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Es el RPG de fantasía que más veces he rejugado y sigue siendo tan excepcional como hace 30 años. No te pierdas Breath of Fire II en Nintendo Switch Online

Una aventura que me me sigue fascinando por muchas veces que me la haya pasado

En las últimas semanas me ha tocado realizar algún que otro viaje por trabajo, como en el que tuve que acudir recientemente a Arizona para probar un adelanto de Microsoft Flight Simulator 2024. Al pasar tantas horas de un lado para otro, en aviones y esperando en las terminales, necesitaba un buen entretenimiento para pasar el rato que no se limitase únicamente a ver series o películas en la tablet, así que mi salvación ha sido una vez más la Nintendo Switch.

Podría haber aprovechado para pasarme algún título del catálogo de la consola de Nintendo que tengo pendiente, pero lo cierto es que me apetecía recordar viejos tiempos y me acordé que dentro de la biblioteca digital de Super Nintendo, disponible con suscripción a Nintendo Switch Online, había alguna que otra joya realmente sobresaliente. Así fue como me volví a encontrar con una apuesta más que segura: el formidable Breath of Fire II.

El RPG de fantasía desarrollado por Capcom lo jugué de lanzamiento cuando llegó a las tiendas hace unos 30 años y en aquel momento me enganchó tanto que ni recuerdo la inmensa cantidad de horas que le pude dedicar. Ya no solo porque la historia principal sea bastante extensa, siendo una de las más largas que se ha visto en un juego de aquella época, sino también porque disfrutaba pasarme tardes enteras subiendo de nivel a los diferentes personajes, aunque ya fuese lo suficientemente fuerte como para que el tramo final fuese un paseo.

Sin embargo, esta aventura tiene algo que siempre que siempre que he decidido empezar una partida nueva no he podido evitar darle caña durante días y días hasta pasármela una vez más. Tal es el caso que podría decir que esta segunda parte de la saga es el RPG que más veces me he podido pasar en toda mi vida. Y no importa que recuerde todo lo que sucede, porque la historia me sigue pareciendo formidable, con unos protagonistas inolvidables, unos combates espectaculares y una dificultad que hasta supone un buen reto.

De hecho, en algunos momentos se pone todo tan cuesta arriba que no me avergüenza admitir que he agradecido que Nintendo Switch te permita grabar la partida en cualquier momento o retroceder todo lo que quieras hasta un cierto límite, porque en algunas mazmorras tienes que recorrer demasiadas salas, con una cantidad de encuentros aleatorios un tanto elevada, que es lo que puede provocar que por desgaste te encuentres en un serio aprieto para salir adelante.

Ya en su momento completé el juego legalmente varias veces y ahora me apetecía disfrutarlo tranquilamente sin quebrarme la cabeza demasiado. Quería recordar una vez más por qué me encantaba tanto esta aventura que narra la historia de Ryu, un niño que, debido a ciertos acontecimientos, acaba siendo un completo desconocido para los habitantes del pueblo en el que vive, así que escapa en compañía de Bow, un perro antropomórfico que se acaba convirtiendo en su mejor amigo.

Poco después acaban enfrentándose contra un todopoderoso demonio que los deja K.O. a los dos, momento en el que la trama da un salto de diez años. A partir de ahí los dos emprenden el mayor viaje de sus vidas en el que no pararán de conocer aliados, luchar contra villanos que se transforman en demonios, visitar lugares mágicos y recorrer un inmenso mundo que no para de sorprenderte constantemente a medida que van pasando las horas.

Sobre el grupo de protagonistas, he de admitir que son de los más entrañables y carismáticos que he visto en un videojuego. Cada uno cuenta con unas personalidades muy definidas, sus formas de atacar y cualidades especiales que son de gran ayuda para avanzar por los escenarios, como el que Nina pueda volar por encima de agujeros, Jean se transforme en una rana gigante que pueda surcar lagos o que Sten estire sus brazos para engancharse a estacas que están situadas en lugares inaccesibles. Además, cada uno de ellos acaba teniendo su momento especial con subtramas, para que ninguno de ellos se sienta inservible.

Eso sí, hay que advertir que, como era habitual en multitud de juegos de SNES, todos los textos están en inglés, así que quizás pueda suponer una barrera para alguno. Sobre todo porque hay que prestar mucha atención a la conversaciones para saber qué hacer a continuación, dado que a veces no hay otra forma de averiguarlo si no es hablando con todos los ciudadanos con los que te vas topando, porque el juego no te da ninguna indicación visual para tener claro cuál es el próximo destino.

Con respecto a los combates aleatorios, estos son por turnos en los que se determina quién ataca primero en base a la velocidad de los personajes y los enemigos. Lo más común es atacar sin más, pero todos los personajes disponen de habilidades secundarias, como el que Rand pueda despertar a alguien dormido o que Katt acapare toda la atención, al igual que pueden dar rienda suelta a hechizos que son los que determinan los papeles que ejercen cada uno en las batallas, ya sean tanques, atacantes o curanderos.

Por otro lado, la aventura ofrece una buena rejugabilidad en el sentido de que hay varios finales para desbloquear o el hecho de que el pueblo en el que se reúnen todos los héroes puede variar su diseño dependiendo de a los carpinteros que se contraten y a los ciudadanos que se les invite a que ocupen una de las viviendas. En ambos casos supone una decisión con la que no hay vuelta atrás, de ahí que sea una buena excusa rejugar toda la campaña para escoger otros tipos de casas y tenderos,

Asimismo, aparte de encontrar armas y piezas de equipo de todo tipo, hay algunas chamanas ocultas por todo el mapa del mundo que son indispensables para que los protagonistas se fusionen con ellas, dando pie a transformaciones con las que las apariencias cambian por completo, así como sus estadísticas y habilidades secundarias durante los combates. Resulta un detalle fantástico tan solo por ver cómo cambian sus aspectos y que a la larga es algo demasiado útil para sobrevivir.

Tras unas 30-40 horas a lo largo de las últimas semanas ya estoy cerca de los compases finales, pero estoy retrasándolo todo lo posible para seguir jugando a esta gran obra maestra sobre la que estoy seguro que esta no será la última vez que jugaré y más ahora que la tengo tan accesible de una forma tan sencilla en Nintendo Switch.

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