El asunto de los videojuegos exclusivos lleva acompañándonos muchos años. Cualquiera pensaría que los avances tecnológicos habrían hecho posible que fuese un problema cada vez menos común... pero la realidad es que nunca había sido un tema tan candente y actual como en los días que nos ha tocado vivir.
Las consolas de PlayStation, Xbox y Nintendo han contado con exclusividades desde sus orígenes y las comunidades han creado una rivalidad absurda basándose en ellas. La bola de nieve se ha ido haciendo más y más grande conforme estas compañías lanzaban juegos exclusivos para sus consolas. Sin embargo... un golpe en la mesa relativamente reciente hizo crecer las tensiones.
Videojuegos exclusivos: punto de no retorno
La compra de Bethesda (ZeniMax) por parte de Microsoft dejó boquiabierta a toda la industria del videojuego. Muchos jugadores comenzaron a plantearse seriamente que sus entregas favoritas (The Elder Scrolls, Fallout y otros) se convirtiesen en exclusivos de Xbox y PC. Y los temores se hicieron realidad cuando Starfield anunció que no llegará a PS5.
Mientras tanto, Sony no ha bajado el ritmo de sus exclusivos: Horizon Forbidden West, God of War Ragnarök, The Last of Us Parte 2, Ghost of Tsushima, Returnal... Y aunque es cierto que la política de Sony con respecto a exclusivos ha cambiado (trato el asunto más abajo), la realidad es que estamos ante la compañía que ha definido el mercado de los videojuegos mediante exclusividades.
El participante dominante [Sony] ha definido la competencia de mercado usando exclusivas, así que ese es el mundo en el que vivimos. No tengo amor por ese mundo. - Satya Nadella, CEO de Microsoft, en una entrevista reciente.
De hecho, el propio Jim Ryan, jefazo de PlayStation, señaló al abogado de Microsoft que no está de acuerdo con que lo mejor para Microsoft sea tener disponible los juegos de Activision en múltiples plataformas. La palabras de Ryan y el historial de PlayStation son la prueba de lo que dice Nadella.
Si bien Microsoft cuenta con exclusivos y ha contribuido a moldear el mercado que tenemos a día de hoy, la realidad es que Sony ha influido mucho más debido al enorme éxito y la gran popularidad de sus juegos exclusivos. No creo que haya mucho debate en este aspecto.
Un cambio de rumbo para Microsoft y Sony
Hay dos eventos que han cambiado para siempre el panorama de los videojuegos exclusivos: la compra de Bethesda (y Activision en proceso) por parte de Microsoft y el nuevo rumbo de Sony con respecto a sus videojuegos exclusivos. Ambas reacciones son "opuestas" y fruto de acciones también "opuestas" del otro. Hemos visto estas últimas en el apartado anterior.
Sony se ha estado haciendo de oro con sus videojuegos exclusivos durante muchos años, así que es lógico que Microsoft se esté asegurando de tener los medios para competir (como mínimo) en igualdad de condiciones. Y tener estos medios pasa por hacerse con estudios grandes como Bethesda que le aseguren entregas AAA de renombre.
Por otro lado, Sony comenzó a relajar sus políticas de exclusivos hace unos pocos años. Ya sea porque le ha visto las orejas al lobo y/o porque realmente han encontrado un mercado lucrativo, entregas como Days Gone, God of War, Horizon Zero Dawn, The Last of Us y Returnal llegaron a PC. Y llegarán más. Si bien no es un abandono total de su exclusividad, es un paso en la dirección correcta.
Satya Nadella señala que le "encantaría eliminar las exclusividades de consolas, pero eso no me corresponde a mí definirlo". Se trata de una afirmación que es una verdad a medias. Ciertamente, Sony tiene un peso considerable y suele ser una compañía muy terca a la hora de abrirse con sus exclusivos, pero los últimos movimientos de Microsoft indica que van en la dirección opuesta de lo que piensa su CEO.
El futuro no pinta prometedor para los videojuegos. Todo indica que ambas compañías van a seguir lanzando exclusivos y las palabras de Nadella terminarán por caer en saco roto... como muchas de las promesas realizadas en esta industria.
Un mundo sin exclusividades: ¿ciencia ficción?
Cuesta imaginar un mundo sin videojuegos exclusivos como tal. Seguro que existe un universo alternativo en el que ocurre, pero no podemos saberlo porque ni somos Flash para pegarnos una carrera ni los vemos todas las posibilidades como Doctor Strange. Dicho esto, ¿es realmente viable un mundo sin videojuegos exclusivos?
Sería complicado calcular la diferencia de ventas de un videojuego, siendo exclusivo y estando disponible para todas las plataformas. Por suerte, tenemos un ejemplo muy reciente que puede dar algunas pistas: Call of Duty que ha sido el foco de atención durante los encuentros legales entre Microsoft, Activision y Sony.
La posibilidad de hacer Call of Duty una exclusiva de Xbox nunca fue discutida conmigo, y tampoco se mencionó en las presentaciones de la mesa directiva. [...] Un componente esencial de la compra de Activision Blizzard estimada en 68.7 mil millones de dólares es el futuro de las ventas de Activision en todas las plataformas, incluyendo las ventas de Call of Duty en PlayStation - Declaración de Amy Hood, líder de finanzas de Microsoft.
La franquicia de disparos en primera persona genera una barbaridad absurda de dinero en PlayStation. Convertirla en exclusiva seguro que daría una buena cantidad de dinero a Microsoft y vendería muchas Xbox Series X/S. La cuestión es si daría la misma o más cantidad de dinero siento exclusivo que sin serlo. Esta reflexión se puede aplicar al resto de exclusivos: Halo, God of War, Gears of War, Horizon y el resto que todos conocemos.
Por su parte, Sony admitió que llevar sus videojuegos exclusivos a PC les reportó beneficios y que fue una gran idea, de hecho están abiertos a seguir haciéndolo en el futuro. Sabiendo todo esto, no puedo dejar de imaginar la barbaridad de copias de God of War (por ejemplo) que se venderían en Xbox Series X/S.
Cuesta mucho creer que la exclusividad beneficie a nadie más allá de Sony y Microsoft. El número de personas que compran una consola para jugar a ciertos videojuegos concretos es infinitamente más pequeña de lo que se piensa. Y aunque el número fuese más grande de lo que imagino, es probable que no superase al número de copias vendidas en caso de que el juego llegase a la otra consola.
Por contraparte, me asaltan las dudas al ver el caso de Starfield. Seguro que Microsoft sabe cosas que nosotros no y es cierto que un servidor va a comprarse una Xbox Series X para jugarlo, pero (y me repito)... ¿Realmente van a sacar más dinero por Starfield siendo exclusivo de Xbox y PC que habiéndolo incluido para PS5? Y lo mismo aplica con God of War Ragnarök. Es un ejemplo, que nadie me malinterprete.
La cruda realidad es que las exclusividades llegaron para quedarse y que un mundo son exclusividades como tal está todavía muy lejos. Pero quizás un punto medio sea algo más inminente: exclusividades temporales. Doy por perdidas entregas pasadas como Bloodborne y State of Decay 2, pero quizás en un futuro el siguiente God of War y The Elder Scrolls 6 encuentren la forma de llegar a Xbox y PlayStation, aunque sea tras un año de exclusividad en su plataforma principal. Soñar es gratis.
En conclusión: las palabras se las lleva el viento, Satya Nadella. La exclusividad de los videojuegos es una mierda (perdón por la expresión) y parte del baile entre PlayStation y Xbox. A la práctica, solo jode a quienes jugamos a videojuegos. Como fan de las aventuras de Kratos y Marcus Fenix, me duele que haya personas que no puedan disfrutarlas porque no tienen dinero para comprarse un PC moderno o dos consolas (PS5 y Xbox Series X) cuyo precio total supera los 1000 euros... y eso que no cuento los 70 euros de media por juego y las suscripciones mensuales.
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