado usuarios de otras plataformas, algo que confío se pueda solucionar con una simple actualización, lo cierto es que técnicamente el juego oscila entre detalles geniales como sus efectos de luz o la presentación de sus coches y puntos más bien tristes como escenarios a los que es mejor no prestar demasiada atención o algunos sonidos en su librería que no rugen a la mejor calidad posible. Detalles que le impiden convertirse en el título de velocidad con mejor aspecto del momento y que en algunos casos pueden incluso despistar, pero que a duras penas empañan la experiencia final.
También resulta difícil de calificar la llamativa decisión de ofrecer todo el garaje de vehículos desde el primer momento y sin ningún tipo de restricción, algo a lo que no estamos nada acostumbrados en este territorio. Aunque con ello se pierde esa gratificante sensación de que cada coche al que tienes acceso es realmente tuyo porque te ha costado sudor y lágrimas desbloquearlo, a cambio tenemos la capacidad de disfrute instantáneo que supone poder arrancar en cualquier momento el título y dar unas vueltas con el bólido que queramos y donde queramos. De nuevo, 'Project CARS' desafiando las convenciones del género de la velocidad. Eso sí, aquí también es necesario señalar que el listado total de coches disponible (unos sesenta en el momento del lanzamiento) se queda bastante escaso para un simulador.
A cambio, mejora bastante la cosa en lo que respecta al número de trazados que podemos transitar, una vez más sin ningún límite desde el minuto uno: más de un centenar de recorridos a elegir que parten de treinta localizaciones distintas. Es notable también la amplia variedad que encontramos entre ellos, cubriendo el espectro de los templos de la velocidad clásicos de alta competición, los trazados en carretera abierta o las reviradas pistas de karts. Varios de estos escenarios no cuentan con las licencias para mostrar sus nombres reales, pero la recreación de los trazados es fiel y en ese sentido la verdad es que no me importa encontrar Côte d'Azur en lugar de Mónaco si al final voy a pasar por las mismas curvas.
Satisfacción enciclopédica
'Project CARS' es un juego que no duda en poner sobre la mesa un montón de opciones desde el primer momento y dejar que sea ya el jugador el que decida qué camino quiere tomar. Su recargado menú inicial (tan espectacular como confuso en determinados momentos) es una perfecta muestra de ello, permitiendo que tomemos la vía de la carrera rápida en solitario u online, la contrarreloj contra nosotros mismos o contra fantasmas de otros jugadores, el clásico modo historia que nos llevará por todas las disciplinas, la posibilidad de inscribirnos en múltiples torneos en línea o simplemente el placer de navegar por su garaje y disfrutar del nivel enciclopédico de información y de ajustes que nos permite.
El equilibro entre las opciones en solitario y los desafíos en red es espléndido
El equilibro entre las opciones en solitario para el que no quiera saber nada del mundo y los desafíos en red para los que no se conformen con vencer a una máquina es espléndido, e incluso en el primer caso tendremos constantemente la sensación de que no estamos solos ante la pantalla al poder comprobar en cualquier momento los mejores tiempos de otros usuarios para cada circuito y probar a superarlos. Su modo historia busca también ese toque social, aunque figurado en este caso, incluyendo entre carrera y carrera mensajes ficticios de seguidores, compañeros de equipo o artículos de prensa que ensalzarán nuestras victorias o nos crucificarán en las derrotas. Vamos, como en la vida real.
A pesar de la ya mencionada poca cantidad de vehículos o de la fácil adecuación inicial a su modelo de conducción, no cabe duda de que estamos ante un juego con muchas horas de diversión por delante para el que tenga ganas de pisar acelerador, especialmente si tenemos en cuenta que el género se encuentra algo parado en estos comienzos de generación. Al menos por el momento Slightly Mad Studios no conseguirá bajar de su pedestal a reyes como 'Forza Motorsport' o 'Gran Turismo', y desde luego hay cosas en él que no convencerán a los fieles del modelo 'Assetto Corsa', pero aun con todo el título ha conseguido situarse en un satisfactorio punto intermedio que no le garantiza la condición de imprescindible, pero sí de experiencia sobradamente satisfactoria para todo el que decida acercarse a él.
A favor
- Accesible para todos, profundo para quienes lo requieran.
- Opciones, opciones y más opciones.
- Todos los circuitos que puedas desear.
En contra
- Técnicamente tiene pegas que pueden llegar a despistar más de lo debido.
- El número total de coches no es gran cosa.
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