No me imaginaba yo escribiendo sobre Minecraft Dungeons, una mezcla entre el mítico juego de bloques y un action RPG a lo Diablo, y diciendo que está guapísimo. Y sin embargo aquí estoy, encantado y mosqueado casi a partes iguales por lo nuevo de Mojang Studios y Microsoft.
Y no miento o exagero, os juro que lo he gozado una barbaridad. Tanto que, alcanzado el final tras apenas unas horas con él, no me podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Puedo seguir jugando y probablemente lo haga, pero lo haré siendo muy consciente de lo bien que pintaba y la facilidad con la que ha emborronado ese potencial.
El spin-off de Minecraft que nadie esperaba
Ambientado en el mundo de bloques de Minecraft esto es, como decía, una suerte de Diablo para todos los públicos en el que ir liquidando monstruos clásicos de la franquicia mientras mejoramos nuestro personaje. Niveles con un principio y un final sirven de excusa para tenernos paseando por variados escenarios mientras recurrimos al espadazo limpio para acumular experiencia y los caminos secundarios para acumular botín.
Lo que empieza con una endeble espada y un arco va creciendo en número y posibilidades con cada cofre abierto. La clásica fórmula de looteo en la que le coges cariño a un hacha durante 10 minutos para mandarla al despiece y no volver a acordarte de ella poco después. Una dinámica bien medida y poco restrictiva que no te invita a repensar dos veces esa decisión.
Sin clases o poderes al uso, la clave está en todo lo que recojas y mejores para adaptar armas y equipamiento a tu estilo de juego. Con cada nuevo nivel de experiencia recibirás un punto de encantamiento que, una vez en el inventario, podrás gastar allí donde gustes.
Pongamos que has conseguido un arco que tiene dos poderes a elegir. Nos decantamos por la primera habilidad pasiva y acaba fijada en una de sus ranuras, a la espera de que mejores los dos niveles adicionales que requieren dos y tres puntos de experiencia respectivamente.
Si de aquí un rato encuentras un arco naranja que, además de una habilidad propia, cuenta con distintos poderes en cada una de sus ranuras, desmontando el arco inicial recuperarás los puntos gastados para invertirlos en el nuevo. Todo a través de un menú tan simple como rápido y efectivo al que nunca da pereza entrar -no es poca cosa-.
Armas y herramientas que invitan a lootear
Al jugueteo con las habilidades para espada y arco se suma también la armadura, más centrada en opciones como recuperar vida , generar efectos al esquivar o dar soporte a tus compañeros si juegas en cooperativo. Por otro lado están las habilidades adicionales, tres huecos para tres objetos que van desde lanzar una flecha explosiva hasta llamar a un perro que te ayude en combate.
Y con todo eso, más ancho que largo, vas superando niveles en los que los Creeper acechan en el bosque o los gólem de lava se convierten en un jefe de nivel en una mina.
Ahora tengo un martillo que lanza rayos a lo Thor, ahora un arco cuyas flechas rebotan de un enemigo a otro, ahora un cubo de poder que aprovecha las almas de los enemigos derrotados para recargar un poderoso rayo que fulmina todo lo que encuentra a su paso… El tipo de juego que podría tenerme pegado a la pantalla hasta las tantas de la madrugada, más aún si estoy de risas con amigos.
Como ya habréis imaginado es en el cooperativo cuando más se disfruta, porque hay hueco para risas y para sufrir en compañía. Especialmente si, de forma acertada, entráis a cada nivel subiendo al máximo la dificultad para que el reto te ponga de vez en cuando contra las cuerdas. Algo que, por aquello de ser un juego para todos, no ocurre en exceso.
Tal vez por eso cuando las cosas se ponen feas se disfruta aún más, porque es entonces cuando toca medir cada ataque, cada habilidad y la estrategia que sigues con cada horda de enemigos. Lástima que algunos te lo pongan bastante en bandeja con una IA justita y que, aún peor que eso, la cosa dure más bien poco.
Pocas razones para empacharte
Tan entusiasmado estaba yo lanzando cajas de TNT a avalanchas de arañas y deshaciéndome de jefes a lo Enderman que, cuando vi que me quedaban dos niveles por completar y una parte del mapa se leía “próximamente”, no me lo podía creer. Ocho niveles que duraron una tarde escasa pese a ser jugados en las dificultades más altas y que echaban a rodar los créditos frente a mis atónitos ojos.
Tras ello, un nuevo modo de dificultad con mejor loot, nuevas habilidades, más enemigos y hordas de los mismos aportando variedades que no aparecían antes en los niveles iniciales. Por delante los mismos escenarios con algunos cambios estructurales para sus caminos procedural en los caminos que llevan de una sala a otra- pero manteniendo idénticas misiones.
Y tras pasar por todos ellos una vez más, otro modo con mejor loot, más habilidades y más enemigos esperando a ponerte contra las cuerdas con mayor asiduidad. Más espadas, más niveles de experiencia y otro ejemplo más de cómo algo que pintaba genial se convierte en una experiencia repetitiva.
Mi felicidad durante la primera vuelta al ver que cada nivel era completamente distinto al anterior, casi sin reaprovechar escenarios o desafíos, truncada por la misma razón que me ha hecho abandonar juegos como Destiny. No me apetece grindear por el mero objetivo de conseguir una espada mejor.
La opinión de VidaExtra
No creo estar entre los que dirían que con Minecraft Dungeons había una expectación enorme, pero sin duda sí entre los que firmaban que era una oportunidad de oro para dar un golpe sobre la mesa.
De tapado, para el verano y con una licencia que muchos siguen considerando para niños. Todo listo para dar un pelotazo que, sin embargo, suelta el puñetazo pero pega al aire por no haber una mesa cerca.
Ojalá Mojang Studios soltando niveles como si no hubiese un mañana tras su lanzamiento. Ojalá una excusa para seguir gozándolo solo o en compañía con algo más que menos de diez niveles reciclados.
No llegaba a él con ninguna intención de salir encantado y, pese a tener la posibilidad al alcance de los dedos, Minecraft Dungeons me ha fallado en lo que más a mano parecía tener: hacer de la inmensidad del Minecraft original también una realidad en un juego de mazmorras.
Minecraft Dungeons ha sido proporcionado para su análisis por parte de Microsoft.
Minecraft Dungeons
Plataformas | PS4, Switch, Xbox One y PC (versión analizada) |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | Mojang Studios |
Compañía | Microsoft |
Lanzamiento | 26 de mayo |
Precio | 19,99 euros |
Lo mejor
- Una fórmula divertidísima de looteo y hordas de enemigos
- Nunca unos cubos habían lucido tan bien
- Buen modo cooperativo
Lo peor
- Se queda demasiado corto
- Algunos errores con enemigos finales y su IA
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