Lo que marcará la diferencia de Xbox One X frente al resto de sobremesas serán los 6 Teraflops de su procesador, su capacidad para reproducir fotogramas con un ancho de memoria de 356 GB/s y su rendimiento de 12GB de memoria gráfica GDDR5. Eso está fenomenal y ya sabemos los juegos a los que le sacaremos partido, pero es hora de ver algo más trivial: ¿qué novedades veremos en su diseño?
El equipo de Xbox España ha tenido la oportunidad de hacerse con una versión demo de la misma que refleja todos los aspectos exteriores de la versión definitiva. Sabíamos que su color sería negro mate (el cual sirve para contrastar con el blanco de Xbox One S), pero ahora tenemos mucho más claro el aspecto de la Xbox más potente (y pequeña) jamás vista.
Lo primero a destacar es que, al igual que en Xbox One S, podremos colocar la Xbox One X en vertical gracias a un soporte que podremos acoplar en uno de los costados. Un pequeño gran detalle para aquellos que cuiden el feng shui de su salón, o que simplemente tengan poco espacio cerca de su televisor.
Ahora bien, las rejillas de la parte superior de las carcasas de Xbox One y Xbox One S desaparecen: la ventilación de la consola ahora se hará desde los costados, dejando un aspecto más sencillo, minimalista y, a la vez elegante, a la consola si optamos por dejarla en horizontal.
En cuanto a dimensiones, será algo más compacta que la Xbox One S en ancho, largo y alto, aunque el cambio de tamño no será tan contrastado como el visto en el modelo original. Ahora bien, la ranura para los discos la encontraremos en el escalón que separa los dos pisos de la consola manteniendo ese agradecido botón físico que ya pudimos ver en la anterior revisión.
La cara menos visible (si no contamos con la base de la consola) revelará el mismo numero de puertos exteriores. Microsoft parece tener muy claro que Kinect no es uno de los puntos fuertes de su sistema, aunque es posible usarlo a través de un adaptador, y la mayor diferencia la encontraremos en un cambio de la distribución de los puertos para que ahora estén en la parte superior si tenemos la consola tumbada. .
Como es tradición, el equipo de Microsoft nos mandará un cortés saludo desde Redmond a través de su hardware. En este caso será algo más visible que en la Xbox One S, encontrando el tradicional Hello from Seattle en el mismo costado que usaremos para acoplar el soporte vertical.
Por último, el Xbox One Controller será el mismo que pudimos ver en Xbox One S: un siempre agradecido mayor alcance de Bluetooth y la posibilidad de conectarlo a cualquier dispositivo con Windows 10 de manera sencilla, manteniendo el mismo diseño que el visto desde la primera Xbox One y con su Hello from Seattle en la ranura de las pilas.
Muchas novedades y diferencias palpables con respecto a la más reciente versión de la sobremesa de Microsoft, aunque lo mejor será lo que podrá ofrecer en pantalla: juego en 4K real, un una colección de juegos sin precedentes conservando los vistos en la actual generación de Microsoft y recuperando joyas del catálogo de sus dos sistemas anteriores. Por lo pronto, Xbox One X estará disponible a partir del 7 próximo de noviembre.
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