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'Prince of Persia Classic', análisis

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Retomamos una vez más un juego que lleva algo más de un añito en el bazar de XBox Live Arcade. Aprovechando la cercanía de la nueva entrega de la saga, esta vez el elegido es 'Prince of Persia Classic', una reinterpretación de los orígenes de la franquicia.

Se trata del juego que llevó a las plataformas en PC (aunque originalmente fue lanzado para Apple II) a un nuevo nivel. El culpable era un personaje vestido de blanco, un príncipe con una calidad en sus animaciones de movimiento nunca vista hasta la fecha. Estamos hablando del año 1989, y casi dos décadas después, en 2007, vió la cara el remake del juego para XBox Live Arcade.

Así pues, ¿vale la pena recorrer una vez más las catacumbas y habitaciones del enorme palacio, en una carrera desesperada contra el tiempo? Ahora lo veremos.

60 minutos para salvar a la princesa

'Prince of Persia' es un juego clásico hasta en su argumento. Y es que como en tantos otros juegos de plataformas de la época, aquí la razón de nuestros esfuerzos es el amor de una princesa.

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Lo primero que nos encontramos al iniciar el juego es que las cinemáticas son exactamente iguales a las del juego original... aunque adaptadas a los nuevos tiempos. Y es que la única concesión es la de estar realizadas en tres dimensiones, con gráficos más o menos actuales. Por lo demás, son idénticas en cada movimiento de los personajes. Tras ser rechazado por la princesa, el malvado visir Jaffar hace aparecer un reloj de arena: la princesa tiene una hora para aceptar su propuesta de matrimonio, o morirá. Justo el tiempo que tenemos para llegar hasta ella.

He de decir que esta no es la primera, ni la segunda vez, que me enfrentaba a dicho juego. Ya en su día cautivó mi atención el remake de la misma Gameloft para móviles (cuyos niveles eran distintos de los del original) y, por supuesto, disfruté (y me desesperé) con la versión original para MS-DOS.

Vuelta a los orígenes

Así pues, nos encontramos de nuevo en las catacumbas. Son las mismas catacumbas del juego original, con cada interruptor, cada puerta enrejada y cada trampa colocada en el mismo lugar... solo que el aspecto gráfico es totalmente distinto.

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Para empezar, aunque se desarrolla en un plano de scroll bidimensional, los gráficos del juego son totalmente tridimensional, cualidad que podremos apreciar en los trabajados fondos y en el aspecto del propio protagonista que, por cierto, luce la misma apariencia que el protagonista de la trilogía que pudimos disfrutar en PC y la anterior generación de consolas.

Así pues, si hemos jugado al juego original, sabremos que el primer paso es encontrar la espada. Seguro que sabéis encontrar el camino sin problemas. Eso sí, daos prisa. El tiempo corre en nuestra contra.

Ligeros cambios en el control, grandes cambios en la apariencia

Si el príncipe original ya era bastante versátil en sus movimientos, el de esta nueva versión conserva todos las animaciones clásicas y añade un par de piruetas nuevas, como la de rebotar en las paredes o rodar por el suelo, que aunque no aportan nada sustancial a la jugabilidad, sí que la hacen más espectacular.

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Y es que el primer 'Prince of Persia' fue en su momento toda una demostración de como crear un personaje realista, tarea conseguida mediante la observación del propio hermano del creador del juego, Jordan Mechner, saltando de un lado a otro vestido de blanco. A él se le deben gestos como el de echar la cabeza hacia adelante en un salto largo, o la soltura con que se desenvolvía al trepar a lo alto de una plataforma.

Así pues, aquí encontramos de nuevo los mismos movimientos, acompañados de un aspecto gráfico totalmente renovado. Este es el gran punto con el que cuenta este remake: lo trabajado de su aspecto. Frente a la relativa simpleza del título original (los equipos de la época no daban para más) aquí, a pesar de mantener el mismo diseño de niveles, se ha apostado por un aspecto preciosista destacable sobre todo en los fondos y elementos que adornan cada escenario.

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Y que decir de las melodías, que recuerdan en todos los aspectos a las del juego original, aunque con la mayor calidad de sonido que podemos conseguir con los sistemas de hoy en día.

El sistema de combate tampoco ha cambiado en lo básico, y sigue estando centrado en torno a dos únicos botones: atacar y cubrirse/defenderse. En esta aspecto, el juego original ya era algo caótico, se mantiene aquí, con combates de esgrima muy vistosos pero algo difíciles de controlar. No obstante, ayudan a descansar del elemento principal del juego: las plataformas.

Simplemente se ha mejorado la fórmula, añadiendo algo de violencia adicional (como la estocada con la que el príncipe suele rematar a sus enemigos al acabar un combate). Asimismo, se ha implementado una especie de efecto de "tiempo bala" cada vez que uno repele un ataque enemigo, lo que nos da unas centésimas de segundo para colocar nuestro siguiente golpe. Esto, en ocasiones, nos llevará a encontrarnos con las espadas entrelazadas, y teniendo que pulsar el botón de ataque repetidamente para ganar el lance, situación que el príncipe resolverá con un puñetazo a su rival.

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En honor a la verdad, el juego no es exactamente igual en cuanto a su desarrollo. La enorme dificultad del título original ha sido simplificada gracias a los puntos de control (ya no tendremos que reiniciar el nivel desde el principio cuando muramos) y a una especie de luz a la que el juego llama la "mariposa" y que guía nuestros pasos por el nivel hacia la salida (aunque podemos desactivarla si somos de la vieja escuela y no queremos ayuda de ningún tipo).

Por último, hay que mencionar la posibilidad de jugar con una "imagen fantasma" de nuestro mejor tiempo, para aquellos a los que les guste superarse a si mismos. Una opción curiosa que alarga ligeramente la vida del juego.

Conclusiones

Nos encontramos, por tanto, ante un remake en toda regla, en el que se ha cogido la mecánica del juego original y se le ha dado un lavado de cara gráfico por completo, colocando como protagonista al príncipe de la trilogía moderna (y no al chico rubio del juego original de Mechner).

La gente de Gameloft ha hecho un gran trabajo (bien es cierto que partían deuna base excelente, y el factor nostalgia juega a su favor). No obstante, es una compra más que recomendable, tanto para los que disfrutaron en su día el juego original como para los que lo descubren ahora. Una muestra de lo que debe ser un remake.

Ficha Técnica: 'Prince of Persia Classic'

Retomamos una vez más un juego que lleva algo más de un añito en el bazar de XBox Live Arcade. Aprovechando la cercanía de la nueva entrega de la saga, esta vez el elegido es 'Prince of Persia Classic', una reinterpretación de los orígenes de la franquicia.

Se trata del juego que llevó a las plataformas en PC (aunque originalmente fue lanzado para Apple II) a un nuevo nivel. El culpable era un personaje vestido de blanco, un príncipe con una calidad en sus animaciones de movimiento nunca vista hasta la fecha. Estamos hablando del año 1989, y casi dos décadas después, en 2007, vió la cara el remake del juego para XBox Live Arcade.

Así pues, ¿vale la pena recorrer una vez más las catacumbas y habitaciones del enorme palacio, en una carrera desesperada contra el tiempo? Ahora lo veremos.

60 minutos para salvar a la princesa

'Prince of Persia' es un juego clásico hasta en su argumento. Y es que como en tantos otros juegos de plataformas de la época, aquí la razón de nuestros esfuerzos es el amor de una princesa.

Lo primero que nos encontramos al iniciar el juego es que las cinemáticas son exactamente iguales a las del juego original... aunque adaptadas a los nuevos tiempos. Y es que la única concesión es la de estar realizadas en tres dimensiones, con gráficos más o menos actuales. Por lo demás, son idénticas en cada movimiento de los personajes. Tras ser rechazado por la princesa, el malvado visir Jaffar hace aparecer un reloj de arena: la princesa tiene una hora para aceptar su propuesta de matrimonio, o morirá. Justo el tiempo que tenemos para llegar hasta ella.

He de decir que esta no es la primera, ni la segunda vez, que me enfrentaba a dicho juego. Ya en su día cautivó mi atención el remake de la misma Gameloft para móviles (cuyos niveles eran distintos de los del original) y, por supuesto, disfruté (y me desesperé) con la versión original para MS-DOS.

Vuelta a los orígenes

Así pues, nos encontramos de nuevo en las catacumbas. Son las mismas catacumbas del juego original, con cada interruptor, cada puerta enrejada y cada trampa colocada en el mismo lugar... solo que el aspecto gráfico es totalmente distinto.

Para empezar, aunque se desarrolla en un plano de scroll bidimensional, los gráficos del juego son totalmente tridimensional, cualidad que podremos apreciar en los trabajados fondos y en el aspecto del propio protagonista que, por cierto, luce la misma apariencia que el protagonista de la trilogía que pudimos disfrutar en PC y la anterior generación de consolas.

Así pues, si hemos jugado al juego original, sabremos que el primer paso es encontrar la espada. Seguro que sabéis encontrar el camino sin problemas. Eso sí, daos prisa. El tiempo corre en nuestra contra.

Ligeros cambios en el control, grandes cambios en la apariencia

Si el príncipe original ya era bastante versátil en sus movimientos, el de esta nueva versión conserva todos las animaciones clásicas y añade un par de piruetas nuevas, como la de rebotar en las paredes o rodar por el suelo, que aunque no aportan nada sustancial a la jugabilidad, sí que la hacen más espectacular.

Y es que el primer 'Prince of Persia' fue en su momento toda una demostración de como crear un personaje realista, tarea conseguida mediante la observación del propio hermano del creador del juego, Jordan Mechner, saltando de un lado a otro vestido de blanco. A él se le deben gestos como el de echar la cabeza hacia adelante en un salto largo, o la soltura con que se desenvolvía al trepar a lo alto de una plataforma.

Así pues, aquí encontramos de nuevo los mismos movimientos, acompañados de un aspecto gráfico totalmente renovado. Este es el gran punto con el que cuenta este remake: lo trabajado de su aspecto. Frente a la relativa simpleza del título original (los equipos de la época no daban para más) aquí, a pesar de mantener el mismo diseño de niveles, se ha apostado por un aspecto preciosista destacable sobre todo en los fondos y elementos que adornan cada escenario.

Y que decir de las melodías, que recuerdan en todos los aspectos a las del juego original, aunque con la mayor calidad de sonido que podemos conseguir con los sistemas de hoy en día.

El sistema de combate tampoco ha cambiado en lo básico, y sigue estando centrado en torno a dos únicos botones: atacar y cubrirse/defenderse. En esta aspecto, el juego original ya era algo caótico, se mantiene aquí, con combates de esgrima muy vistosos pero algo difíciles de controlar. No obstante, ayudan a descansar del elemento principal del juego: las plataformas.

Simplemente se ha mejorado la fórmula, añadiendo algo de violencia adicional (como la estocada con la que el príncipe suele rematar a sus enemigos al acabar un combate). Asimismo, se ha implementado una especie de efecto de "tiempo bala" cada vez que uno repele un ataque enemigo, lo que nos da unas centésimas de segundo para colocar nuestro siguiente golpe. Esto, en ocasiones, nos llevará a encontrarnos con las espadas entrelazadas, y teniendo que pulsar el botón de ataque repetidamente para ganar el lance, situación que el príncipe resolverá con un puñetazo a su rival.

En honor a la verdad, el juego no es exactamente igual en cuanto a su desarrollo. La enorme dificultad del título original ha sido simplificada gracias a los puntos de control (ya no tendremos que reiniciar el nivel desde el principio cuando muramos) y a una especie de luz a la que el juego llama la "mariposa" y que guía nuestros pasos por el nivel hacia la salida (aunque podemos desactivarla si somos de la vieja escuela y no queremos ayuda de ningún tipo).

Por último, hay que mencionar la posibilidad de jugar con una "imagen fantasma" de nuestro mejor tiempo, para aquellos a los que les guste superarse a si mismos. Una opción curiosa que alarga ligeramente la vida del juego.

Conclusiones

Nos encontramos, por tanto, ante un remake en toda regla, en el que se ha cogido la mecánica del juego original y se le ha dado un lavado de cara gráfico por completo, colocando como protagonista al príncipe de la trilogía moderna (y no al chico rubio del juego original de Mechner).

La gente de Gameloft ha hecho un gran trabajo (bien es cierto que partían deuna base excelente, y el factor nostalgia juega a su favor). No obstante, es una compra más que recomendable, tanto para los que disfrutaron en su día el juego original como para los que lo descubren ahora. Una muestra de lo que debe ser un remake.

60 minutos para salvar a la princesa

  • Plataforma: Xbox 360
  • Distribuidor: Online
  • Estudio: Ubisoft
  • Lanzamiento: Ya disponible
  • Precio: 800 puntos
  • Plataforma: Xbox 360

  • Distribuidor: Online

  • Estudio: Ubisoft

  • Lanzamiento: Ya disponible

  • Precio: 800 puntos

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