'Uncharted: El Abismo de Oro' para PS Vita: análisis

Ha pasado un tiempo desde su salida al mercado pero no podíamos olvidarnos de su análisis correspondiente tal y como hemos ido haciendo con todas las entregas de la saga. ‘Uncharted: El Abismo de Oro’ llega a PS Vita dispuesto a demostrar la calidad visual que la pequeña consola es capaz de conseguir y que la esencia de una franquicia tan cinematográfica como ‘Uncharted’ puede entregarse también en pequeñas dosis.

Y es que uno de los grandes miedos que muchos, entre los que yo me incluyo, tenían al saber que Nathan Drake acabaría formando parte del escuadrón de títulos de lanzamiento de la nueva portátil de Sony era que no estuviera a la altura. Un ‘Uncharted’ descafeinado, hecho a toda prisa para convertirse en ese “must have” que debe acompañar a todo lanzamiento, en definitiva, una rareza o cara B que una saga tan cuidada como la de Naughty Dog no se merecía.

Por fortuna nuestros miedos no estaban fundados. Dicho de otro modo, ‘Uncharted: El Abismo de Oro’ es todo lo que esperábamos. Un auténtico ‘Uncharted’ que respeta los principales rasgos de la franquicia y que por limitaciones lógicas de la plataforma se asemeja más a la primera aventura de Nathan que a las dos siguientes.

‘Uncharted: El Abismo de Oro’ respeta las reglas del juego

En esta ocasión no nos enfrentamos a una producción de Naughty Dog de manera directa si no a un producto de Sony Bend. Un estudio interno de la propia Sony que, eso sí, ha trabajado bajo la supervisión de los creadores de la franquicia para entregar una experiencia a la altura.

Y sí, se cumplen todos los requisitos básicos para que esto sea un ‘Uncharted’. Nathan se controla a las mil maravillas, la calidad gráfica es sensacional y la pantalla de PS Vita luce impresionante con esos entornos repletos de árboles y cielos espectaculares, el guión podría ser el de cualquier película de aventuras, el protagonista es divertido y entrega momentos hilarantes, tenemos a una fémina aguerrida, al compañero de aventuras inquebrantable con puro en mano, tiroteos, momentos de acción a raudales, “quicktime” events… sí, no hay duda, esto es un ‘Uncharted’.

Pero claro, adaptada lo que ofrece la plataforma. En el apartado jugable se han añadido algunas mecánicas que requerirán hacer uso de la pantalla táctil de la consola o de su panel trasero, así como de su cámara o de sus giroscopios. Y no sólo hablo de lo que todos habéis podido ver en vídeos y que tiene que ver con las habilidades de escalada de nuestro intrépido aventurero, no. En Sony Bend han decidido ir un poquito más allá y nos obligarán a restaurar tesoros llenos de polvo, a hacer grabados e incluso a buscar fuentes de luz que revelen antiguas escrituras en pergamino.

Van un paso más allá de lo esperado y se agradece. Los controles táctiles no son necesarios para jugar con Nathan (todo se puede hacer a la antigua usanza) y en cambio sí se han pensado para profundizar en mecánicas que todo buen cazatesoros debe controlar.

Paisajes buenos, bonitos e inteligentes

‘Uncharted: El Abismo de Oro’ es un gran juego, es divertido, ágil, con ritmo… pero sobre todo es un juego inteligente. Sabe dónde están sus carencias y las oculta de una forma magistral mientras resalta sus puntos fuertes. A una PS Vita no se le puede pedir la potencia de una PS3 y aunque han intentado que este título se asemeje lo que sea posible a sus hermanos mayores las diferencias lógicas se notan.

Si tiene que parecerse a alguna de las anteriores aventuras de Nathan Drake sería, sin dudarlo, a la primera. Después Naughy Dog tomó el camino difícil y convirtió lo que había sido un buen juego de tiros, saltos, pequeños puzzles y toques peliculeros en algo muchísimo más cinematográfico en donde el derroche de arte, tecnología y animación quedaba presente en cada fotograma.

Una PS Vita no puede alcanzar (todavía) esas cotas en las que la franquicia parece sentirse tan cómoda así que lo lógico era volver a sus raíces.

Escenarios más pequeños, más estrechos, llenos de vegetación, cascadas y plataformas que camuflan lo que en el fondo acaba siendo un juego de mazmorras. Excepto en contados momentos en los que se nos deja corretear por escenarios sorprendentemente grandes (teniendo en cuenta el resto), la norma habitual será repetir la fórmula del primer juego. Lo que viene a ser pasillo que da a un pasillo que a su vez da a otro pasillo, este con varias alturas, que acaba dando a una plaza en donde viviremos un tiroteo y de la cual saldremos por otro pasillo.

Pero como os decía estamos ante un juego muy inteligente y lo que en otros títulos se convertiría literalmente en esa descripción que os he dejado unas líneas más arriba, aquí se sazona con espectaculares vistas de cascadas, puestas de sol, junglas al amanecer, monumentos de tamaño gigantesco, acantilados, eventos scriptados… los elementos que hicieron del primer juego un clásico que vuelven, sabiamente, a hacer acto de presencia en esta ocasión.

Y, de nuevo como en la primera aventura y a diferencia de lo que ocurre en las otras dos secuelas, la acción se limita a una jungla. Una jungla con cabañas, monumentos, poblados, acantilados, ríos y todo lo que se puede esperar de una jungla que sustituye a esa orgía de viajes a través del mundo (qué derroche de arte y de assets) en la que se había convertido la saga.

Por eso, por que el juego ocupa lo que ocupa, por que muestra lo que tiene que mostrar para dejarnos en ocasiones boquiabiertos, por que esconde sus carencias y por que respeta toda la esencia del original (y en algunos casos la mejora) se trata de un juego muy inteligente.

Si tenéis una PS Vita y muchas ganas de seguir pegando tiros con Nathan y Sully… no os podéis perder este juego. Puede que no sea perfecto, pero ha sabido no desentonar frente a lo que se esperaba de él y eso, es mucho.

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