Tras repasar el año de Xbox One y PlayStation 4, me siento a pensar en lo que ha sido el 2015 para Wii U y me doy cuenta de que es el caso más fácil de analizar, para lo bueno y para lo malo. La situación de esta consola ha sido, ante todo, de extremos.
Hasta los más acérrimos defensores de la Gran N se verán obligados a admitir que la compañía japonesa ha errado el tiro con su última consola doméstica, y no precisamente por falta de buenas intenciones. El desaguisado, por suerte, no será fatal y la compañía planea ya su resurgimiento.
Lo mejor que le puede pasar a esta industria y a todos nosotros es que Nintendo sepa reponerse de este bache y volver a la senda del éxito
Para colmo de males, este proceso de reconstrucción partirá de la trágica pérdida de Satoru Iwata, apreciado líder de la casa, lo cual ha dificultado aún más las cosas a nivel interno para ellos. Lo mejor que le puede pasar a esta industria y a todos nosotros es que la compañía de Kioto sepa reponerse de este bache y volver a la senda del éxito.
Alegrías y buenas sorpresas
A pesar de todos los aspectos negativos que se puedan señalar de la última etapa de Wii U, es curioso ver que un repaso a sus exclusivos durante 2015 no la deja nada mal parada. De hecho, con títulos como 'Super Mario Maker', 'Splatoon', 'Yoshi's Woolly World' o 'Captain Toad: Treasure Tracker', casi podríamos decir que ha sido la mejor tratada en cuanto a títulos propios.
Y para que no se diga que todo lo que Nintendo ha ofrecido este 2015 son nuevas entregas de sus eternas mascotas, ahí está esa traca final de año que ha sido 'Xenoblade Chronicles X', un nuevo regalo de Monolith Soft a los amantes del buen RPG a la antigua usanza. Solo por un título así ya merece la pena adquirir la Wii U.
A todo ello hay que sumar la manera tan óptima que se ha establecido para mantener vivos a títulos lanzados en años anteriores como 'Super Smash Bros.' o 'Mario Kart 8', dos éxitos que en absoluto han quedado en el olvido. A base de anuncios en los ya famosos Nintendo Direct y de actualizaciones constantes con nuevo contenido, los jugadores de ambos títulos han podido vivir este 2015 como si de un estreno constante se tratase.
Fallos y decepciones
El problema, no obstante, es el de siempre: una vez que nos salimos de las exclusividades abanderadas por la propia Nintendo, el terreno se vuelve poco menos que un yermo. Sin títulos ajenos de nivel medio que acompañen a los imprescindibles antes mencionados, la sensación final acaba siendo de falta de títulos con los que cubrir el calendario durante doce largos meses.
Una vez que nos salimos de las exclusividades abanderadas por la propia Nintendo, el terreno se vuelve poco menos que un yermo
Como contrapunto que, esperemos, solo sea excepcional, un par de juegos de la propia Nintendo tampoco han respondido a las altas expectativas que tradicionalmente ponemos en esta compañía: 'Mario Tennis: Ultra Smash' y 'Devil's Third'. Aunque el fiasco de la última obra de Tomonobu Itagaki se veía venir, el caso del siempre querido título de tenis de Camelot Software nos dolió más.
La puntilla final para Wii U es que Nintendo ha empezado a hablar ya de su sucesora tres años después de que llegara al mercado, lo cual es poco menos que aplicar sobre ella una sentencia de muerte irrevocable. Habiendo superado por poco los 10 millones de unidades vendidas, es lógico que ya se estén realizando esta clase de movimientos.
Lo que todo esto supone para el futuro
Incertidumbre. Esa es la palabra que domina cualquier texto sobre el futuro de Nintendo, sumida como está en un profundo proceso de regeneración y cambio a todos los niveles. Es de esperar que el proyecto NX salga a la luz durante 2016, un clavo más en el ataúd de Wii U.
A pesar de esta muerte anunciada, aún quedarán un par de coletazos más a los que recurrir en tiempos de necesidad: el nuevo 'The Legend of Zelda' que tanto se está haciendo de rogar y el muy discutido 'Star Fox Zero', ambos destinados a conseguir que despidamos esta consola con el mejor sabor de boca posible.
Siempre cabe la posibilidad de que algún anuncio propio se sume a esos dos proyectos, pero es obvio en cualquier caso que la mayor porción de recursos de la compañía está puesta en conseguir que su próxima consola arranque con la fuerza necesaria, así que no pondría mucha fe en ello. 2016 no debe ser un mal año para Nintendo necesariamente, pero las miras estarán puestas cada vez más lejos de Wii U.
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