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Los Pokémon también pueden morir: la serie anime traumó a todos los entrenadores con uno de sus episodios más duros

La vez en la que uno de sus capítulos dejó de lado su tono más infantil por uno más maduro

A lo largo de los más de mil episodios de la serie anime Pokémon que se han emitido desde que comenzó en 1997 se ha mantenido, por lo general, un tono más infantil o dirigido para todo tipo de públicos. No deja de ser una serie muy familiar y que sobre todo puede encantar a los más pequeños de la casa. Sin embargo, hubo una vez en la que quiso apostar por un tono mucho más maduro.

Para ello hay que remontarse hasta la temporada número 20, concretamente al episodio 21 de esta, llamado "¡Un viaje termina, otro comienza!", en el que Ash continúa sus aventuras por la región de Alola. Este capítulo en cuestión se podría calificar como uno de los más tristes y trágicos de todos los que se han publicado hasta la fecha, porque en él se trató de una forma muy correcta el tema de la muerte.

Resulta algo muy sorprendente, sobre todo porque algunos podrían pensar que con las palizas que reciben los Pokémon en algunos combates es curioso que jamás haya ocurrido algo así. En realidad tiene todo el sentido del mundo por el motivo especificado al principio, ya que no deja de ser una serie que pueden ver los más pequeños y tratar el tema de la muerte abiertamente podría haber traumatizado a más de uno.

Es por ello que el enfoque que se utilizó en este capítulo en cuestión fue simplemente perfecto. En él aparece Ash con sus Pokémon comprando comida cuando se cruza con un Litten salvaje, que en realidad es el mismo que ha aparecido anteriormente en esta misma temporada. El pequeño Pokémon de tipo Fuego le roba a Ash una especie de rosquilla y se larga a toda pastilla, así que el entrenador procedente de Pueblo Paleta no duda en perseguirlo.

Es entonces cuando descubre que está viviendo debajo de un puente acompañado por un Stoutland. Este Pokémon de tipo Normal, que a su vez se asemeja a un perro, le está enseñando a Litten cómo utilizar el ataque Colmillo Ígneo, pero cada vez que realiza el movimiento acaba demasiado fatigado. Eso mismo se representa en que se le nota muy débil y no para de toser, hasta el punto en el que parece que le cuesta respirar.

Poco después, Litten acude a Ash muy preocupado, lo que deja entrever que ha sucedido algo muy grave. Así pues, el grupo regresa al puente y ven a Stoutland en muy mal estado, por lo que Ash no duda ni por un instante en subirlo encima de sus hombros y trasladarlo al Centro Pokémon. Sin embargo, tras pasar una revisión, la enfermera Joy le comunica a Ash que Stoutland no está enfermo y tampoco ha sufrido algún tipo de herida, momento en el que cambia la escena y no se escucha qué están hablando.

La situación no parece demasiado esperanzadora y encima Ash descubre que Litten y Stoutland se han escapado por la noche. Por su parte, el Meowth del Team Rocket, con un gesto muy preocupado al ser consciente de lo que está sucediendo, le indica que Litten se está esforzando demasiado y le pide que le proteja a toda costa. Ahí es cuando el capítulo vuelve con la pareja de Pokémon que viven debajo del puente y se puede ver cómo se quedan acurrucados el uno al lado del otro en los instantes finales de la vida de Stoutland.

Al despertarse por la mañana, Litten se da cuenta de que su compañero ha desaparecido sin dejar ni rastro. De hecho, a lo largo de todo este capítulo se enfoca a un árbol que hay cerca de ellos en el que quedan muy pocas hojas que van cayendo poco a poco, lo que simboliza el poco tiempo de vida que le quedaba a Stoutland. Por eso mismo, cuando cae la última, Litten entra en depresión porque es consciente del trágico suceso que se ha producido. Es más, hasta al propio Meowth se le ve muy apagado y reconoce no sentirse nada bien.

Los días pasan y Litten no quiere comer, hasta que por fin comprende que es momento de seguir adelante al observar un arcoiris y unas nubes con la forma de su difunto compañero. Eso le lleva a Ash a solicitarle que pase a formar parte de su equipo, no sin antes librar un combate contra Pikachu. No obstante, la batalla acaba en tablas, pero el gato de fuego acepta acompañarlos en este viaje por las islas de Alola.

En definitiva, en ningún momento se llega a mencionar que Stoutland ha muerto, pero las referencias son bastante evidentes, ya sea por su desaparición, la música tan melancólica, los tonos más grisáceos en los momentos más tristes, la conversación con la enfermera Joy y por la caída de las hojas del árbol situado al lado del puente.

Por todo ello, pese a ser un capítulo muy trágico, el tema de la muerte se trata de maravilla para que no resulte un impacto demasiado duro para el público infantil. Sobre todo porque se puede apreciar que en los momentos más oscuros, por muy deprimido que puedas estar, nunca estás completamente solo, así que el apoyo de aquellos que te quieren acaba siendo una buena forma de superar las adversidades y salir adelante.

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