Armas exageradamente grandes para reducir a criaturas de proporciones colosales. Monster Hunter es mucho más que eso, claro, pero hay que reconocer que esa épica premisa y el rico universo de fantasía épica construido en torno a ella se prestan de maravilla a ser llevados más allá del videojuego. Sony Pictures se atrevió a llevarlos a la gran pantalla dividiendo opiniones, pero ha sido Netflix quien ha logrado dar en el clavo a la hora de adaptar la exitosa saga de culto con Monster Hunter: Leyendas del Gremio. Acertando en prácticamente todo menos en un aspecto clave: es dolorosamente anacrónico a nivel artístico y de animación.
Porque, como producción, Monster Hunter: Leyendas del Gremio es el caso totalmente opuesto a un Resident Evil: Oscuridad Infinita estrenado muy poco antes, y también en Netflix: es complicado ser tan fieles a la experiencia original y, en el proceso, introducir tantos elementos del videojuego en apenas una hora de metraje. Y, en el proceso, tiende lazos a lo visto en las entregas más recientes a través de rostros y grandes criaturas magistralmente elegidos: Aiden, el indiscutible protagonista, es quien nos da la bienvenida en Monster Hunter World y, junto a Julius, ya lo habíamos conocido en Monster Hunter 4.
Pero, claro, cuando el resultado -ya como largometraje de animación digital- se queda muy, muy lejos de igualar lo mostrado en las partidas en curso de Monster Hunter World o Monster Hunter Rise con animaciones que en momentos recuerdan al stop-motion, modelos que parecen figuras de acción -y no precisamente de Hot-Toys-, decorados que merecen un empujoncito extra y expresiones faciales que terminan de rematar todo lo anterior, uno no puede evitar pensar que Leyendas del Gremio podía y merecía ser mejor. Porque todo lo demás está muy bien atado.
Y es que, tanto en lo argumental como en lo temático, Monster Hunter: Leyendas del Gremio es exactamente aquello que los fans de la saga de videojuegos desean ver en un filme de animación y, además, está repleto de guiños y referencias. De hecho, cumple holgadamente al integrar la epicidad de las cacerías o la importancia de cooperar entre cazadores o planificar estrategias entre escenas. Logra introducir al espectador tanto en el universo de fantasía como en la propia intensidad de unas batallas que, como en el juego, evolucionan sobre la marcha. ¡Y lo hace en una historia de apenas 58 minutos!
Entonces, ¿pesa más lo positivo de Monster Hunter: Leyendas del Gremio frente a lo negativo? Definitivamente, la nueva producción de Netflix inspirada en un videojuego acierta de lleno con los fans de la saga y aquellos que se quedaron encandilados con las entregas más recientes, incluso cuando se nos traslada a los acontecimientos previos al desembarco de la Quinta Flota en el Nuevo Mundo (es decir, el prólogo de Monster Hunter World), pero si lo que buscas es, básicamente, una producción animada con dragones y jóvenes sedientos de aventuras, encontrarás mejores alternativas a un solo par de paneles de distancia en la propia plataforma de vídeo en streaming.
Un joven que sueña con ser cazador. Un dragón anciano capaz de reducir a cenizas aldeas enteras
La pasión de Aiden por todo lo relacionado con el Gremio de los Cazadores es terriblemente contagiosa. Es una enciclopedia andante sobre los monstruos y, pese a portar una humilde armadura cuya pieza central es una sartén convenientemente colocada en el pecho, se dedica a compaginar sus labores de pesca con rastrear y mantener alejadas a las bestias de su pequeña aldea natal por su propia cuenta y riesgo.
Con esas características, la gran aspiración del joven de llamativos cabellos anaranjados es más que evidente: su deseo por convertirse en cazador del Gremio le ha llevado a meterse en más de un lío al alejarse de su apacible aldea, pero en el proceso se ha ganado el cariño y el respeto de sus vecinos y allegados. Lo que ninguno de ellos sabe es que el destino de toda la aldea acabará estando, literalmente, en las manos de Aiden.
Recientemente, Aiden ha notado que los monstruos, incluso los más inofensivos, andan especialmente inquietos. De hecho, la repentina aparición de un veterano de élite del Gremio de Cazadores no es buen presagio.
Armado con unas mortíferas espadas dobles, Julius se está dedicando a avisar a todas las aldeas de la región de la inminente llegada de Lunastra, un colosal Dragón Anciano conocido como la Emperatriz de las Llamas de enormes alas, pronunciada melena, poderosas garras y cuyas llamaradas incineran de manera casi instantánea todo aquello que le sale al paso. El mensaje que el cazador lleva consigo: evacuar antes de que sea demasiado tarde.
Pese a las noticias de Julius, los aldeanos se resisten a abandonar sus casas y cultivos, con lo que Aiden intercede ofreciéndose a acompañar al cazador para evaluar los posibles riesgos y, de paso, cumplir su sueño de iniciar una partida junto a un integrante oficial del Gremio de Cazadores. No obstante, la amenaza del Lunastra es mucho mayor de lo que ambos esperaban: su capacidad de destrucción supera las habilidades de cualquier cazador, incluyendo los de élite. Pero, quizás, un grupo de cazadores con el suficiente talento tenga una oportunidad contra él.
Aiden convence a Julius de tomar parte y enfrentarse a la colosal bestia y éste lanza una bengala que atraerá a otros miembros del gremio a su posición. Mae, una alegre cazadora que domina el Glaive insecto, y la también veterana Nadia, letal con su ballesta pesada, acuden a la llamada. Por su parte, Julius ofrece al joven algo con lo que poder estar a la altura de las circunstancias: una armadura del Gremio y un juego de Espada y Escudo de Velocidrome que tendrá que aprender a usar en tiempo récord.
Con una estrategia bien planteada y la habilidad combinada de todos quizás sea posible plantarle cara al Dragón Anciano. Eso sí, antes de la gran batalla necesitarán obtener materiales con los que obtener las armas y el equipo adecuados para la ocasión. Algunos los encontrarán en la propia naturaleza y otros deberán obtenerse en cacerías que pondrán a prueba sus habilidades, tanto con las armas como a la hora de preparar y accionar trampas.
Leyendas del Gremio: retiene la esencia de Monster Hunter, pero recuerda las cinemáticas de los juegos de PS2
Capcom produjo y, a la vez, delegó en Pure Imagination Studios la segunda gran incursión del universo Monster Hunter en el panorama cinematográfico internacional, y lo logrado hace inevitable que se compare Leyendas del Gremio con el movimiento hecho con Street Fighter II un par de décadas antes: Hollywood produciría un largometraje en imagen real para el gran público y Japón una producción animada centrada en complacer a los jugadores.
Por desgracia, la presentación y animación de Monster Hunter Leyendas del Gremio no solo palidece frente a Street Fighter II: la película, sino que queda en completa evidencia frente a otras producciones de animación digital contemporáneas. Incluyendo la referida al principio Resident Evil: Oscuridad Infinita estrenada un par de meses antes. Y eso que Netflix no solo cuenta con recursos para hacer buena animación, sino que hemos visto películas que buscan medirse de tú a tú con las de Disney.
De hecho, el nivel de la animación recuerda inevitablemente al de las escenas cinemáticas del cambio de milenio, incluyendo esos míticos openings animados de la primera PlayStation o las secuencias de vídeo de PS2, Xbox o GameCube. Los personajes se mueven y se expresan como si la película hubiese sido producida hace dos décadas y, lejos de ofrecer una sensación atemporal en el espectador, lo acaba sacando de la pantalla.
No es una opinión subjetiva, sino, algo que se manifiesta en el grueso de las animaciones corporales y todavía más en las faciales. Incluso las de los personajes principales.
Y si la presentación de Leyendas del Gremio queda sonoramente deslucida a través de sus protagonistas, lo de los personajes secundarios es todavía peor.
No todo es un desastre en lo referente a la presentación de Leyendas del Gremio, que conste. Cuando la acción entra en juego y asume las riendas de los acontecimientos se nota que está muy bien coreografiada, ofreciéndonos desde escenas sencillas, como la torpe entrada de Aiden en una estrechísima cueva Felyne portando un enorme Martillo o verdaderas cacerías que evolucionan de manera muy interesante, como una batida de un Congalala a cuatro cazadores en las que irrumpe de sopetón un Deviljho.
¿El resultado? Una batalla que parece hacerle un guiño a la rivalidad entre Godzilla y Kong, en la que los cazadores toman parte activa.
También hay un generoso banquete, como en los juegos, y vemos enormes piezas de carne sirviendo de señuelo, así como setas paralizantes y proyectiles que hacen sus efectos durante batidas. También hay licencias, claro, como que sea posible derribar bestias medianas y grandes en tiempo récord, mientras que en los videojuegos de Monster Hunter suelen darse combates que duran la mitad (o más) de la propia película. Pero, lógicamente, cada medio debe jugar con sus propias cartas.
Y es entonces cuando se manifiesta la paradoja de muchas de las buenas adaptaciones de los videojuegos a la gran pantalla, como Warcraft: el Origen o Silent Hill: los espectadores que son ajenos a lo que se muestra en pantalla se encuentran con un espectáculo que, probablemente, no les aporta demasiado mientras que los fans del juego o la saga contemplan con agrado -y asombro- que todo está en su sitio. Que, al menos, el guionista ha hecho las tareas y se ha tomado realmente en serio la obra original.
Monster Hunter: Leyendas del Gremio tiende lazos con los videojuegos de Capcom desde la primera escena. Nos lleva directos a la embarcación en la que comenzamos nuestra aventura en el Nuevo Mundo en Monster Hunter World, sí, pero también se regodea con generosidad al hacer referencias a la filosofía del Gremio de los Cazadores, al articular cacerías que reproducen lo que suceden en las partidas, y que incluso se permite introducir juegos de palabras (muy malos) relacionados con el bestiario de la saga.
De hecho, la elección de los protagonistas está magistralmente elegida: Aiden, Julius y Nadia son rostros conocidos desde Monster Hunter 4, asomando en títulos como Monster Hunter Generations Ultimate y, posteriormente, Monster Hunter World y la expansión Iceborne. Que se le de origen y contexto a este grupo de leyendas en una historia animada es un acierto total, y que se logre hacer en menos de una hora de metraje un logro.
La conclusión a la que llegamos es que Monster Hunter Leyendas del Gremio es una adaptación reverencial con los juegos, generosa en detalles y tan soberbia como acertada en lo relativo a una trama enfocada preferentemente a los jugadores. Y, pese a ello, merecía ser mucho mejor tratada en lo relativo a algo tan esencial como su presentación. Especialmente, cuando las secuencias y animaciones de los Monster Hunter actuales son indiscutiblemente superiores a los de la propia película.
Capcom ha encontrado en Netflix un poderoso aliado a la hora de extender sus licencias millonarias más allá de las consolas y PCs, pero el anime de Dragon's Dogma y Resident Evil: Oscuridad Infinita arrastran sus propias flaquezas de cara al espectador que se aventura hacia lo desconocido, y a Leyendas del Gremio le pasa lo propio. Con todo, los cazadores que se curtieron en los primeros Monster Hunter y los nuevos apasionados por la saga llegarán a conclusiones diferentes. A fin de cuentas, no hay que juzgar un videojuego únicamente por sus gráficos.
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