Descubrir un videojuego es un proceso único e irrepetible. Es un proceso crucial porque suele tener mucho peso a la hora de determinar el tiempo que vas a echar en el juego. Este año he vivido los dos extremos: experiencias brutales como Helldivers 2 y Warhammer 40.000: Space Marine 2 y otras mucho más apagadas como S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl.
Si solo pudiese quedarme con un juego de 2024 en este aspecto, sin duda mi favorito ha sido Helldivers 2. Descubrir su universo fue algo maravilloso. No solo porque lo es por sí mismo, también porque nunca jugué a Helldivers de 2015 y todo me pilló por sorpresa. Además, me suele gustar todo lo que implique tiroteos y explosiones a lo Michael Bay.
Enseñando a los nuevos reclutas de Helldivers 2
Mis días de descubrimiento quedaron muy atrás en Helldivers 2. Voy camino de las 200 horas de juego. Sin embargo, de vez en cuando pienso en instalar el juego en PC para revivir los tiempos de ser nivel bajo y tener estratagemas muy limitadas. Y aun así no podría ser genuino porque me conozco cada apartado del juego como la palma de mi mano. No puedo volver atrás.
Pero no todo está perdido. Fue el pasado fin de semana que mi hermano y sus amigos me preguntaron por Helldivers 2. Les dije que juego siempre que puedo. Me invitaron a jugar para que les echase una mano en su proceso de descubrir cómo se reparte la democracia gestiona de la forma más democrática y libre posible. Accedí, obvio.
Todos tenían menos de Nivel 10. Estaban recién salidos del riguroso entrenamiento democrático de tres minutos que ofrece SuperTierra. Tenían sus capas casi sin estrenar. Eran cadetes impresionables, así que me equipé las mejores galas de los helldivers: bombardeo con napalm, bomba de 500 kg, el láser orbital y mi siempre fiel Perro Guardián. Los llevé al frente Termínido en Dificultad 5. Desafiante, pero sin pasarse.
Se desenvolvían bastante bien bajo mis órdenes. Algún que otro fuego amigo clásico de los novatos, pero en general una remesa bastante competente. Daría dinero por volver al pasado para grabar sus reacciones al ver caer mis primeros bombardeos orbitales de napalm y las primeras bombas de 500 KG. Me recordaron mucho mi, porque pocos juegos han mostrado hasta ahora este nivel pirotécnico sin ser una cinemática.
Las primeras misiones fueron bastante bien. Sufrieron durante su incursión en el frente Autómata, así que los traje de vuelta al frente Termínido. Querían saber cómo se siente una misión de dificultad alta, así que los llevé a una incursión de dificultad 6-7, no recuerdo exactamente. Yo estaba en mi salsa, pero ellos sufrieron un poco. Fliparon cuando vieron a sus primeros Titanes de Bilis y Empaladores. ¡Y consiguieron salir con vida! Como he dicho, era una buena remesa.
Querían más, así que les dije que íbamos a una misión suicida. Nivel 10 de dificultad en el frente Termínido. Solo uno había llegado al Nivel 10 para entonces. A los dos minutos de caer se nos acumularon tres Titanes de Bilis y un Empalador en pantalla con decenas de bichos. "Y menos mal que no hay stalkers", les dije mientras morían.
Más o menos conseguía sobrevivir, pero ellos no tenían el equipamiento necesario para sobrevivir. Les faltaba potencia de fuego. Vivían lo suficiente para revivirse entre sí. ¡Pero aun así estaban flipando! Eran incapaces de procesar la cantidad de enemigos que había en pantalla. "Si creéis que esto es el infierno, imaginad el frente Autómata que os ha costado en Dificultad 4", comenté mientras luchaba por sobrevivir.
Se nos acabaron las reapariciones. Estaba solo. Así que decidí hacer lo más valiente: corrí hasta el centro de un gran hervidero de bichos y tiré mis pies las tres estratagemas: láser orbital, bomba de 500 KG y el bombardeo de napalm. Pude hacer el gesto de abrir los brazos antes de morir. Hice un insta-combo de x30 bajas. Fracasamos la operación, pero les quedó claro que era mejor alejarse de las dificultades superiores a la 5-6, al menos por el momento.
Lo cierto es que me lo pasé muy bien. Las partidas no fueron especialmente emocionantes, pero ver flipar a tres reclutas patosos con Helldivers 2 no tuvo precio. Mi objetivo no era tanto repartir democracia gestionada como hacer que disfrutasen de la experiencia durante sus primeras horas. Espero haber instruido a una remesa de futuros helldivers excepcionales.
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