La semana pasada llegó a GTA Online una nueva actualización con un volquete de contenido: carreras de drift, animales, mejoras en la interfaz para mejorar nuestra comodidad y capítulo Chop Shop, que incluye desde robos de coches al puro estilo 60 Segundos hasta la llegada de dos coches patrulla y un furgón policial.
A pesar de que la actualización presenta el mismo problema de siempre (sin dinero es casi inaccesible), basta que un amigo tenga recursos suficientes para adquirir un desguace y hacer sus misiones. Y así ha sido. Nos hemos puesto bajo las órdenes de Yusuf Amir para enrolarnos en uno de los cinco robos que propone el nuevo negocio.
El coche a robar que hemos elegido ha sido un Gauntlet Hellfire que estaba corriendo en el Arena War. Basta decir que hacía años que no entraba a ese mundo de gasolina y metal inspirado en Mad Max: Fury Road. Aunque esta vez no ha sido como competidores, sino como partícipes de un golpe.
El robo de los Duggan
Los nuevos robos de coches en GTA Online se estructuran de la misma forma que los golpes: debemos realizar una serie de misiones preparatorias para acabar accediendo a la misión definitiva. La única diferencia es que los golpes comunes suelen seguirse desde la pizarra de nuestro piso o empresa y en este caso se hace desde una pared con tinta invisible en nuestro desguace.
La referencia a la película 60 Segundos va más allá de la luz ultravioleta, puesto que tenemos una lista de cinco coches para robar. Que luego los vendamos al completo o los desguacemos para piezas es otro cantar. Aunque antes de eso hay que hacer algunas misiones iniciales para entrar en materia.
Una vez estuvo todo listo, uno de mis compañeros seleccionó el coche a robar: un Gauntlet Hellfire. Lo que no sabíamos es que las misiones preparatorias nos iban a llevar a destruir torres de transmisión e incluso a asaltar a Merryweather para robarles una vez más. Por no hablar de hacernos con un camión y huir de la policía en plena ciudad.
Las misiones preparatorias son bastante entretenidas y ligeras. Al fin y al cabo, estábamos preparando el robo de un coche y no un asalto a un banco. Y definitivamente ha sido un error creer eso, porque este coche en concreto tiene una de las misiones finales más épicas de todas.
La primera fase es conducir un camión hasta el estadio del Arena War y entrar con unas credenciales. Todo robado durante las misiones preparatorias. Una vez dentro, nos pusimos las máscaras y acribillamos a todos los presentes en la sala VIP. Mis compañeros eligen rifles, aunque yo prefiero la escopeta Spas-12 para marcarme este pequeño Nada de Ruso.
El siguiente es localizar nuestro Gauntlet Hellfire y hacerlo parar con los PEM de un par de drones disponibles. No es tarea fácil y no me importa admitir que pilotar esos cacharros no es mi fuerte. El siguiente paso nos pilló a todos desprevenidos: entrar en la pista del Arena War mientras se lleva a cabo una carrera para llegar hasta el coche, robarlo, desactivarle una bomba y llevarlo a nuestro desguace.
El primero en llegar al coche soy yo, pero mi compañero decide de forma improvisada que es buena idea tirarme encima un coche tras golpearlo con un camión. Muero. Reaparezco a la entrada del circuito, así que disparo a un corredor y le robo el coche. Por qué los pilotos llevaban armas es un asunto para el que seguro nunca vamos a tener explicación.
El asunto se desmadra hasta tal punto que acabo con las ruedas pinchadas y pegando tiros contra la IA enemiga para que mis compañeros puedan salir por patas a desactivar la bomba y entregar el coche. Trato de llegar con ellos al desguace tras robarle el todoterreno a una pobre señora, pero ni por esas. La misión acaba antes y aparezco en el taller, donde ya está expuesto nuestro premio.
Si bien no tiene la complejidad de un golpe convencional, el robo del Gauntlet Hellfire cuenta con dos elementos igual de importantes: epicidad y diversión a raudales. Nunca pensé que volvería a poner un pie en Arena War. Había olvidado su existencia, pero gracias a esta misión puede que me pase algún día a hacer alguna macarrada a los Death Race. Si os podéis permitir un desguace, os animo a probar los robos de coches. ¡Os van a encantar!
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