Tengo muchas ganas de ver si lo de Jonathan Blow con 'Braid' fue un chispazo de genialidad o una casualidad fortuita de la que se ha aprovechado. Es realmente curioso porque pese a ser uno de los escépticos respecto al creador, también soy uno de los (creo) pocos interesados en 'The Witness'.
El problema con lo primero es que me cansa bastante ese alarde de gafapastismo indie que desprende el señor Blow por todos los poros, sabiendo todos como sabemos que de haber vendido 'Braid' cuatro unidades no habríamos vuelto a saber de él.
Por el contrario mi fascinación con 'The Witness' se centra en un único elemento, su isla me parece un lugar perfecto para potenciar uno de los aspectos que más me gusta de los videojuegos, la exploración. Ese abrir puertas, esas cuevas secretas y los ríos de cables que llevan hasta estancias herméticamente cerradas me animan a perderme entre su fauna durante horas. Sólo espero que el viaje sea lo más entretenido posible.
En VidaExtra | 'The Witness', el sandbox minimalista. Los indies también estarán en PS4
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abyssion
El problema no es el tipo. El problema son los medios.
Indie es simplemente la contracción de la palabra Independent, lo cual hace referencia única y exclusivamente a un modelo económico y de desarrollo, alejado de los canales habituales de la industria. Un juego indie puede pertenecer a cualquier género y puede tener cualquier cifra como presupuesto.
Los medios, en cambio, se han encargado de endiosar a los sujetos en cuestión, elevándolos a la categoría de semidioses; y sus juegos al punto de revelación, haciendo sentir y creer a la gente que ahora "indie" es un nicho de mercado y tipo de juego mágico y único. Es el mismo caso con las personas: los medios han hablado hasta la nausea de "hardcore gamer" y "casual gamer", como si fuese una especie de grado militar, cuando en realidad todos son simplemente consumidores, nada más.
El hecho de que existen unos cuantos juegos indies buenos no tapa el hecho de que hay cientos de juegos indies que son una basura y fracaso. El que haya un par de programadores indies buenos, o que en su defecto hayan logrado crear, un par de juegos buenos, no los vuelve automáticamente sinónimos de éxito o producto innovador.
Lo que deberían las personas, pero por sobre todo los medios, es aterrizar el debate al punto de que no pensemos que por un motivo ínfimo, como es el ser un trabajador freelance, significa que eres mejor que uno contratado. "Por sus obras los conoceréis", creo que reza el refrán; y es bastante evidente que es en plural.