Como a tantos otros jugadores occidentales, la saga 'Final Fantasy' me abrió las puertas del RPG japonés, un universo que muy probablemente nunca habría llegado a ser lo que ha sido sin la aportación de la clásica Square. Lamentablemente, eso también lo sabemos, hace años que esta colección queda lejos de su alto nombre.
Me animaba precisamente a plantear el tema en nuestra pregunta de esta semana porque el asunto, ya ves tú que cosas, me preocupa en cierto modo. 'Final Fantasy XV' está prácticamente a la vuelta de la esquina, y a pesar de las muchas muestras de hype que observo, no consigo ser parte de la creciente ilusión que despierta entre sus seguidores.
¿Es solo cosa mía? ¿Me estoy convirtiendo en uno de esos abuelos cebolleta que solo ven bien aquello que vivieron en su juventud y desprecian las evoluciones que parecen querer dejarlos atrás? ¿O hay alguien más ahí fuera que comparta mi, a priori, tibieza de expectativas con respecto a este título? Dejadme explicar qué hay detrás de mi desilusión.
Años de vacas flacas
Voy a ser sincero con vosotros: no he tocado un juego de la saga desde 'Final Fantasy XIII'. Cierto es que para mí dicho título no fue una completa decepción, como mucha gente sostiene, pero sí un producto lo suficientemente por debajo de la línea media de la franquicia como para decidir dejarla en barbecho unos años.
Que fuera inicialmente concebido como una escisión de Final Fantasy XIII tampoco ayuda a que tenga más ganas de jugarlo
Aunque solo se haya publicado un capítulo de la línea principal desde entonces, muchos spin-offs, reediciones y revisiones de todo tipo han llegado durante estos seis años, y ni uno de ellos me ha llegado a interesar lo suficiente. Y por lo visto hasta ahora, el decimoquinto capítulo no termina de tener lo suficiente para hacerme querer salir de ese distanciamiento.
Que de hecho fuera inicialmente concebido como una escisión de 'Final Fantasy XIII', parte de la colección 'Fabula Nova Crystallis', tampoco ayuda a que tenga más ganas de jugarlo. Sí, se supone que las cosas han cambiado mucho desde aquel plan inicial desvelado hace años, pero nada de lo mostrado por Square-Enix me ha demostrado que el cambio haya sido a mejor.
Una demo que no dice mucho
Decía mi compañero Álex la semana pasada tras probar la atípica ‘Platinum Demo’ que ésta era, con suerte, una demo técnica que nos entregaba algunas pistas sobre lo que sus creadores tienen en mente. Bastante generoso fue en sus conclusiones, si se me permite, porque ni como demostración de prestaciones técnicas resulta competente.
Tampoco es que espere de él que se convierta en un nuevo referente gráfico; eso, de hecho, es lo de menos. Pero si con su desdibujado y elemental sistema de combate, y con su previsible planteamiento artístico, pretende despertar mi interés en la aventura, conmigo desde luego ha fallado de lleno.
Es la parte del combate la que más me preocupa, de hecho. Muchos lo han querido comparar con el de otra obra de la casa como 'Kingdom Hearts', a la cual desde luego se acerca mucho más, que a lo que cabría esperar de un 'Final Fantasy'. Pero incluso ahí se está siendo generoso, porque en su intento de resultar dinámico, el combate se hace tedioso y simple.
Pasado olvidado, futuro desdibujado
Como decía antes, lo último en lo que querría convertirme es en un señor mayor cabreado que protesta por todo lo que sea diferente a sus recuerdos, así que no me voy a limitar a argumentar que esto ya no es un 'Final Fantasy'. Cambiar es bueno, siempre y cuando se proponga con ello una evolución aceptable. Y eso es algo que, a tenor de lo que ha venido haciendo Square-Enix últimamente, no parece ser lo que está sucediendo.
La falta de hype probablemente sea mi mejor aliada llegado el momento
Y ojalá me equivoque de lleno en mis expectativas, la verdad. Una buena historia y unos personajes con carisma pueden levantar a un muerto, no me cabe duda, pero hasta ahí me chirrían las cosas, porque ver a ese grupo de chavales que más bien parecen una boy band moviéndose de allá para acá en un descapotable tampoco despierta mi interés.
Le daré una oportunidad, por supuesto, y emitiré mi juicio una vez lo haya jugado. Pero será una oportunidad forzada por el nombre y por todo el peso que lleva detrás, no porque haya algo en esta propuesta que realmente me atraiga. ¿Quién sabe? La falta de hype probablemente sea mi mejor aliada llegado el momento.
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