En febrero se cumplieron 30 años desde que salió a la venta el primer Star Fox de todos. Una ocasión que era idónea para que Nintendo hubiese aprovechado el momento para celebrar este acontecimiento por todo lo alto al tratarse de una de sus franquicias principales, pero en realidad no se hizo absolutamente nada, a pesar de la grandeza de algunos de los títulos de la serie, como por ejemplo Star Fox 64.
Este excelente juegazo es uno de los más importantes que recibió en su momento el catálogo de Nintendo 64. Exactamente han transcurrido 26 años desde aquel momento y todavía nos seguimos acordando de él por el recuerdo tan imborrable que nos dejó en la memoria, porque sin duda de trata de una de las mejores obras que ha desarrollado Nintendo y para muchos la mejor entrega de toda la saga, con un 88 en Metacritic.
Si no disfrutasteis de él en su momento, no os preocupéis, porque gracias a Nintendo Switch tenéis la oportunidad de jugar a esta joya, aunque para ello necesitaréis estar suscritos a Nintendo Switch Online y a su Paquete de Expansión para tener acceso a los grandes clásicos de Nintendo 64, como los míticos The Legend of Zelda: Ocarina of Time, Majora's Mask o Pokémon Stadium.
En este juego os pondréis en la piel de Fox McCloud, el líder del equipo Star Fox que tiene como misión salvar el Sistema Lylat después de que este esté siendo atacado por el ejército del malvado Andross. Para ello está acompañado en todo momento por Peppy Hare, Falco Lombardi y Slippy Toad, los otros tres personajes que recorrerán a nuestro lado cada una de las diferentes fases.
La jugabilidad no pone a los mandos de un Arwing, una poderosa nave espacial que se irá desplazando automáticamente por los escenarios, así que nosotros nos dedicaremos a moverla en todas las direcciones para ir atacando a los enemigos que vayan apareciendo o para esquivar los obstáculos esparcidos por el terreno. En algunos casos tocará recorrer algunos planetas, otras veces hay que librar batallas en pleno espacio y hasta en un momento tocará sumergirse en el agua.
Y es que no siempre habrá que controlar el Arwing, porque en otras ocasiones más puntales es posible ponerse a los mandos del Landmaster, un demoledor tanque, y del Blue Marine, una nave subacuática. Aun así, lo más normal es pilotar la nave principal e incluso en niveles que ofrecen una mayor libertad al poder desplazarnos por donde queramos, lo que nos mete de lleno en una batalla campal contra numerosos enemigos o jefes finales más impactantes.
Es más, los encuentros contra estos jefes nos invitan a no perder detalle de todos sus ataques porque los encuentros son una pasada por lo diferentes que son unos de otros, al igual que ocurre con las propias fases, lo que sirve para que cada vez que nos adentremos en una tengamos que afrontar un nuevo reto que no tenga nada que ver con los anteriores. Por ejemplo, una de ellas parece totalmente inspirada en la batalla final de Independence Day u otra nos lleva a un lugar en el que el fuego nos puede chamuscar en apenas unos segundos.
Pero si hay algo que también hace muy especial a las fases es que muchas de ellas esconden rutas alternativas, por lo que no hay una única forma de completarlas. Esto abre paso a otros caminos para que en un conjunto global nos podamos pasar el juego con cualquiera de las 25 rutas que están disponibles, a lo que hay que sumar que si se elimina una cierta cantidad de enemigos se consigue una medalla.
Por todo ello, entre unas cosas y otras, la rejugabilidad de este título es asombrosa, porque puedes practicar diferentes rutas o competir contra ti mismo para mejorar tu puntuación en las partidas posteriores. Sobre todo porque al lograr todas las medallas se desbloquea el modo Experto, así que un incentivo mayor para tratar de ir a por ellas.
Por otra parte, los compañeros a veces pueden resultar un poco incordio al estar pidiendo que les socorramos cada dos por tres cuando les atacan los enemigos, pero también hay que reconocer que sirven de gran ayuda. Por ejemplo, Peppy nos dará consejos de qué hacer o nos advertirá cuando haya enemigos atacándonos por la retaguardia, Falco da pistas para las rutas alternativas y Slippy proporciona detalles relevantes relacionados con los jefes finales.
Todo ello con un espléndido doblaje al inglés y una banda sonora simplemente magistral, pero sin duda lo mejor de todo es la jugabilidad por lo entretenida que resulta y por las ganas con las que te deja de empezar una nueva partida después de haber finalizado la anterior, con una duración aproximadamente de una hora. Y si os quedáis con ganas de más, avisad a vuestros amigos para descubrir quién es el mejor en su multijugador competitivo en un todos contra todos, aunque este se queda lejos de alcanzar la calidad de la campaña principal.
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